Anexo a la críticia
El relato se inicia desde el comienzo como una apuesta intimista y reflexiva en torno a una inquietud fundamental que se hace Maximiliano: el sentido del matrimonio. Maxi está en pareja y convive con David en una relación muy estable, pero la nueva ley de matrimonio igualitario remueve en él preguntas que no sabe cómo responder, y así como Diógenes buscaba a un hombre con su linterna, Maxi busca con su cámara a aquel/aquellos que le puedan aportar sus vivencias, buenas y malas, en relación al matrimonio. Al principio tuve la impresión, reforzada probablemente por el título, de que el relato exploraría las familias alternativas al modelo heterosexual victoriano; pero a medida que el relato fue avanzando, el foco de la exploración -a mi entender- dejó de ser el de las familias (o dejó de serlo preponderantemente), para recentrarse en la construcción y el sostén de los vínculos amorosos, donde incluso el contexto homosexual de las parejas se tornó casi accidental. Creo que lo mejor de la película es lo genuino del proceso en el que se plantean interrogantes para las cuales no hay una respuesta ni definitiva ni generalizable dogmáticamente. No se trata de encontrar un sentido, si no de construirlo, de apropiárselo del único modo en que se puede hacer: participando del mismo desde su origen