Vivimos en la era de las secuelas y remakes innecesarias. Incluso algunas dan mucha bronca y no se entiende bien el por qué existen.
Cuando se anunció que Trainspotting iba a tener una continuación muchos pusieron el grito en el cielo justamente por esos motivos, pero un año y pico después dan ganas de gritar “gracias”.
Incluso me animo a decir que es una película necesaria.
Pasaron 20 años desde la última vez que vimos a Renton, Spud, Sick Boy y Begbie, y en aquel primer encuentro su vida pasaba por conseguir heroína hasta desconectarse del mundo. Todo muy bien explicado por espectaculares monólogos del personaje de Ewan McGregor.
Su “golpe de suerte” se dio en los últimos minutos del film cuando hacen el negociado con el narcotraficante y luego de eso se separaron por distintos motivos.
En esta oportunidad nos enteramos qué fue de sus vidas y en qué andan ahora.
Y si bien el film se hace cargo de esa filosofía drogona de la primera entrega, también encara sus consecuencias. Sobretodo en Spud.
Ni bien avanzan los minutos te das cuenta de que querés mucho a los personajes y que sufrís por ellos gracias al nuevo relato y a los flashbacks magistralmente insertados.
Danny Boyle es un verdadero genio. Es impresionante como narra en sincronicidad perfecta de planos y guión.
Su tarea no era fácil y superó todas las expectativas generadas al retratar el paso de tiempo en estos sujetos, con sus amores y sus odios.
Es en Renton donde se contrasta todo ya que se ha convertido en aquello que tanto odiaba y despotricaba. Y aquí otra vez la genialidad de Boyle por hacer que nos caiga mucho mejor el drogadicto que el tipo de vida ordenada.
La pelea de éste con Sick Boy es como una discusión y puesta en común entre las dos películas. De esa secuencia se pueden hacer infinidad de análisis.
El film está lleno de paralelismos y requiere más de un visionado para poder agarrarlos.
Con secuencias muy graciosas (pero no tantas como en la original) y escenas dramáticas que te hacen derramar lágrimas, el relato avanza con todo hacia un final tan demoledor como brillante y hermoso.
¿El elenco? Impecable. Ewan McGregor, Ewem Bremner, Jonny Lee Miller y Robert Carlyle tienen la misma frescura y espontaneidad pero con el tiempo a cuestas. Algo que los actores supieron usar muy bien. Cada uno tiene su momento y todos se lucen.
Traninspoting 2 ni por asomo es sobre las drogas y el reviente sino sobre la vida, el paso del tiempo, la crisis de mediana edad y como pequeños hechos pueden influir en todo.
Celebro mucho este film y deseo que en 20 años Boyle nos deje espiar una vez más la vida de estos amigos.
Si aman la original van a amar esta, si les gustó aquí la pasarán genial y si aún no la han visto háganlo ya para poder disfrutar esta obra al máximo.