Un relato apropiadamente hilvanado.
Las historias sobre refugiados en países tercermundistas no tienen una llegada fácil al público. Es un tema muy duro, que por cuestiones de respeto no se puede edulcorar o simplificar. Pero es de valorarse como a pesar de eso se toman la molestia de contar una historia por lo menos correcta en el sentido narrativo, sin traicionarle el sentido y hacérsela llegar al público de una manera ingeniosa. Este es el caso de Una Buena Mentira.
Los Niños Perdidos
Una Buena Mentira cuenta la historia de Paul, Jeremiah, Mamere y Abital, cuatro niños de una tribu sudanesa, que al perder a sus padres a manos de guerrilleros, pasan a convertirse en refugiados. Ya mas crecidos, la suerte les depara que una loteria arreglada por la UNICEF los elija ganadores y son relocalizados a los Estados Unidos, mas precisamente a Kansas City. Allí, estos refugiados, con la ayuda de Carrie Davis (Reese Witherspoon), una trabajadora social, buscarán empleos y se producirán las habituales fricciones producto del choque de razas, la adaptación a un nuevo mundo y la añoranza del hogar.
Si bien la película tiene muchas escenas contemplativas que bordean en lo documental, y alguna que otra escena cómica de relleno, no se puede negar que la historia tiene un objetivo concreto en general, y cada personaje tiene un desarrollo particular. Cualquier otro guion habría sucumbido una y otra, y otra vez al golpe bajo. Aquí elige simplemente partir de él, para progresivamente convertirse, simplemente, en un cuento bien contado, con alegorías literarias bien planteadas. Si bien la película promociona la ayuda a los refugiados, nunca cae en la propaganda. Dejando un saldo final que si bien no excelente es definitivamente positivo.
Buena Mentira por nombre, y por naturaleza
Por mas bien contada que este esta historia, hacérsela llegar al público no es sencillo. No todo el mundo va a salir corriendo a ver una película cuyos protagonistas sean refugiados sudaneses. Pero si en los trailers y los posters le damos predominancia a Reese Witherspoon (cuyo personaje es secundario en la historia como un todo), y la venden como una peli tipo Erin Brockovich o The Blind Side, es mas probable que la gente pague boleto. Para cuando se sienten en la butaca ya van a estar metidos con la historia; no enganchados, pero sí con la suficiente curiosidad para saber como termina. Solo por esto, me quito el sombrero a los productores; han hecho entrar a quien esto escribe como un caballo. También, cabe aclarar, que suma bastante a la emoción y el verosímil de la película el hecho de que los actores que dan vida a los refugiados, hayan sido refugiados en la vida real, y de la misma región de sus contrapartes de la vida real.
Conclusión
Una Buena Mentira es un apropiadamente hilvanado relato, que a pesar de la dureza de su tema, sabe ser llevadero. Aunque a veces cae en el tedio, esto no afecta al saldo final que es un cuento muy bien contado.