Terror familiar

Crítica de Martín Philippi - Funcinema

IDEAS INTERESANTES, CONCRECIONES FALLIDAS

Alberto Luis Galateo fue un futbolista de cierto renombre en el ámbito nacional durante los años ‘30 y parte de los ‘40. Desarrolló casi la totalidad de su carrera en el país y hasta llegó a disputar la Copa del Mundo de 1934. Sin embargo, conforme su carrera veía el ocaso, su lado más oscuro comenzaba a emerger. Sesenta y un años después de su fallecimiento, su nieto, Damián Galateo, estrena este largometraje mitad documental, mitad ficción que retrata la vida del ex futbolista desde sus inicios en el deporte hasta el día de la tragedia. Su abordaje es indudablemente personal y coquetea con lo experimental desde lo genérico, pero también fallido en su concreción.

El hecho de abordar el documental a través del terror -marco en el que, sin dudas, se inscribe esta historia-, es en sí una idea interesante, pero Terror familiar presenta una serie de falencias en el orden de lo narrativo que deslucen su relato. Desde la arista documental, el hecho de que en ningún momento se sepa quién está hablando -la película decide omitir ese sustancial detalle- causa confusión y hasta cierta inquietud en el espectador, que poco puede hacer más que dejarse llevar por el testimonio de una serie de desconocidos e intentar atar sus propios cabos. En ese aspecto, no hay una verdadera coherencia que permita aglutinar apropiadamente la información que se va desplegando en el relato.

Los segmentos ficcionales, por su parte, presentan aproximaciones al suspense atractivas, pero que se quedan a medio camino debido a su alternancia con imágenes cuasi psicodélicas que no hacen más que entorpecer el visionado y deslucir las atmósferas previamente creadas. De ahí que Terror familiar sea, paradójica y lamentablemente, un retrato que no está a la altura de lo retratado y que pierde la oportunidad de mostrar el lado más oscuro de esa institución llamada familia, que muchas veces se convierte en un vehículo de violencia.