Soledad

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Rebelde sin causa

Un denominador común de las biopic cinematográficas sobre personajes idealistas es prescindir de la causa que los marcó en vida y obra. Parece difícil separar al personaje del icono pero las versiones cinematográficas de Lady Di (Diana, 2013), Gilda (Gilda: No me arrepiento de este amor, 2016) o María Soledad Rosas (Soledad, 2018), eligen centrarse en la humanidad del personaje y no en los motivos que los llevaron a tomar ciertas decisiones que trascendieron su propia vida. He aquí uno de los casos.

María Soledad Rosas (Vera Spinetta) es presentada como una chica conflictiva con su familia, con su novio de Buenos Aires y con su identidad. Es la explicación que el film encuentra para fundamentar que luego de un viaje de placer por Europa, se sume al grupo anarquista okupas (ocupan edificios deshabitados y arman planes de acción), como si ella no estuviera muy convencida de sus acciones y la falta de certezas en otros ámbitos –laborales, familiares, amorosos- la haga “caer” por azar en este grupo radical. En ese ínterin se relaciona con Edoardo (Giulio Corso) y se enamora perdidamente de él. Aparece el amor en medio de la anarquía.

El azar y el destino le dan un aire de tragedia a la película de Agustina Macri, basada en el libro Amor y Anarquía de Martín Caparrós de 2003. La clave es la estructura narrativa: el comienzo con el desenlace conocido –los padres arrojando sus cenizas al mar- marcan el destino preanunciado y los hechos sucedidos en Italia hasta llegar a ese momento, buscan explicaciones mediantes flashbacks de porqué ella hace lo que hace y por ende, termina como termina. Pero la causa nunca queda clara, se sintetiza el relato a una rebeldía feroz pero que no tiene un sustento ni en el pensamiento anarquista ni busca patear decididamente el tablero social.

El motivo de estas biografías es mostrar y conocer a la persona detrás de la foto (la chica esposada haciendo Fuck You a las cámaras), de la cual sabemos por los medios de comunicación de manera sesgada. Aspecto en el que la película incursiona y busca profundizar. ¿Cómo una chica como cualquiera termina enredada en semejante conflicto ajeno a ella? Es la premisa de la película para bucear en su psiquis de forma individual y alejarse de la causa social que enaltecía.

Por fuera de esta cuestión ideológica la película es correcta. Cuenta el cuento que quiere contar con un nivel de producción técnica y artística acorde a una coproducción internacional -entre Italia y Argentina- con una Vera Spinetta que pone todo de sí en pantalla, entregándose al mártir que el film construye. La hija del actual presidente de Argentina elige la historia de una rebelde para abrir su propio camino. Pero esa es otra historia.