Producido por Avila Films, esta semana se estrena en Buenos Aires, la ópera prima autobiográfica de Álvaro de la Barra , "Venían a buscarme". Si bien es un subgénero en sí mismo, (creo yo), el de construcción de la memoria a través del análisis y la documentación de los excesos producidos por las dictaduras militares en América Latina entre los 70' y los 80', éste en particular, es claramente distinto.
Será porque está narrado por aquel que alguna vez fuera un niño muy pequeño, que se quedó sin padres un día al salir del jardín donde concurría habitualmente.
Hijo de Alejandro de la Barra y Ana María Puga, militantes del MIR asesinados en la puerta misma de la escuela donde concurría, Álvaro fue rescatado por su familia, quien logró sacarlo del país con rumbo a Francia. Luego de un tiempo allí, logró llegar a Venezuela, donde su tío junto a su pareja, lograron registrarlo como hijo propio.
La cinta arranca con un momento muy emotivo, donde el cineasta recibe el certificado emitido por el estado chileno que lo reconoce como hijo legítimo de sus padres. El recorrido que se plantea en la cinta, es el habitual en este tipo de montajes: entrevistas, recuerdos, fotos, videos de noticieros. También hay material familiar y alguna reconstrucción precaria ficcional, que es excusa para vehiculizar algunos trazos que conforman un lienzo potente, de gran valor histórico.
Desde el punto de vista estrictamente narrativo, sin embargo, es cierto que si no estás en sintonía con el espíritu emotivo de la cinta, el documental puede percibirse como una estructura conocida y de lugares en los que habitualmente se transitan cuando se reconstruyen hechos históricos.
Lo cierto es que "Venían a buscarme" también ofrece un tono didáctico fuerte, el de director poniendo el cuerpo a su proyecto, narrando su historia y poniendola en juego, con todo lo potente y doloroso que eso puede ser.
No me canso de decir que la memoria de los pueblos jóvenes, frágil, se debe construir día a día con el relato de aquellas jornadas oscuras que no deben volver a vivirse más. "Venían a buscarme" en ese contexto, viene a funcionar como un espacio de recuerdo, celebración y nostalgia, por la vida de los que ya no están, pero viven en la memoria de sus hijos y nietos.