La bronca
Soy Mucho Mejor Que Vos (2013) abre sobre dos amigas que se encuentran hablando desenfrenadamente sobre picos y chochas, escena que establece la elocuente vulgaridad de la película. Pero el protagonista es Cristóbal, el pobre infeliz que espera paciente a que terminen de discutir. Se quiere encamar con una, o la otra, o las dos; le da igual. Va a ser una larga noche de pulsiones furtivas y deseos frustrados, caminando sin rumbo por las calles de Santiago de Chile.
Cristóbal (Sebastián Brahm) lleva un tiempo viviendo en la oficina de su mediocre PyME. Su mujer le ha dejado, harta del fracaso y las falsas promesas, y se ha ido a España. Cristóbal espía enfermizamente su perfil de Facebook, puteándola a larga distancia. Ella le retruca que debería firmar los papeles para dejar que sus hijos se vayan con ella. Él se niega, más por principio que por otra cosa. Los chicos no viven con él sino con la abuela, y Cristóbal no atiende las llamadas ni de uno ni del otro.
La jornada nocturna de Cristóbal se desenvuelve de a tumbos, siguiendo caprichos frívolos sin saciar ninguno de ellos. El zorro de cierta fábula decide que si las uvas son inalcanzables es porque no están maduras. Para Cristóbal las uvas nunca están maduras. Son frutos incomibles debido a una puja interna entre culpa y rencor. Confunde a una mujer con una puta y es rechazado, pero al dar con una puta real la rechaza con asco. Instintivamente sigue a chicas por la calle, ¿pero qué pasa cuando dejan de ignorarle y empiezan a aceptarle?
El día llega como una extensión del mismo tumultuoso recorrido de la noche. No hay descanso para Cristóbal, sólo sed. Choca con cabros, pololas y huevones, y se pelea con todos ellos. El personaje es engreído, soberbio y compulsivamente mentiroso, pero Sebastián Brahm hace una excelente labor en velar por la simpatía de Cristóbal. Deja en claro que las decisiones que toma no son juicios sobre el bien y el mal, sino actos de desesperación por encontrar una tercera opción más fácil.
El guión del escritor/director Che Sandoval es uno de los aspectos más fuertes de la película. Cristóbal busca salidas fáciles, pero el guión no se las ofrece, y lleva cada escena hasta las máximas consecuencias, ya sean los resultados muy graciosos o muy duros. Para Cristóbal, la cobardía le da bronca, la bronca le da rencor y el rencor cierra un círculo vicioso del que tal vez pueda no salir.