Basada en la novela “Warm bodies”, de Isaac Marion, la película parece, de a ratos, ser similar a la saga Crepúsculo, pero cargada de ironías y sin la pesadez que caracteriza a cada escena cursi y “rococó” de la cinta de los vampiros. Nos narra la historia de R, un zombie que apenas puede gruñir y pronunciar con mucho esfuerzo unas pocas palabras. Éste, junto con un grupo de muertos vivos, pasan sus vidas hambrientos en busca de comida, más precisamente de cerebros, cuya digestión les permite tener unos cuantos momentos de lucidez y traer a sus mentes recuerdos. Pero tras asaltar un edificio y acabar de pocos bocados con un humano, nuestro protagonista comienza a sentirse atraído por la novia de este. Mi novio es un zombie nos enseña lo mejor de sí en su resumido y dinámico tráiler; todo lo que ocurre en la hora y media del film resulta por demás soso y denso. Es que el fallo principal de esta cinta radica en que no logra entretener ni generar concentración en el espectador. Un gran problema de la cinta está claramente dado en el comienzo: si en 40 minutos iniciales el relato no nos entusiasma y avanza a paso de tortuga, es muy difícil que algo vaya a cambiar y darle un giro inesperado al asunto. Y lamentablemente eso es lo que sucede aquí: salvo la musicalización y algunos que otros gags pasables, la película da pasos muy cortos y sumamente predecibles, generando en el espectador un estado somnoliento. Por momentos bizarra, Mi novio es un zombie no entusiasma, no conmueve y, por si fuera poco, no logra dar en la tecla en las secuencias que pedían una pizca de tensión. LO MEJOR: musicalización. LO PEOR: el ritmo, lo poco aprovechada que está la idea. No entretiene. PUNTAJE: 3,50
Política y corrupción cada vez más cerca de ser sinónimos Broken City es un interesante thriller político que se caracteriza por mostrarnos bajo una atmósfera oscura cómo la corrupción, el crimen, las traiciones y los negocios van de la mano en épocas de campaña. Mark Wahlberg interpreta a un detective privado que es contratado por el alcalde (Russell Crowe) para que investigue a su esposa (Catherine Zeta-Jones) por una supuesta infidelidad. Lo que parece en principio un caso delicado pero no tan riesgoso en su accionar, comienza a darse vuelta y con el correr de los minutos se va volviendo cada vez más turbio. Una historia en la cual las trampas están al acecho constantemente y en donde ningún sujeto puede confiar mínimamente en otro. Un film que nos muestra cómo manejan los hilos de toda una ciudad a su antojo aquellos que cuenten con mayor poder, en donde no importa el precio que haya que pagar por perpetrarse en la cima de un mandato. En Broken City los puntos fuertes radican en las soberbias actuaciones de Wahlberg y Crowe, los cuales nos regalan unas grandes escenas a base de diálogos inteligentes y miradas desafiantes; un buen ritmo para narrarnos los hechos; y alguna que otra apreciable pero no pretenciosa vuelta de tuerca. Entretenida y dinámica a la vez, en la película no hay lugar para pasajes densos. Si bien goza de buena armonía en su relato, no logra resultar un producto memorable que escale o trascienda dentro del género. LO MEJOR: Wahlberg y Crowe. Pinceladas de intriga y toques de buen thriller. LO PEOR: decae en intriga, pierde un poco el hilo. PUNTAJE: 6,50
Un festival de acción a manos del durísimo Statham Híper dinámico relato en donde la adrenalina parece no querer ausentarse un solo minuto, provocando en el espectador una agradable experiencia y sensación de entretenimiento. En Parker prevalece la acción, las peleas mano a mano y los disparos. Destacable resulta el hecho de que la película no aburre siquiera en las pocas escenas en las que no hay enfrentamientos, siendo esto un gran acierto, dado el vertiginoso ritmo que se le imprime a la historia. El film funciona a la perfección como un producto ágil, potente y con una energía voraz, de tal forma que no importa ni es necesario que el guión sea