NO ESTAMOS SOLOS EN EL UNIVERSO
Felipe Quiroga
Advertencia: En esta crítica se revelan detalles del argumento
Aún con todos sus aciertos, STAR TREK (2009) se preocupaba demasiado por poner a los personajes en el lugar que les correspondía, lo que daba lugar a situaciones algo forzadas y a prestarle poca atención al desarrollo del villano. En EN LA OSCURIDAD - STAR TREK (STAR TREK INTO DARKNESS, 2013), Kirk (un carismático Chris Pine) y su tripulación ya pueden vivir sus aventuras sin el lastre de la necesaria presentación. La evolución de los personajes continúa, claro, pero en forma más orgánica a la trama, lo que da lugar a la aparición de un enemigo mucho más complejo y ambiguo, con motivaciones parecidas a las que llevan a actuar a Kirk para proteger a sus seres queridos. ¿Quién es este misterioso nuevo enemigo? ¡Se acabaron las especulaciones! Es Khan (interpretado en forma brillante por Benedict Cumberbatch), quien comete violentos actos terroristas contra la Flota Estelar convirtiéndose así en un hombre buscado. Kirk será quien lidere una misión para encontrar al villano y hacerlo pagar por sus crímenes, aunque eso lo obligue a viajar al territorio de los klingon y a provocar una posible guerra. A partir de allí, la trama revelará varios secretos que remiten al pasado de la franquicia pero sin caer nunca en los homenajes obvios.
Entre los puntos fuertes de esta secuela se encuentra la composición de Cumberbatch, que se convierte así en una gran adición a la saga: Khan mata y destruye, pero lo hace para defender a los suyos. Sin duda, esta ambigüedad es parte de lo que hace interesante al personaje. Obviamente, hay ciertas referencias a STAR TREK 2: THE WRATH OF KHAN (1982) pero modificando algunos detalles para recordarnos que estamos en un universo paralelo y que el film no se trata de un simple reboot de la franquicia. Lo interesante es la manera en que Abrams juega con ese fan-service: aquí, por ejemplo, quien muere es Kirk en vez de Spock, un cambio que seguro debe haber sorprendido a varios.
Chris Pine y Zachary Quinto (Spock) también brindan buenas actuaciones y, como en la película anterior, parecen divertirse con sus papeles. Ambos se muestran cómodos en sus personajes y en los respectivos caminos que éstos siguen: al final del film anterior, Kirk había logrado su objetivo de convertirse en capitán. Pero, más de allá de lo sucedido, era un título vacío que contrastaba con su personalidad rebelde y despreocupada: ahora, Kirk debe demostrarle a los suyos (y a sí mismo) que tiene lo que hace falta para convertirse en capitán, que está dispuesto a darlo todo por sus seres queridos (el famoso "the needs of the many..."). Claro que su sacrifico queda algo diluido con su tonta resurrección al final, pero al menos se nota que hay un crecimiento.
Si EN LA OSCURIDAD - STAR TREK funciona, mucho tiene que ver la mano del director, JJ Abrams, que sabe cómo trasladar a la pantalla los aprietos en los que el argumento pone a la tripulación de la Enterprise. Desde la persecución en el colorido y salvaje planeta al inicio del film hasta el vertiginoso combate cuerpo a cuerpo entre Spcok y Khan, toda la película está cargada con secuencias emocionantes que nos hacen temer por el destino de nuestros héroes y que aprovechan de forma muy satisfactoria el uso del 3D. Hay que destacar la brillante secuencia del salto de Kirk y Khan por el espacio y el momento en el que la Enterprise cae hacia la Tierra, obligando a los personajes a sufrir los cambios en la gravedad que sufre la destruida nave. El guión suma unos cuantos momentos humorísticos al darle más participación a Scotty (Simon Pegg) pero falla en otorgarle sustancia a personajes nuevos, como Carol (Alice Eve) y el Almirante Marcus (Peter Weller).
EN LA OSCURIDAD - STAR TREK logra equilibrar grandes secuencias de efectos especiales con los momentos más íntimos entre los personajes. Al explorar las relaciones entre estos compañeros de vuelo convertidos en familia, el film nos dice que si tenemos que enfrentar a la oscuridad, ya sea la del espacio o la que puede surgir de adentro de nosotros mismos, lo mejor es hacerlo junto a alguien.