Vigilia

Crítica de Rocío Belén Rivera - Fancinema

BAJOS IMPULSOS

¿Qué queda después de una guerra? Eso explora Vigilia, la nueva película de Julieta Ledesma. Esta co-producción argentina-uruguaya se mete en el inconsciente colectivo de un pueblo rural atravesado por una guerra y una sequía desoladoras.

El film se presenta como una mostración de los efectos más devastadores de una guerra arcaica, a partir del regreso de un hijo a una familia que encontrará absolutamente dislocada. A través de los planos, las escenas y las dinámicas entre los integrantes de esta familia (padre, madre, hijo y sirvienta) y con los animales, la película va construyendo una atmosfera densa, cargada de las connotaciones que el entorno genera en los integrantes del clan. Los animales encarnan un elemento fundamental, porque a partir de ellos los espectadores nos adentramos en un mundo pulsional, instintivo y ajeno a la moral: es el mundo que la guerra les dejó. Las relaciones se vuelven básicas, mínimas, animales, lo que sumado a una puesta en escena rica de ver, deja expuesta una interesante influencia surrealista, donde realidad, ficción y subjetividad se entremezclan en un juego de interpretación para los espectadores.

La ya nombrada puesta en escena es exquisita, digna de destacar y lo que más sobresale de esta película, ya que roza la experimentación. La misma retrata un pueblo del interior de la Argentina, con sus paisajes despoblados, llenos de naturaleza en estado puro. Las tomas son prueba fiel de eso, a través de un rico juego de sombras, de secuencias largas con sonido ambiente y de gran angulares, habilitando una conexión interesante entre lo humano y lo natural, en un devenir microsocial que remite a un orden primitivo de existencia. Esta animalización de los personajes se refuerza con el poco uso de los diálogos: los mismos son breves -monosílabos en ocasiones- y muchas veces cargados de una violencia incoherente, que permite la deshumanización de los lazos que unen a los integrantes de esta pequeña comunidad. Además, la atmosfera de locura que va creciendo en el devenir de la historia, ayuda a la concreción de una historia más bien mítica, la cual es bien interpretada por los actores.

Pequeña historia, repleta de reminiscencias ancestrales, míticas y bíblicas, Vigilia es un buen reflejo de lo que el cine nacional es capaz de hacer, mostrando una historia fuera de lo común del realismo al que generalmente nos tiene acostumbrados la cinematografía local.