Con algunas notorias influencias de films románticos estadounidenses y también nacionales y una línea argumental bien perfilada pero demasiado previsible, Solos en la Ciudad logra proponer de todos modos una aceptable historia de amor con toques de comedia. Una trama amorosa que se reduce tan sólo a un día, en el que una joven pareja, luego de asistir a una boda, saca a relucir viejos enconos, produciendo un alejamiento entre ambos dudosamente definitivo. En ese trance surgirán idas y vueltas en las que intervendrá una atrayente galería de personajes. Diego Corsini con su ópera prima logra una pieza entretenida, alternando algunas escenas brillantes (como el diálogo en la cuadra del zoo y el encuentro de ella con su padre) con otras no tan logradas.
Por otra parte parece ser que en cine a Sabrina Garciarena le buscan galanes semejantes, porque en su anterior film también romántico, Amor en tránsito, Lucas Crespi luce idéntico a su aquí partenaire Felipe Colombo, y hasta en Felicitas Gonzalo Heredia tiene un tipo físico afín. Fuera de este apunte, se trata de una actriz indudablemente bella y fotogénica, que le otorga naturalidad y encanto a sus roles. Colombo la acompaña con corrección, pero en intérpretes secundarios como Luciano Leyrado, Mario Pasik, Laura Azcurra, Matías Scarvaci y Federico Amador, se encuentran aportes verdaderamente disfrutables.