Sólo algunos chispazos del mejor Bogdanovich
Las peliculas de enredos amorosos dentro de una compañía teatral incluyen obras maestras como "Ser o no ser", de Ernest Lubitsch y "La comedia de la vida" (Twentieth Century) de Howard Hawks. Estos dos grandes directores siempre fueron la inspiración del talentoso Peter Bogdanovich a la hora de filmar comedias. Es que, aunque siempre será recordado por títulos más dramáticos como "La última película" o "Luna de papel", uno de los mayores éxitos de su carrea fue la comedia disparatada al estilo Hawks "Qué pasa doctor" (probablemente la mejor película con Barbra Streisand), mientras que uno de los films más celebrados por la crítica fue la comedia "Nuestros amores tramposos" (They all laughed) que incluía una de las últimas apariciones de Audrey Hepburn, y que de algún modo intentaba aggiornar el estilo de la comedia adulta de los clásicos de Lubisch.
Luego de una década de inactividad y de bastante más tiempo sin películas realmente notables- Bogdanovich vuelve a ese estilo de "amores tramposos" con una historia ya bastante rara desde el momento de que parte de la base de intentar hacer una comedia ingenua a través del relato de las experiencias de una prostituta convertida en acriz famosa debido a una sere de enredos dignos de un cuento de hadas.
La actriz y "ex musa" -tal como se autodefine el personaje de Imogen Poots- es sólo una de las muchas jóvenes escorts que tienen la ocasión de cambiar de vida gracias a la acción benéfica del director teatral interpretado por Owen Wilson, hombre de familia cuya vida podría ser casi perfecta sin la debilidad por contratar servicios para luego interactuar positivamente en la carrera de la chica elegida. El problema explota cuando la ex prostituta, ahora dedicada de lleno a a la actuación, por casualidad cae en el casting de la nueva obra de teatro de su mecenas, ofeciendo tal eficacia para su personaje (justamente, una escort), que ante el aplauso de todo su equipo creativo, incluyendo su esposa, el director no tiene más remedio que darle el papel.
Ese es el principal detonante de una trama llena de enredos interminables bien al estilo Hawks, pero sin el ritmo de sus comedias, ni con el trabajo visual característico de Bogdanovich. En su último trabajo el ya veterano director no pudo imponer un ritmo parejo ni un nivel equilibrado de gags eficaces, lo que no implica que esta película no sea atractiva por las irrupciones talentosas de algunos diálogos y el puñado de buenas actuaciones,. En el reparto se luce especialmente la psicóloga que compone Jennifer Aniston, además de las apariciones especiales de gente como Cybil Shepherd, Tatum O'Neal y hasta Quentin Tarantino.