Yo no sé que me han dicho tus labios
Este documental es un largo bonus track de “Yo no sé qué me han hecho tus ojos”, sin el mismo encanto ni interés.
En 2003, Sergio Wolf y Lorena Muñoz rescataron del olvido la historia de Ada Falcón, la cancionista que en los años ‘40, en pleno apogeo, se retiró de la vida pública: en la bella Yo no sé qué me han hecho tus ojos contaban la vida de la artista, su tormentoso romance con Francisco Canaro y, con el pulso de un policial negro, la rastreaban hasta encontrarla con vida en un hogar de ancianos en Córdoba. Todas las películas tienen escenas descartadas; en este caso, Wolf intenta recuperar su primera charla con Falcón, que se quedó sin sonido y, por lo tanto, no pudo ser incluida en aquel documental.
Muchas de las grandes películas nacen de alguna idea obsesiva de su director, algo que es aun más frecuente en los documentales, donde se necesitan enormes cuotas de pasión y esfuerzo para perseguir, a veces durante años, temas y personajes a menudo esquivos. El desencuentro se produce cuando el realizador no consigue contagiar su entusiasmo personal al público. Es lo que sucede con esta suerte de largo bonus track de Yo no sé… que es Viviré con tu recuerdo.
Siempre en primera persona, Wolf cuenta circunstancias que rodearon aquella filmación -incluso íntimas, como que entonces estaba en pareja con Muñoz- y se detiene en la que llama “escena primaria, como para los psicoanalistas, o escena del crimen, como para los detectives”: la del día en que por fin, después de una larga búsqueda, conoció y entrevistó a la cancionista. Esa escena quedó muda y obligó a repetir la entrevista dos años después. Pero a Wolf lo desvela la sensación de que el primer encuentro había sido mucho más jugoso que el segundo.
Entonces, durante gran parte de este nuevo documental lo vemos tratando de descifrar -solo o con la ayuda de una lectora de labios- el contenido de esa conversación silente. La escena se repite una y otra vez: como en Yo no sé..., se trata de una pesquisa detectivesca, pero sin el mismo encanto ni interés. Wolf la aprovecha para reflexionar sobre temas como el cine, el arte de narrar o el paso del tiempo, pero al cabo lo más jugoso vuelven a ser las palabras que Falcón ya había dicho en Yo no sé... trece años atrás.