Un lisérgico y original giro a la clásica historia de detectives
Cuando tenés a un director como Paul Thomas Anderson y a un escritor como Thomas Pynchon, podés estar seguro que hasta la más común y silvestre historia de detectives va a ser una visión definitivamente original.
Armando Porro, Detective Privado
En la década del ´70, Doc Sportello, un detective privado, recibe la visita de su ex novia, quien le pide el favor de investigar la desaparición de su novio, un rico –y casado—magnate de las bienes raíces. Los problemas surgirán cuando esta misma chica sea la que desaparezca y Doc sea acusado por la policía de tener algo que ver.
Vicio Propio tiene todo lo que le necesita una policial de esta naturaleza. Lo que la hace original es el tratamiento de sus ingredientes, las actitudes de sus personajes, la comicidad en ciertas escenas y el giro increíblemente original de tomar a un narrador omnisciente y hacerlo participar de la acción, casi como una ruptura de la cuarta pared pero sin llegar a tal.
La única desventaja, la única, que le encuentro es que le sobra media hora de duración. El conflicto principal y el secundario se resuelven a las dos horas de metraje, y si bien la media hora restante no es lo que se dice relleno, es un peso que arrastra.
El ojo de quien mira
Podríamos decir que Vicio Propio es la película en la que Paul Thomas Anderson más énfasis ha puesto en la dirección de actores. Hay escenas en donde hace un simple plano y contraplano, como cualquier director, pero hay otras en donde su confianza en el aspecto interpretativo es tal que simplemente se limita en acercar la cámara a los personajes conversando, lentamente y de un modo casi imperceptible, acentuando la tensión y la curiosidad del espectador.
En el apartado interpretativo, tenemos logradas interpretaciones de Joaquin Phoenix, Katherine Waterston, Reese Witherspoon y Benicio Del Toro. Pero la actuaciones que más destacan del repertorio son las de Martin Short, y por supuesto la de Josh Brolin, naturalmente en escenas de contenido cómico.
Conclusión
Aunque conserva todos los ingredientes de una clásica novela de detectives, el viaje y exposición lisérgica de los personajes pueden llegar a hacer de Vicio Propio un poco inaccesible para el publico general, pero los cinéfilos, sobre todo los seguidores del cine de Paul Thomas Anderson, sabrán encontrarle sus virtudes.