Ya no alcanza con el perro, el gato o la tortuga ¡Es hora de más!
Benjamin Mee (Matt Damon) es un hombre que luego de la muerte de su mujer, debe afrontar la vida junto a sus dos hijos: una niña adorable y un adolescente rebelde que aún mantiene el duelo por su madre, generando que sus conductas no apropiadas lo expulsen del colegio. Con una necesidad imperiosa de volver a empezar, Mee decide mudarse y encuentra el lugar indicado para que todo renazca. Salvo que el tan ansiado lugares un Zoo que al morir su dueño dejó explicito que quién compre la casa deberá hacerse cargo de los animales en peligro de extinción que ahí viven aún bajo el cuidado de un equipo muy especial, entre los que se encuentra su directora Kelly Foster (Scarlett Johansson).
El guión es una adaptación de la novela autobiográfica del propio Mee, y es una muestra constante de lucha, entereza y puesta en marcha cuando parece que es difícil poner primera y avanzar. Sin dudas, su director Cameron Crowe (“Jerry Maguire”, “Casi Famosos”) es un experto en darle puntapiés a los personajes y sacarlos a flote. En Un zoológico en casa, los búsqueda por la soluciones sean económicas y/o emocionales están siempre latentes y son tratadas en un tempo lento como si nosotros los espectadores estuviéramos viviendo las transformaciones internas del personaje o de algunos de ellos. Las escenas vinculadas a la madre muerta son lo mejor del film.
Más allá de los lugares comunes que nutren la misma, que cualquiera puede percibir con ver su tráiler o su sinopsis, encontrará una película entretenida para ver en familia. Matt Damon tiene sus altibajos y Johansson no logra deslumbrar en ningún momento (no sé que le pasa pero últimamente viene de mal en peor con la elección de sus papeles y ni hablar de su performance). Quienes logran un gran destaque son Maggie Elizabeth Jones y Colin Ford, ambos como hijos de Damon en la historia. Y Elle Fanning que nació para estar frente una cámara y cada día, actúa mejor. Una gran gran promesa de Hollywood.