Poco susto y mucha risa
No es otra película de zombies, sobre todo por su esquema y su estilo narrativos. No hay científicos locos ni un grupo de personajes que, a mordiscón limpio, va de a uno hallando su fin. No hay suspenso ni muertes en primer plano. Gracias a una hamburguesa podrida, los muertos vivientes ya están ahí y el objetivo de los pocos seres humanos que quedan es sobrevivir. Así, un joven, un cazador de monstruos (un Harrelson haciendo su acostumbrado freak) y dos chicas tratan de cruzar la tierra de zombies en busca de sus sueños. En ese contexto de arrebatos sanguinolentos, es el humor el condicionante de un estilo que no busca asustar sino contar una aventura inocente, divertida y con un único mensaje: sigue las reglas, aunque vengan (literalmente) degollando.