Soy mucho mejor que vos es el nuevo largometraje de Che Sandoval, quien se había sumergido en las aguas del cine chileno cinco años atrás con su Te creís la más linda pero eres la más puta. Este spin off, que parte de una historia contada en un bar y se centra en el personaje de Naza, es también una antropología de la razón social masculina.
La película, filmada a través de planos cortos que nos permiten lograr una identificación más inmediata con el personaje, interpretado magistralmente por Sebastián Brahm, cuenta la disyuntiva de Naza, quien a los 30 y pico debe hacer frente a la fatal ausencia de su mujer, la cual consigue una beca para irse a trabajar a España. Este suceso logra poner sobre la mesa todos los miedos de Naza acerca de ser un hombre proveedor, la preocupación fundamental de la masculinidad a su edad.
Al igual que en Te creís la más linda pero eres la más puta, la condición masculina es abordada sin pelos en la lengua con soltura bizarrezca y humor negro, logrando que la trama penetre naturalmente en los problemas masculinos del período. En Te creís la más linda pero eres la más puta nos acercábamos a la problemática a través de la mirada de Javier, un joven que necesitaba afirmarse como macho alfa luego de haber sucumbido -ante un rechazo amoroso- a la realidad de su fama de inepto sexual. En ambas películas Sandoval triunfa sabiamente mostrando “lo peor de Chile”, utilizando una gramática machista que se vuelve inclusive feminista a través del patetismo y oscuridad de sus personajes. Enfrentado a la soledad y naufragando entre quimeras sexuales y la necesidad de reafirmarse, de sentirse nuevamente hombre, cazador y proveedor, Naza ira develándonos su personalidad.
El film mostrará finalmente que este anclaje no se cumple y Naza preferirá quedarse con la mediocridad de los pequeños placeres banales antes de constituirse en tanto padre proveedor. La obra de Sandoval es un recorrido complejo -a través de pocos recursos y un guión inteligente- por una verdadera cosmogonía de la masculinidad actual y de los conflictos sociales chilenos. Mucho más oscura y fresca que la primera, esta comedia negra es una combinación ideal de elementos para todos aquellos que quieran sumergirse en la realidad chilena y analizar los conflictos sociales de la década.