Sombras tenebrosas

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

AMOR Y SANGRE

El gótico exuberante y tierno de Tim Burton luce alto en esa película que tiene como tema central el amor y los fantasmas que él desata. El libro es atrayente y está muy bien servido. Barnabas vuelve del más allá convertido en vampiro para poner en orden su vida y salvar su familia. En la inmortalidad nada termina. Y aquí reencontrará aquella bruja y aquellos amores. Es el vástago de una familia que sobrevive a pura apariencia en un castillo de Maine. Todos sus moradores son personajes de Burton, tipos freaks, lanzados, raros. Barnabas es el amor imposible de una bruja que, por despecho, en el pasado le mato su novia, lo convirtió en vampiro y lo metió bajo tierra. Entre sangre, brujerías y peleas los seres de Burton animan otra vez un cuento de hadas que se sobrepone al estilo recargado de un director capaz de estilizar lo peor y lograr criaturas frágiles, queribles y perdonables. La historia no da respiro y su final es encantador: hay que elegir entre la inmortalidad o el amor, entre ser humano o vampiro entre durar o querer. La sangre -nos dice- puede demorar el envejecimiento o apurar el amor.