La maldición según Tim Burton
Si hay algo que caracteriza al cine de Tim Burton es su atmósfera oscura y sus personajes que buscan, de alguna u otra manera, su inclusión en el mundo. Su último trabajo, Sombras tenebrosas, tiene muchos elementos de sus realizaciones anteriores, sobre todo de El joven manos de tijera, La leyenda del jinete sin cabeza y El cadáver de la novia.
El film está basado en la serie de televisión norteamericana emitida entre 1966 y 1971 que tuvo al personaje Barnabás Collins, como eje de varias historias impulsadas por vampiros, hombres lobo, zombies, monstruos, brujas y hechiceros.
Sombras tenebrosas no es lo mejor de Burton pero resulta una película entretenida que tiene un muy buen comienzo y un desenlace atrapante que deja la puerta abierta para una continuación. El humor del que hace gala el cineasta durante el desarrollo de la trama perjudica, quizás, el clima general de una historia que se fragmenta y dispersa.
De todas maneras, Burton se las ingenia para mantener el interés hasta el final a través de una serie de curiosos personajes que forman una familia disfuncional, atravesados por un toque setentoso (con un tema de Los Carpenters).
La acción comienza en 1752, cuando la familia Collins deja Liverpool y llega a América para construír su futuro en un pueblo de pescadores. La fortuna les dura poco porque son asesinados y su hijo, Barnabás (Johnny Depp) crece entre riquezas y un amor imposible. Pero comete un error: rompe el corazón de Angelique Bouchard (Eva Green), una bruja que lo maldice y entierra vivo.
Dos siglos más tarde, Barnabas es liberado de su tumba y aparece en la mansión que supo habitar. sorprendiendo a los sucesores de los Collins, una familia (con Michelle Pfeiffer a la cabeza) muy parecida a Los locos Addams que esconde complicaciones y secretos.
El hombre millonario devenido en una criatura de la noche sedienta de sangre encuentra en Sombras tenebrosas buenos momentos que tienen que ver con el choque de culturas: un vampiro que se topa con los progresos de la década del sententa y con una maldición que se extiende por los siglos de los siglos.
El desenlace acumula enfrentamientos y recuerda a La muerte le sienta bien, de Robert Zemeckis, en medio de una atrmósfera multicolor que incluye a una psicóloga enamoradiza (Helena Bonham Carter); un capitán (el legendario Christopher Lee); un asistente monstruoso (Jackie Earle Haley, el último Freddy de Pesadilla en lo profunfo de la noche ) y una adolescente rebelde (Chloe Moretz, de Kick-Ass) que también tendrá su turno. Quizás demasiados elementos para una sola película que se mueve en varias direcciones, pero que termina como comienza, con el tono lúgubre que hace de Burton un sello propio, distintivo y potente desde lo visual.
En tanto, Johnny Depp aparece pálido, juega al vampiro extravagante y se divierte con su personaje entre transfusiones de sangre y un amor fantasmal que reclama atención.