Tras su paso por el BAFICI 2016 se estrena esta ópera prima de ficción de un director con amplia experiencia en el rockumental.
Difícil obtener un dato que lo valide, pero el modelo narrativo de Antes del amanecer debe ser uno de los más replicados en las últimas dos décadas. Primer largometraje de ficción del realizador Mariano Goldgrob, que había codirigido los rockumentales Mono y ¿Qué sois ahora?, un documental sobre Pequeña Orquesta Reincidentes, Vapor es la historia del reencuentro de una ex pareja durante una tórrida noche porteña.
El relato comienza con el encuentro casual de un hombre y una mujer (Julia Martínez Rubio y Julián Calviño) en la puerta de un velatorio. Ellos fueron pareja durante varios años, hace un largo tiempo que no se ven, y no tardará en surgir la idea de compartir una charla.
El film muestra el derrotero de ambos en medio de una Buenos Aires realista y nocturna digna de la etapa germinal del Nuevo Cine Argentino. Lejos del cada vez más deslocalizado cine mainstream local, Goldgrob apuesta por cargar al espacio de particularidades. Allí, entre viajes en subte, cervezas en vasos de plástico y cigarrillos compartidos, la ex pareja irá poniéndose al día, develando progresivamente sus capas sentimentales más profundas.
Vapor encuentra sus picos más altos en las interpretaciones de sus actores, que hacen de las miradas y la gestualidad dos elementos comunicacionales fundamentales. Hay por momentos un apremio narrativo generalizado que evidencia las costuras del relato, pero el resultado es una película amable, sincera y noble. Igual que sus protagonistas.