No falta humor (aunque no se cae en el disparate) ni la pintura precisa de personajes de varias generaciones.
Las road movies son ideales para que el camino disuelva lo accesorio de las personas y fortalezca sus lazos. Tal es su sentido. Aquí esa regla se cumple en este cuento de una pareja joven, una herencia, el encuentro con alguien a quien deberán comprender, y un viaje.
No falta humor (aunque no se cae en el disparate) ni la pintura precisa de personajes de varias generaciones. A veces falla el timing pero la intención amable se mantiene durante todo el film.