De los productores de la ganadora El Secreto de sus Ojos llega la opera prima de Miguel Cohan que cuenta las diferentes historias que entrelaza un accidente de transito, donde una vida se apaga y el responsable huye sin dejar rastro. El padre de la victima , apoyado por los medios encuentra a el supuesto responsable, al que llega por una serie de eventos inflados por la opinión pública.
No hay retorno para el responsable, tampoco para quien es castigado injustamente, tampoco para el padre del dolor: no hay retorno de la muerte.
Con un maravilloso elenco equilibrado, la vuelta de la efectiva dupla Sbaraglia –Luppi , la calidez de Ana Celentano, lo atinado de elegir a Martin Slipak como uno de los personajes principales, ese ex adolescente de 22 años al que nada le importa, con rasgos similares a quien interpretó en la serie de TV Tratame Bien. Balancea un Machin que aporta a la tonalidad realista del film con su interpretación. Completan el elenco la encandilante española Bárbara Goenaga, la participación del entrañable Daniel Valenzulea y Arturo Goetz para que no sea un mero producto for export.
La historia es simple y es por eso que se intentará revelar lo menos posible en este texto crítico. La trama se forma de la ingeniosa relación que se va dando entre los personajes, dando como resultado la pregunta que da origen del film: ¿Cómo se hace para ocultar el hecho de matar y seguir adelante con la vida?
En el relato hay varios saltos de tiempo : se destaca como obviando situaciones extremas, que podrían resultar en secuencias trilladas, el espectador puede dar cuenta de lo que ocurrió: lo que le sucedió al personaje en ese periodo, con primeros planos en situaciones cotidianas sin golpes bajos como ser en la cárcel, en alguna marcha o algún quiebre sobreactuado en la familia. Se valora el respeto hacia el espectador: dejando que razone las redes que se forman sin recurrir al flashback explicativo, logrando un film que encuentra el punto medio entre el policial y el drama.