STAR TREK no supo sostener, en la Argentina, la popularidad de otras sagas de ciencia ficción, ni televisivas ni cinematográficas. En algún momento fue exitosa (la serie comenzó a fines de los años ’60, pleno furor de la ciencia ficción, y en TV le fue bastante bien), pero no logró permanecer como hito de la cultura popular y se volvió una saga de culto casi sólo de fanáticos. Algo de eso queda claro en el título que le han puesto a la película en toda América Latina. El cambio es sutil: originalmente se llama STAR TREK: EN LA OSCURIDAD y acá se la presenta como EN LA OSCURIDAD: STAR TREK. Si habrían podido sacar el STAR TREK de ahí da la impresión que lo hubieran hecho (ver nota sobre el tema aquí).
Hay algo entendible en esos reparos, especialmente cuando la saga no es inmensamente popular, ya que se entiende que pocos espectadores están al día con la serie original, las series derivadas, las películas previas (once, en este caso) y todos los materiales que han circulado en sus casi 50 años de existencia. Y queda claro también con la decisión de demorar el estreno local más de tres meses en relación al estadounidense para lanzarla en un mercado menos congestionado por los grandes estrenos previos.
star-trek-into-darkness-chris-pine-karl-urbanLo curioso es que STAR TREK es de los mejores tanques del año (la mejor, en mi opinión, después de TITANES DEL PACIFICO), una superproducción hecha por buena parte del equipo que hará la nueva STAR WARS, empezando por su director, J.J. Abrams. Y es una pena que, a juzgar por los resultados del “reboot” de 2009 que dirigió también Abrams (que fue visto por 100.000 personas aquí, cifra ínfima para este tipo de películas), tal vez no vaya a ser del todo apreciada por más público. Sería un error. Es una muy buena película de aventuras.
EN LA OSCURIDAD es la segunda parte de la nueva y relanzada saga, funcionando en un universo alterno/paralelo al de la anterior, con casi los mismos personajes pero con nuevas aventuras. Aquí, los problemas comienzan cuando el Capitán Kirk (Chris Pine) es relevado del comando de la U.S.S. Enterprise al desoír una directiva de su programa de exploración y revelar la presencia de la nave en un planeta tecnológicamente primitivo. Lo hace para salvar de una muerte segura a Spock (Zachary Quinto), quien -utilizando su lógica furibunda y extraterrestre- prefería dejarse morir que no cumplir con las reglas. Ese choque entre sensatez y sentimientos, entre corrección y pasión, será el tema que atravesará la película de principio a fin. Enfocado -humanamente hablando- en la relación entre ambos.
star_trekHay una especie de ataque terrorista a una sede secreta de la Federación que lleva a reinstalar a Kirk en su cargo y a viajar con su nave a Kronos (el planeta de los Klingon) a liquidar al culpable, que se esconde entre ellos. Esto lo harán cumpliendo las órdenes del Almirante Marcus (Peter “RoboCop” Weller) y aún a riesgo de iniciar una guerra total, ya que los Klingon son los principales enemigos de la raza humana. Si esta situación tiene alguna similitud más que metafórica con cierto bombardeo de un 11 de septiembre y la reacción posterior de ir a cazar al culpable sin importar las víctimas colaterales, tal vez no sea del todo casual.
Lo que sucederá después tendrá que ver con las idas y vueltas, las traiciones y engaños de esa captura que Kirk y los suyos hacen del supuesto Agente Hamilton, que finalmente develará ser uno de los clásicos villanos de la saga. Si bien allí los que no lo conocen de antes se perderán algunas referencias, no es demasiado problemático: los villanos se explican la mayor parte de las veces por sí solos. Y, en este caso, interpretado con enorme intensidad por Benedict Cumberbatch (el actor de la serie SHERLOCK y de películas como EL TOPO y CABALLO DE GUERRA), no hace falta mucho background para temerle. Ni para creerle hasta cuando miente.
star-trek-into-darknessAlfred Hitchcock solía decir que “cuanto mejor sea el villano mejor será la película” y algo de eso es cierto en STAR TREK, aunque es cierto también que la fuerza del villano puede ser tal que los héroes se vuelvan casi una carga. En esas situaciones, no sólo el villano nos parece más atractivo como personaje, sino que nos cuesta creer que nuestros héroes -con sus dilemas morales- puedan hacerle daño. Pero Abrams logra superar ese escollo confiando en el trabajo en equipo del Enterprise (además de Kirk y Spock están los imbatibles Scotty, Dr. Bones, Uhura, Sulu y el cada vez más ruso Chekov) y en la idea de que la capacidad de saber utilizar los conocimientos y el talento de cada uno es lo que dará buenos resultados. Es una suerte de oda a la profesionalidad, al ingenio y -también- una celebración de la amistad y el sacrificio.
Abrams no escatima con las escenas de acción pero, salvo una, casi todas son orgánicas y están narrativamente muy bien ensambladas entre sí. Uno de los combates finales, sin embargo, tiene la misma lógica de “daños colaterales” que la película intenta discutir y que ya es una marca de fábrica de esta temporada de tanques de taquilla, películas que, literalmente, arrasan con todo a su paso, sin importar quién muere en el camino. Hasta ese momento (que, uno imagina, fue puesto para darle un empujón de espectacularidad al filme o para demostrar que Abrams puede hacerse tranquilamente cargo de STAR WARS), la película mantiene sus escenas de acción y suspenso más acotadas a las naves en disputa, con engaños, desperfectos y un esquema hasta similar -en su aparente bajo perfil- al también usado por el coguionista Damon Lindelof en el final de GUERRA MUNDIAL Z.
Star-Trek-Into-Darkness-10STAR TREK sigue una lógica también muy 2013 en cuanto a la narración cinematográfica, acumulando todo el desarrollo dramático en la primera mitad del filme para luego soltar la acción en la segunda. Pero a diferencia de, por ejemplo, EL HOMBRE DE ACERO, Abrams logra que esa escalada, si se quiere, armamentista, esté acompañada por situaciones dramáticas lo suficientemente interesantes como para que jamás se nos escape el costo humano de cada acción. La intensidad emotiva de Kirk (un Chris Pine que todavía da demasiado “joven calentón”) se complementa a la perfección con la dualidad de Kirk (excelente Zachary Quinto) a la hora de manejarse respecto a esos impulsos no racionales.
La idea de consensuar ambas miradas del mundo puede ser una forma de hablar indirectamente del subtexto político de STAR TREK, tratando de contentar por igual a “halcones” y “palomas”, impulsivos y racionales, humanistas y vengativos. Pero la decisión definitiva de los tripulantes de la nave está más cerca de la misión pacifista y exploradora de los orígenes de la serie creada por Gene Rodenberry (los ’60 y su discurso contra la guerra de Vietnam) que de la más belicosa y revanchista que parece haber triunfado en la actualidad, tanto en la política internacional como en el cine. Pregúntenle si no a ese tal Clark Kent…