Melingo, fascinante y desconcertante
Mariano Galperín estuvo desde siempre ligado a la música (filmó videoclips y/o ficción con Vicentico, Charly García, Gustavo Cerati, Andrés Calamaro, Mimi Maura y un largo etcétera), pero en el caso de Su realidad apostó directamente al retrato de un artista tan multifacético y provocador como Daniel Melingo.
El director de 1000 boomerangs, Chicos ricos, El delantal de Lili y Dulce de leche aprovechó una extensa gira que Melingo emprendió por Europa para presentar su notable disco Linyera para construir lo que en principio parece un clásico rockumental con estructura de road-movie con el detrás de escena del tour, pero que luego va derivando hacia la ficción (con situaciones que van desde lo gracioso a lo forzado como un patético encuentro con dos policías franceses) y, sobre todo, al delirio unipersonal de un Melingo que da rienda suelta a su expresividad y su locura creativa.
Más allá de lo caótica y derivativa que resulta por momentos la propuesta, quienes conocen el arte de Melingo encontrarán varios pasajes para el disfrute, como por ejemplo las zapadas íntimas con Calamaro en una habitación de hotel o con Jaime Torres en su casa.
Su realidad (título que alude a la realidad vista desde la perspectiva de Melingo, pero también al espíritu surreal de la propuesta) está filmada en un hermoso blanco y negro que sintoniza a la perfección con la impronta melancólica, tanguera y de cabaret de su desconcertante, contradictorio y fascinante protagonista.