Los caminos de Melingo
Después de esa comedia romántica adolescente que fue la injustamente soslayada Dulce de leche, Mariano Galperín pega un volantazo radical con esta mezcla entre rockumental, road movie, comedia slapstick y distintos elementos del cine silente.
Su realidad está centrada en la figura del emblemático músico Daniel Melingo, a quien el realizador de Chicos ricos y 1000 boomerangs acompaña por sus viajes físicos y mentales, además de sus encuentros con distintos músicos, filmándolos en un riguroso blanco y negro.
A diferencia de Dulce de leche, que se proponía como un pequeño relato de iniciación con todos los elementos artísticos puestos al servicio de la narración, Galperín aquí deja que Melingo sea el conductor de la película. Así, Su realidad no es más que una puesta en pantalla de los deseos del músico.