Tim Burton y Johnny Depp necesitan tomarse un par de años sabáticos fuera del cine.
Un descanso merecido para que puedan volver con proyectos realmente creativos.
Ya fue suficiente muchachos, un breve retiro o terapia de pareja porque la dupla no da para más.
Dark Shadows es uno de los íconos más importantes que existen desde hace décadas en el género de terror.
Se trata de una serie inglesa de culto que comenzó en los ´60 como un melodrama gótico para luego convertirse en una apasionante historia de horror con vampiros zombies y hombres lobos.
Después de Drácula, Barnabas Collins, protagonista de esta historia, es el vampiro más groso del género, que hoy sigue vigente a través de una colección de cómics.
Lamentablemente este trabajo de Tim Burton es a Dark Shadows lo que el film The Spirit, de Frank Miller, resultó al cómic de Will Eisner.
Para ponerlo en términos sencillos, una inmunda vejación que se toma para la joda algo que debería haber sido más entretenido y aterrador.
Si uno compara las películas originales House of Dark Shadows (ver links) y Night of Dark Shadows con esto que hicieron ahora, lo de Burton es realmente patético.
Especialmente en aquella primera producción de 1970, ahí tenías al verdadero Barnabas Collins en un momento en que los vampiros no estaban para hacer reír a la gente.
La película de Burton, que es probablemente su peor trabajo desde El planeta de los simios, tomó elementos de la obra original para convertirlo en un refrito bizarro y estúpido de los Locos Addams.
Peor enfoque para traer de regreso al vampiro Barnabas no se les podría haber ocurrido.
El film tiene un buen comienzo donde se presenta la historia del protagonista. Si Burton hubiera seguido por ese camino esta podría haber sido otra película, pero lamentablemente no se dio.
Desde el momento en que el vampiro se despierta en 1972 todo va cuesta abajo.
La trama se encamina por el rumbo de la parodia fumada con un guión lamentable que parece un collage de sketches malos de Saturday Night Live, más que un argumento sólido y coherente.
La cuestión es que en esta producción Burton se metió con un ícono importante del género de terror que supuestamente admiraba y lo destruyó con un film aburrido y olvidable que además desperdicia el trabajo de un reparto talentoso que estaba para mucho más.
Johnny Depp.
Otro que necesita unas vacaciones de la pantalla grande. Desde que la pegó con Jack Sparrow en Piratas del Caribe hace siempre lo mismo. A este paso va camino a convertirse en el Roberto Benigni de Hollywood que repite el mismo papel en todas las películas.
Esta manía que tiene de convertir en freaks a todos los personajes que encarna ya aburrió porque sus interpretaciones perdieron frescura y se volvieron predecibles. A esta altura tranquilamente te podés imaginar lo que va a hacer con el personaje y no le vas a errar.
En un punto sus actuaciones son un espejo de lo que se convirtió también el cine de Tim Burton, quien atraviesa una etapa decadente en su carrera.
Ya no hay sorpresas ni creatividad porque el director está achanchado en su zona de confort donde se limita a ofrecer más de lo mismo.
Una lástima porque alguna vez hizo películas interesantes.