Gira misteriosa
Es una película atípica, imprevisible y anticonvencional, que retrata a ese raro artista llamado Daniel Melingo.
Mariano Galperín está muy ligado al rock: empezó como fotógrafo de rockeros, tuvo a Vicentico como protagonista de su opera prima (1000 boomerangs, donde el cantante de los Cadillacs conoció a Valeria Bertuccelli) e incluyó a su amigo Daniel Melingo en un cameo en El delantal de Lili y como musicalizador de Futuro perfecto. Ahora lo eligió como centro de Su realidad, que ganó la Competencia argentina en el último Festival de Mar del Plata. Difícil de clasificar, podría decirse que es un falso documental musical, con mucho de ficción y algo de road movie.
Filmada en blanco y negro, la película nos embarca en una gira por Europa de este rockero devenido tanguero: por eso, gran parte transcurre en medios de transporte -trenes, aviones, taxis- y habitaciones de hotel. Se ven, también, las particulares interpretaciones de Melingo arriba del escenario. Pero la intención no es únicamente registrar una gira: la idea principal es sumergirnos en el mundo de esa mezcla de músico, clown y linyera que es Melingo. Pareciera que todo puede suceder en la surrealidad del ex Abuelos de la Nada. Zapadas con Andrés Calamaro y Jaime Torres, un encuentro con un falso ex futbolista, un diálogo sobre gatos con una china que sólo habla en chino, meterse en el metro parisino y aparecer en la calle Corrientes.
La gran virtud de la película es ser totalmente imprevisible y anticonvencional. Con altibajos: por momentos consigue crear una atmósfera mágica y misteriosa, y por otros cae en chistes flojos o poco logrados. De cualquier modo, es un tren al que vale la pena subirse.