El director Paolo Virzì, el mismo de quien el año pasado se estreno la muy buena comedia “La prima cosa bella”, vuelve al ruedo en un filme bastante fallido, sobretodo teniendo en cuenta, y por comparación, el antecedente citado.
Guido (Luca Marinelli) trabaja de noche en la recepción de un hotel, pero es presentado como un intelectual que deja de lado sus proyectos personales por amor a Antonia (Federica Victoria Johanna, mejor conocida como Thony), su novia, con la cual convive. Ella de día trabaja en una empresa de alquiler de autos, aunque su deseo originario circule por el de la música, específicamente el canto.
Sólo las mañanas son el momento de encuentro, cuando Guido vuelve de trabajar. Hacen el amor que, luego de tantos años de convivencia, parecen realizarlo como un trámite, rápido, como la faena en pos de engendrar un hijo.
¿Para Que?
Esto los hundirá en un infierno de fracasos, donde los proyectos propios, los duales, los desencuentros, las lagrimas, las sonrisas, van en paralelo, o sea que ni se rozan.
Pero el filme jamás termina por desplegar y desarrollar de manera creíble el conflicto principal, como tampoco los nudos argumentales de cada una de las subtramas en los que se dilapida mucho metraje para la presentación de esos personajes, lo que nunca concluye de profundizarse por lo que sólo dan cuenta de estar muy mal presentadas y peor construidas.
Digamos, como una muestra, que los mundos diferentes de procedencia de la pareja lo comparten en una cena con la familiar de Guido, sólo para hacer foco en que ella los admira, personas pertenecientes, como dice Sigmunt Baumann, a la clase alta intelectual, de finos modales, en las antípodas de su propia familia expuestas como una gran fauna autóctona del sur de la península. Sólo por la química que ellos, la pareja protagónica, la realización muestra en pantalla lo rescatable.
A ello se suma que durante la primera mitad estamos frente a una comedia, para luego dar lugar a algo que intenta ser un drama, pero que derrapa en un melodrama lacrimógeno, pseudo romántico, vetusto. Situación que termina por confundir sobre que quiere específicamente narrar y ayudados por esa confusión además de la previsibilidad del relato, aburrirse
Producción olvidable inmediatamente después de abandonar la sala.