Ante todo, "Terapia en Broadway" representa el regreso al cine de Peter Bogdanovich, el notable director de clásicos como "La última película", "¿Qué pasa doctor?" y "Luna de papel", que volvió a filmar un largometraje después de 13 años. Y en segundo lugar es una celebración de la comedia como género y una revalorización del cine como representación de nuestras fantasías. La película (cuyo título original es "She's Funny That Way") es una comedia de enredos en el más puro de los sentidos: una joven que se gana la vida como "acompañante" pasa una noche con un enamoradizo director de teatro que le paga miles de dólares para que deje su trabajo y siga sus sueños de convertirse en actriz. Esta relación se irá complicando cuando entren en juego la psicóloga de la chica, la esposa del director, el productor de su obra, un juez obsesivo, un actor mujeriego y un detective privado. Bogdanovich homenajea sin disimulo a las screwball comedies de los años 30 y 40, la era dorada de Hollywood, y de paso le hace varios guiños a Woody Allen. Los diálogos son veloces y filosos, hay humor físico y situaciones confusas coreografiadas con gran timing. También hay buenos actores de comedia (Owen Wilson, Jennifer Aniston y la joven Imogen Poots, una revelación) y cameos de Cybill Shepherd y hasta Quentin Tarantino. Pero lo más importante es esa sonrisa naif y feliz que uno se lleva al salir del cine.