Irregular, pero simpática comedia romántica juvenil
Qué delicia son las peleítas de enamorados, cuando se sabe que culminarán en otra delicia más linda, la reconciliación. En esta agradable comedia romántica, una parejita discute por una pavada al amanecer, tras una fiesta, y se reconcilia al atardecer, lo que constituye otra fiesta. Entre medio, cada cual se cruza con diversos personajes que ofrecen sus consejos, distraen, o intentan alguna seducción.
¿Y por qué pavada se pelearon? Ah, porque ella quiso saber cuándo iban a casarse. Ahora su enamorado se plantea si esa relación vale la pena. Con mayor razón, ella se plantea lo mismo. Y, cada uno por su lado, andan por la ciudad y encuentran o desencuentran lo que les conviene. La sucesión de amistades casadas o solteras, relaciones anteriores o aspirantes al reemplazo temporario, y algún entrometido que aparece como un exabrupto, incluye también una celestial vecina encarnada por Catherine Fulop, y un padre que da consejos pero dista de ser amistoso, bien desarrollado en breve espacio por Mario Pasik.
En el variado elenco destacan también las participaciones de Federico Amador haciendo, precisamente, de hábil amador, la encantadora Eliana González como estudiante ansiosa de convertirse en levante de su joven profesor (y así emular a ciertas criaturas literarias que la fascinan), y la dupla Juan Leyrado-Laura Azcurra. Esta última dice una de las mejores frases de la película, que abunda en lindas e instructivas frases sobre la vida amorosa: «Cuando estás en pareja dejás de ser uno y pasás a ser la mitad de dos». La obra también abunda en colores intensos, cortes de montaje movedizo, y abundantes planos de los protagonistas, Sabrina Garciarena y Felipe Colombo, ídolo de las jovencitas que crecieron acariciándolo en la pantalla chica.
Autor, Diego Corsini, productor de «La Tigra, Chaco», el corto «Un juego absurdo» y otras piezas recomendables. En resumen, obra irregular pero simpática, juvenil, y con final abierto y feliz. Es decir, todavía no se van a casar.