Viaje al interior de un músico atípico
"Su realidad" es un juego de palabras, que puede significar cosas diferentes según se las lea unidas o por separado. Tan es así que en la traducción al inglés, se ha optado directamente por el vocablo "Surreality". Y el asunto viene perfectamente a cuento.
Para quienes no saben de su existencia, vale decir que Daniel Melingo es un cantante, clarinetista, saxofonista, guitarrista y compositor que ha recorrido durante muchos años el mundo del rock y que ha sido socio artístico de músicos como Charly García, Pipo Cipolatti, Fabiana Cantilo o Andrés Calamaro, y parte fundamental de grupos como Los Abuelos de la Nada o Los Twist. Pero desde hace unos años, se ha volcado al tango. Partió de un lenguaje cercano al del cantor tradicional al estilo Edmundo Rivero y terminó virando hacia un modo "performance" que tiene mucho de teatral. En este rubro le ha ido para nada mal, ni aquí ni en el exterior; y son habituales sus giras por ciudades europeas que lo acogen de buen agrado.
Sin embargo, Daniel Melingo es también un personaje, alguien que no cumple con los mandatos del artista internacional convencional. En tal caso, su "máscara" tiene más que ver con el artista bohemio y romántico, que se muestra poco interesado por las formas y la elegancia, y al que le gusta jugar en ciertos límites aunque sin caerse nunca del todo.
Precisamente, esas características del personaje es lo que quiso y logró rescatar el director Mariano Galperín "1000 bumerangs", "Futuro perfecto", "100 tragedias", entre una decena de películas-; partiendo de la realidad pero sin atarse a ella.
En esta suerte de documental falseado, se confunde lo real con lo ficcional. Aparecen Melingo, su manager y sus músicos en gira por Europa, aún actuando sobre distintos escenarios o en momentos de ensayo. Hay acciones en locaciones reales de Frankfurt, Buenos Aires, Bruselas, París, Londres o Atenas, aunque nadie se preocupa por explicar en cada caso donde se aloja la cámara. Hay también invitados haciendo de sí mismos en escenas guionadas, como Jaime Torres o el mencionado Calamaro; y también actores y músicos jugando papeles variados, como Miguel Zavaleta, Guillermo Pfening, Iván González, el propio Galperín y algunos más.
Con muy buenas imágenes en blanco y negro, el film tiende por momentos a una morosidad y a una "oscuridad" estética que pueden alejar al espectador, pero jamás atraviesa esas líneas; y, de algún modo, se las arregla siempre para sostener el interés, aún cuando hay escenas algo estiradas. Pero, como contraparte, lo surrealista, el humor y hasta el disparate de algunas escenas, suelen llegar en los momentos justos, para divertir al público y hasta para arrancarle alguna carcajada.
Por supuesto, la película será más del agrado de aquellos que conocen a Melingo y que entonces saben que mucho de lo que parece surreal no lo es tanto. Pero, a quienes estén dispuestos a meterse en el discurso del protagonista y director, la visión de "Su realidad" puede ser también una experiencia muy agradable.