El caminante
En las películas del realizador chileno Che Sandoval, los personajes caminan y hablan por las calles; transitan por las noches o paran en bares mientras la ingesta de alcohol se mezcla desde la banalidad con charlas de sexo en la que se comparten diferentes modos de habla.
Es realmente meticuloso el trabajo sobre la palabra, los diálogos entre hombres y mujeres, desde el guión y la elección de los actores para decirlas, pero Sandoval trabaja con más rigor sobre la manera de decir de cada uno de los habitantes en sus pequeños universos urbanos.
Quien lleva el derrotero y el deambular nocturno en esta ocasión es Cristóbal, personaje interpretado por el director chileno Sebastián Brahm (conocido aquí por su film El circuito de Román), en crisis con su ex pareja, con su masculinidad y con la imperiosa necesidad de tener una relación sexual que de cierta manera refuerce su autoestima. Tampoco Cristóbal es lo que podría decirse vulgarmente un perdedor a secas, a pesar de tener una pésima y distante relación con un hijo adolescente y fracasar en todo emprendimiento PyMe justificado por ceder ante los caprichos de su ex para que ella crezca profesionalmente hablando mientras que él quedará atrapado en la inercia y en ese sin rumbo, que a veces implica la posibilidad de cambio y otras un estancamiento absoluto.
Soy mucho mejor que vos retoma a un personaje de la ópera prima de Sandoval -Te creís la más linda (pero erís la más puta), 2009- pero no es necesariamente -como algunos colegas insisten- un spin off de acuerdo a las propias declaraciones del cineasta. Aunque toma como nexo al personaje de Cristóbal, en este caso particular se plantea una brecha generacional respecto al personaje de Javier, el adolescente de Te creís… y si bien la necesidad del sexo en ambos dice presente es la masculinidad en crisis la que domina el relato de Soy mucho mejor que vos…
Desde el título se puede tomar esta idea como la expresión descarnada de una autoafirmación de Cristóbal, que lejos de hacerse carne en su aventura parece condenarlo a la eterna comparación con quienes interactúa e incluso con esa espina clavada en lo más hondo de su ego, que lo ata a su ex pareja y como expresa en un cameo la actriz argentina Antonella Costa los chilenos hablan mucho de sus ex pero nada de sex.
El segundo opus de Che Sandoval ya estrenado en el BAFICI y que ahora se proyecta a partir del jueves 20 en los cines BAMA y Arte Multiplex Belgrano resulta por un lado un tanto más crudo que su anterior opus y por otro refleja una madurez cinematográfica para tener en cuenta.