Un documental dirigido por Acho Estol en el que Acho Estol aparece como uno de los retratados. No negaremos aquí la importancia de Estol en la nueva guardia del tango con su grupo La Chicana, en el que canta Dolores Solá, que también aparece en este largometraje. No hay dudas de que es justa la presencia de Estol y La Chicana en un documental como éste, la objeción es en cuanto a la elegancia de esa presencia, esa tercera persona forzada al estilo Maradona pero en forma de cine (yo director lo muestro a él, músico). La decisión cinematográfica es el problema, la ausencia de puesta en conflicto de ese detalle. Más allá de eso, de algunas declaraciones nacionalistas de un simplismo apabullante (Julio Pane), de alguna cámara en mano de más, el principal defecto de este documental es su amplitud de miras: el resurgimiento del tango, los grandes tangueros, las grandes tangueras, los nuevos tangueros, las anécdotas, lo "comercial", lo genuino, el éxito en el extranjero, el turismo musical y más temas. Demasiados ángulos que alejan cualquier profundización y hacen muy difícil de evitar la sensación de haber conocido apenas la superficie. Ese defecto general, de todos modos, tiene sus beneficios: la superficialidad aporta a la gran seducción de este documental, al vértigo y al placer de ver y escuchar, de pasar de tantos grandes veteranos (Leopoldo Federico, Atilio Stampone, Horacio Salgán, entre otros) a otros que vinieron después (Pane, Adriana Varela, Rodolfo Mederos) y a los más jóvenes (Ariel Ardit, Fulvio Giraudo), incluso en combinaciones de diálogo musical y de conversaciones nada forzadas. Tango en el Tasso (Centro Cultural Torquato Tasso, lugar de San Telmo fundamental para el tango en Buenos Aires) es un muestrario ágil de la variedad y las conexiones de un género que hoy en día se parece muy poco, afortunadamente, a la galería museística y con olor a naftalina de principios de los ochenta y de Grandes valores del tango . Por otra parte, la dirección de un músico como Estol le permite a este documental sumar al placer musical de los registros en vivo el que generan un ojo y un oído entrenados para preguntar y conversar sobre detalles de interpretación que se integran con fluidez al espectáculo general.
Un tango que poco aprieta Ya lo dice el refrán sobre quien mucho abarca. En su debut como director y libretista de cine parece que Acho Estol, líder de La Chicana, quiso meter en hora y media todo el elenco estable del local donde actúa, varios músicos más, ya que estamos, un recitador acaso innecesario, imágenes abundantes de una Buenos Aires mugrosa y creativa, tomas también abundantes de cada intérprete, más un prólogo que desdeña retóricamente la comercialización para turistas. No se puede todo en la vida. Orquestado en cuatro capítulos (Las glorias, Las minas, Los nuevos intérpretes, Vuelve el tango) y mechado con idas y vueltas de material que parece sobrante, el registro permite apreciar diversos valores, y disfrutar algunos instantes memorables. Por ejemplo, el Marinero Montes ensayando con jóvenes guitarristas, Juan José Mosalini dando clase, Leopoldo Federico en sobremesa de anécdotas, Lidia Borda recordando a Luis Cardei, Adriana Varela cruzando por su viejo barrio, el guitarrista Hugo Rivas en su peluquería de Boedo. Aparece Horacio Salgán, muy poquito. También Ariel Ardit apenas canta hermosamente un tema y chau, desaparece sin hacer declaraciones. Otros aparecen y reaparecen demasiado. Algunos dicen cosas interesantes. A algunos otros/as no habría que dejarles hablar tanto. Igual puede apreciarse el trabajo del montajista Agustín Elgorriaga, y la calidad de unos cuantos artistas históricos o dignos de serlo, como el propio Estol (pero no como cineasta).
Tangumental Acho Estol, reconocido músico integrante del grupo La Chicana, debuta en el cine con Tango en el Tasso (2011), un “tangumental” que explora la estética musical tanguera a través del testimonio de figuras de antaño que se entremezclan con jóvenes que ya dejaron de ser promesas para convertirse en las estrellas de hoy. Susana Rinaldi, Leopoldo Federico, Horacio Salgán, Adriana Varela, Ariel Ardit, Lidia Borda o Dolores Sola, entre otros, son entrevistados por Estol para abrir un debate sobre diferentes cuestiones que mueven al tango conceptualmente. Desde el comercio generado a partir del auge mundial hasta cuestiones que tienen que ver con sus liricas y concepciones artísticas serán abordados, a través de los 90 minutos que dura el film, para desplegar un abanico de opiniones tan ecléticas como lo son también las diferentes formas de enfrentar el género. Tango en el Tasso, además de abrir un debate donde el espectador sacará sus propias conclusiones, construye un retrato intimista de cada uno de los personajes elegidos. La cámara del realizador se mete dentro de cada integrante de esta selección tanguera a través de la utilización de primerísimos primeros planos que no solo tomarán sus rostros sino también detalles que definen sus personalidades, sin la necesidad de recurrir a explicación alguna ni caer en lugares comunes. Que esta película se estrene el Día Mundial del Tango no es ninguna casualidad como tampoco lo es la minuciosa selección de quienes integran cada uno de sus capítulos. Personas y personajes atraviesan transversalmente, a pesar de sus diferencias, una obra musical para convertirla en un verdadero estudio antropológico sobre el tango de ayer, de hoy y de siempre no solo para tangueros.
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