Enredos bien de comedia italiana
Como en aquella historia medieval de los amantes que por un hechizo quedan transformados en animales de distintos hábitos, y sólo pueden verse en el breve paso de la noche hacia el día, los tortolitos Guido y Antonia tienen horarios laborales inversos, y sólo alcanzan a verse una hora al día, cuando él vuelve del trabajo y la despierta para un café y un rapidito antes de echarse a dormir mientras ella corre a su empleo. Vida moderna. ¿Cómo pueden pensar en tener un hijo? Sin embargo, anhelan llegar al embarazo.
El está contento con su empleo de conserje, que le permite estudiar textos antiguos sobre los primeros cristianos. Ella se siente harta de su trabajo de ventanilla en la terminal de trenes. Cuando están libres, ella canta composiciones propias, que él ama, y él la lleva a cenar con su familia, que ella admira, gente educada, cordial, tan distinta a las bestias peninsulares que dejó en su pueblo. Y siguen pensando en tener un hijo.
Como puede preverse, las cosas se complican, las visitas a especialistas se multiplican, y a cierta altura los ánimos se desatan. Intervienen en todo esto unos vecinos con lindas criaturas, una ginecóloga, un ginecólogo estilo Adolfo Celi pero con morisquetas y más pelo (el veterano Franco Gargia), personal de hospitales y laboratorios, un dueño de bar con sus muchachos fornidos, los padres de ella que caen como peludo de regalo, pero tan bestias no son, unas dulces azafatas alemanas, un japonés pervertido, y un viejo amor de las épocas en que ella se daba a la bohemia rockera. Ese viejo amor sigue tan bohemio y chanta como entonces. Es decir, la pasa mejor que Guido.
Por ahí aparece un homenaje (digamos, un calco light) a cierto esquicio de "Sexo loco", donde Giancarlo Giannini joven hacía trabajar a la imaginación en circunstancias algo incómodas. Por ahí también la película se pierde un poco, igual que se pierden los miembros de la pareja. Pero la parte final recupera la gracia, cierra bien cada intriga abierta, satisface a todo el mundo y culmina con la resolución de una intriga: ¿cómo se conocieron estas dos criaturas? Autor, Paolo Virzi, el mismo de "La prima cosa bella", ahora inspirado en una novela de Simone Lenzi. Intérpretes, Luca Marinelli y Federica Victoria Johanna Caiozzo, más conocida como Thony, cantante y compositora siciliana. Suyos son doce de los temas musicales que se oyen en la banda sonora. El otro es de Beethoven, pero apenas se escucha.