Admito que en los últimos años me he vuelto bastante adepto a las historias de zombies. No sé realmente el motivo. Tal vez deba hablarlo con mi analista... Lo cierto es que el cine le sigue encontrando vueltas de tuerca a este subgénero. Y eso me pone contento. Zombieland, con su original enfoque y retorcido sentido del humor, es una clara muestra.
El protagonista de la historia es Columbus (Jesse Eisenberg), un joven timorato que, gracias a su estricto código de reglas, consigue sobrevivir en un mundo apestado por zombies. Un día se cruza en su camino Tallahassee (Woody Harrelson) un tipo recio y solitario que, medio a regañadientes, acepta la compañía del joven. Ambos luego se encontrarán con un par de chicas (la ascendente Emma Stone y la Little Miss Sunshine Abigail Breslin) que son menos inocentes de lo que parecen. En suma, se conforma el típico grupo desparejo de esta clase de films. Personajes que primero desconfían los unos de los otros, pero que luego se van conociendo y estimando. Lo que sigue es el recorrido que realizan para llegar a un supuesto lugar seguro, libre de mutantes. Desde ya, en el camino irán encontrando problemas varios.
Como se verá, no hay nada en la historia que parezca muy original. Pero lo que hace de Zombieland una experiencia tan entretenida es el modo en que está narrada. Ya desde el principio la peli es diferente, con Columbus contando en off sus reglas esenciales para sobrevivir en un mundo de zombies. Reglas que hacen hincapié en algunos tópicos básicos de este subgénero, pero de una forma muy original. La película es una comedia de terror, aunque miedo sea lo que menos cause. Tal vez no posea el ingenio ni sutileza de Shaun of the dead, pero tiene un humor más salvaje (lo que es lógico, siendo aquella inglesa y ésta yanqui). Y tiene a un Woody Harrelson en plenitud, componiendo a uno de esos brutos simpáticos que tan bien le salen. Y posee un gran cameo que, si bien ya lo deschavaron en varios medios, prefiero no develar. Además, tiene algo que me gusta de las películas de zombies, y es que no se busca explicar las causas de lo que sucede. Sólo sabemos que el mundo está lleno de zombies. Punto. Y mucho menos busca reflexiones ni analogías con el mundo real, con la política, con la sociedad... Es una película que juega con el género, nada más. Ni nada menos. Ah, y es cortita.
Zombieland no será extraordinaria, pero está buena. Una justa mezcla de humor, tripas y sangre. Y parece que ya está en camino la continuación. Así que los fanáticos de los fiambres vivientes seguiremos disfrutando. ¡Larga vida a los muertos!