Una mirada sobre la restauración del Colón Por más que remita de inmediato a lo que ocurrió el 25 de mayo último, cuando se reabrió el Teatro Colón luego de una prolongada parálisis por las obras de remodelación, este documental de tardío estreno registra en realidad los primeros pasos del largo proceso de restauración de nuestro primer coliseo. De hecho, los créditos finales indican que las imágenes fueron tomadas entre octubre de 2006 y septiembre de 2007, y entre los agradecimientos aparecen los nombres de Jorge Telerman y Marcelo Lombardero, por entonces jefe de gobierno porteño y director artístico del Colón, respectivamente. Además, hay breves segmentos de las últimas obras representadas en aquel momento, precisamente antes del cierre, como la ópera Boris Godunov , de Mussorgsky. De todos modos, el más reciente documental de Bebe Kamin ( Adiós Sui Generis ) evita toda polémica y se concentra en la meticulosa tarea de ingenieros, artesanos, orfebres, técnicos y operarios, todos mancomunados en el rescate del esplendor original del teatro. La cámara se pone todo el tiempo a la altura de ellos y acompaña miradas, voces y trabajos en la búsqueda de una cabal comprensión de la magnitud de los trabajos, mientras procura elaborar un retrato de los perfiles menos conocidos del Colón. El relato fluye con elegancia, prolijidad, afán didáctico y cuidado por el detalle, aunque sin escapar de los convencionalismos de cualquier documental institucional.
Crónica de una restauracíon improvisada Extraño coctel de imágenes sin sentido acompañadas de imperdonables falencias técnicas es la propuesta del realizador argentino Bebe Kamin (Los chicos de la guerra, 1984) en el documental Teatro Colón, música, palabras, silencios (2010) que puede verse la sala Incaa Doc de Capital Federal. La idea original o al menos lo que decía la sinopsis en la gacetilla de prensa de la película, era la de reflejar un momento del periodo de restauración de uno de los máximos iconos de la arquitectura Argentina como lo es el Teatro Colón. De esta manera el film centraría su trama en la convergencia de toda la fauna estable del teatro con los que vinieron de afuera para remodelar las obras. Premisa que en la película no queda del todo claro y hasta resulta confusa. Además de los serios problemas en la estructura narrativa, que hasta podrían parecer adrede para denotar cierto modernismo cool enmarcado dentro de la nueva era del documental argentino, Teatro Colón, música, palabras, silencios presenta graves problemas formales desde lo técnico que exponen cierta precariedad y hasta desidia a la hora de cuidar algunos detalles como resultan ser la desprolija construcción de los encuadres, la fotografía distorsionada que en nada favorece a sus protagonistas y un montaje que por momentos suena a improvisado y carente de coherencia. Mezclando testimonios de restauradores con imágenes de alguna función de gala con muy poco sentido de la estética y la narración, Teatro Colón… no es más que un fallido documental acerca de un momento histórico que se hubiera merecido un mejor tratamiento artístico.
El realizador Bebe Kamín (“Adiós Sui-Generis” -1976-, “Los chicos de la guerra” -1984-, entre otras), reaparece a través de este documental que refleja un momento de la restauración de un ícono musical de la cultura argentina y universal. Trata sobre la convergencia de artesanos, arquitectos e ingenieros, directores de orquesta, cantantes de ópera y regisseurs. Obreros y artistas. Testimonios de profesionales, mediciones acústicas, frescos gigantes y piezas corales o de cámara componen una sinfonía audiovisual del Teatro Colón. Sorprende que Bebe Kamín en el mayor de los silencios haya hecho este documental que termina siendo un intento fallido y parece más una propaganda oficial que un documental en general. La salida de este filme también se produce en el mayor de los silencios puesto no ha habido privadas para la prensa, apenas unos DVD distribuidos entre algunos periodistas. Quien escribe hubiese deseado que éste hubiese sido un documental para conocer un poco más el templo de la ópera. Lamentablemente se queda a mitad de camino.