Soledad

Crítica de Natalia Intili - Loco x el Cine

Soledad es el primer largometraje dirigido por Agustina Macri (si, la hija del presidente) y está basado en el relato de Martín Caparróstitulado “Amor y Anarquía” sobre Soledad Rosas, una militante anarquista argentina que dejó su marca en Italia. El film es una coproducción Argentina con este país y fue filmado a lo largo de tres años casi enteramente allí, a excepción de algunas escenas que se rodaron en argentina, y también está hablada en su mayor parte en italiano.

Hacia fines de los ‘90 Soledad (Vera Spinetta) era una joven de clase media que no sabia bien cual era su lugar en el mundo ni que camino tomar, como suele pasarle a muchas personas a esa edad. Mientras trataba de descifrar estas cuestiones existenciales se dedicaba a estudiar, a trabajar de paseadora de perros y a salir con su novio y sus amigos. Tenía 23 años cuando sus padres le regalaron la oportunidad de viajar a Europa por haber terminado la carrera de Administración Hotelera.

En Turín, Italia, conoció a un grupo de okupas anarquistas que luchaban contra las injusticias del sistema. Soledad  tuvo una conexión casi inmediata con este grupo de personas tan apasionadas y se unió a su causa, pasó a ser una más de ellos.  Es aquí donde conoce a Edoardo (Giulio Maria Corso) y se enamora apasionadamente. Desafortunadamente su nueva vida se derrumba por completo cuando es arrestada por la policía junto con su amante y otro colaborador del movimiento, acusados de participar en actos terroristas en contra del estado.

Soledad es una película que busca reflejar la impronta de Soledad Rosas, de introducirse en su experiencia y contemplarla de manera reivindicadora.  Por este motivo podemos decir que tanto Vera Spinetta, en su sensible y cruda caracterización, como Agustina Macri intentan ponerse en la piel de Sole para contar su historia. El relato está bien construido, intercalando momentos de su vida interior en Buenos Aires con los hechos que se desarrollan luego de conocer a Edoardo. Su relación con el se vuelve el núcleo de toda su fortaleza y su identidad, el cual se desestabiliza a partir del momento en que Edo, alias “Baleno”, es encontrado muerto en su celda.  La historia de Soledad es sin duda trágica y desgarradora, pero permite reflexionar acerca de la búsqueda de identidad, la defensa de ideales y el compromiso que implica ser actores del cambio que se quiere generar el mundo y la sociedad.