Es la típica película con buenas intenciones políticas, que simplifica una buena historia real y pone el acento en los costados luminosos e ignora la gravedad de los conflictos. Cuatro chicos que caminando huyen de Sudan, cuando sus padres son asesinados y llegan a un campo de refugiados. Allí, después de años, son sorteados para inmigrar a EEUU, la tierra prometida. De la adaptación se ocupa la segunda parte de la peli, muy obvia.