El bullying no es un suceso moderno, eso es ya sabido, pero el hecho de estar presente en la agenda de todos los medios de comunicación le da una nueva pintada de cara a esa forma de violencia, donde algunos chicos son tomados como blanco de maltratos por el resto. En este caso, el protagonista de El Corral es víctima de un sinfín de abusos por el hecho de ser un cuatro-ojos miope, sin amigos, pésimo en los deportes, con gustos distintos a los que están de moda, es decir, el raro de la escuela.
En medio de esa etapa donde lo diferente es un pecado que se paga a diario está Esteban Ayala, quien lejos de vivir la adolescencia como una belle époque, busca el modo de evadirse de ella a través de la poesía: un lugar donde puede abstraerse de los golpes –físicos y psicológicos-, de las gastadas cotidianas, de la falta de atención de sus padres y el rechazo de su hermana.