Por encima de la ley
El filme del director Abel Ferrara, el mismo de “Un Maldito Policia” (1992), “El rey de New York” (1990), “El Funeral” (1996), posiblemente sus tres mejores trabajos estrenados en Argentina, vuelve a la carga, y en este caso no presenta concesiones. Obra seca, tajante, sin el mínimo deseo de hacer pasar al espectador por un momento de esparcimiento, más allá de que la primera mitad de la naración transcurra de una orgía a otra, pero extirpando toda sensación de excitación a través de las imágenes. Una hora en la cual Gerard Depardieu mezcla su enorme y para nada agraciado cuerpo entre prostitutas jóvenes, excesos de alcohol, viagra.
La segunda parte es toda una clase de actuación en la que Depardieu hace gala de sus recursos histriónicos para mostrarnos el cinismo casi en estado puro. Pero la historia abre con un juego, el actor protagónico es presentado en una doble lectura, un doble juego, que bien podría ser el mismo, dando detalles de su razón de ser en el filme, como su personaje dando razones de cómo se ve la vida desde ese lugar de privilegio que otorga el dinero en exceso y el poder sin limites.
Inspirada en el polémico escándalo de 2011 en el que se vio envuelto el político galo, ex-presidente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en el punto en que ya se hablaba de una pre-candidatura presidencial en Francia, que dio la vuelta al mundo, cuando una empleada de un hotel de Nueva York lo acusó de asaltarla sexualmente.
Modificando los nombres, la explicación inicial nos indica que lo que vamos a ver es en parte una suposición de los hechos ocurridos en esa suite 2806 del hotel en Nueva York, para luego desplegar con habilidad narrativa, por momentos con imágenes cercanas al genero documental, los pormenores de un mundo corrompido.
El señor Devereaux es el individuo poderoso en cuestión. Un hombre que manejaba miles de millones de dólares cada día. Un mortal que controla el destino económico de muchos países, afirmando que “la pobreza en un gran negocio”. Un semejante dominado por un delirante deseo sexual, pero que el tiempo transcurrido sobre la tierra le ha quitado la juventud necesaria para sostenerlo desde el cuerpo lo llevará a consumir viagra como quien consume agua.
Una persona que soñó con salvar el mundo, pero que no puede salvarse a sí mismo, alegando que “nadie quiere ser salvado”. Casi una traslación, salvando las distancias, por supuesto, del texto de Albert Camus “La Caída” en el que el personaje le habla al lector y éste pasa a ser el segundo personaje de la novela.
Abel Ferrara no es lo que se llama un creador decente, utiliza estrategias y armas que el cine convencional no se atreve a emplear. Es recurrente en la intención de producir impacto con las imágenes, de la misma manera que lo realizado en las producciones antes mencionadas, todas ellas no son otra cosa que imágenes especulares, sin cortesías del lado más sombrío de la existencia humana.
Lo mejor de la realización se expone en las interpretaciones, tanto de Depardieu como de la eternamente joven (no tanto, ok), y si siempre bella, Jacqueline Bisset, en el papel de su esposa, fiel, salvadora, y mentora del personaje retratado, con el deseo de convertirlo en máximo mandatario del país europeo.
Una casi radiografía de la sociedad actual, cínica, corrupta, decadente, banalizada al extremo, en que los medios de comunicación están al servicio del poder, vivir la vida de los excluidos a través del relato de quienes manejan los hilos de las marionetas.