Desde que irrumpió con Say Anything, una buena comedia romántico-juvenil a fines de los 90 con John Cusack, Cameron Crowe entregó películas que, aún abordando temáticas e historias lineales lograron ser diferentes gracias a sus ideas expresivas y su buena mano como realizador. Jerry Maguire, Casi famosos y Todo sucede en ElizabethTown son ejemplos inmejorables de esta premisa y Un zoológico en casa se inscribe perfectamente en esta tendencia, a pesar que la carrera de Crowe parece haberse estancado en los últimos años. Basada en un caso real ocurrido en Inglaterra, se vuelve aquí una amena, sensible y emotiva pieza cinematográfica. A través de una clásica historia de vida de superación y temple frente a la adversidad, con un reciente viudo y
periodista de aventuras que nunca las vivió en carne propia, que decide renunciar a todo y mudarse con sus niños a una casa con zoo incorporado, el realizador logra apartarse de los lugares comunes y aportar en cada escena condimentos que la diferencian de productos fílmicos afines. Alternativas de fuerte contenido sentimental y humano sostienen cada uno de los minutos que demanda narrar la trama, enriquecidas por un elenco fenomenal, en
el que no sólo se destacan Matt Damon y Scarlett Johansson sino también secundarios estupendos y un par de consumados pequeños actores.