poco original o escasamente elaborado, porque lo que se nos quiere ofrecer es un carnaval de fuerza y entusiasmo puro. El punto más vigoroso de la película, más allá del dinamismo mencionado anteriormente, radica en la interpretación del protagonista de Safe. En esta ocasión, Jason Statham hace de… Jason Statham, es decir, lleva a cabo el mismo papel al que nos tiene acostumbrado en cada una de sus cintas: el tipo rudo, durísimo como roca y perseverante en su lucha por derribar a cuanto sujeto se le interponga en su camino. Más vengativo que nunca, el actor de El Transportador cuenta con la particularidad de transmitirle al espectador una confianza y seguridad única en sus papeles, digna de intérpretes de la talla de Bruce Willis, por citar un ejemplo. Quizás se exagera en alguna que otra toma o secuencia en la que nuestro héroe se sortea un vehículo tras otro al mejor estilo Grand Theft Auto, pero en líneas generales y para seguidores de Statham esta entrega de Parker es una muy atractiva y divertida propuesta cinematográfica. LO MEJOR: Jason Statham asolando contra todos y todo, la dinámica del film y unos cuantos buenos gags. LO PEOR: algunos minutos de más, unas cuantas puertas abiertas muy fácilmente. PUNTAJE: 7,50
Extravagantísimos y densos pasajes que hipnotizan al espectador The Master es una película sumamente particular, rarísima como pocas. Resulta difícil realizar una crítica objetiva sobre ella, dado que cuenta con puntos brillantes, majestuosos, como lo son las actuaciones de Joaquin Phoenix y de Philip Seymour Hoffman; pero a la vez contiene un ritmo tan manso y a veces soporífero y confuso que genera miles de dudas a la hora de analizarla. El film aborda un tema interesante como es el de la cienciología, algo así como una organización religiosa que ofrece cursos de mejoramiento personal y autoayuda a niveles elevados. Opera transportando a las personas hacia un pasado, invitándolas a un viaje imaginativo que les permita recordar o idear eventos antiquísimos, con el supuesto de que al volver de ese estado casi hipnótico el sujeto libere ciertos malestares, sintiéndose mejor. De trasfondo, un postulado o una reflexión acerca de cómo ciertos hombres vagabundean sin rumbo ni sentido de pertenencia hacia ningún sitio, esclavos de su soledad y de sus conductas bestiales e inadaptadas. A pesar de estar ambientada en los años ´50, The Master parece tener una lectura atemporal y cuenta con la peculiaridad de contener y enseñarnos una relación que trasciende lo que podría entenderse como un vínculo entre padre e hijo o entre amo y esclavo, más bien definido por su director como “una historia de amor entre dos hombres, casi como el amor de sus vidas”. Un drama que flota sobre una atmósfera densa, repleta de escenas tortuosas pero con la extrañeza de mantener una cierta expectativa por conocer qué demonios está sucediendo y cómo culminará todo. Quizás pidamos, de a ratos, que la película termine de una buena vez, pero cuando sentimos que se aproxima el final, es probable que nos invada la imperiosa necesidad de solicitar que lo que se resuelva sea lo más esclarecedor posible para que no queden cabos sueltos en la historia y nuestra mente pueda elaborar una conclusión certera. Difícil de puntuar, The Master puede pertenecer al conjunto de esos films en los que el espectador termina de ver y necesita buscar información adicional en internet, datos que le sirvan para acomodar sus ideas y establecer una reflexión concisa que lo saque de un estado puro de incertidumbre. Con puntos negativos y positivos, claramente no es para todos los gustos y es factible que genere encantamiento en algunos y rechazo total en otros, sin grises. LO MEJOR: las magníficas actuaciones de los protagonistas. Phoenix ha hecho quizás el mejor papel de todo el 2012. Lo interesante o hipnótica que puede resultarnos de a ratos. LO PEOR: por momentos confunde, hace rezongar al espectador. Grosera innecesariamente, muy larga. Escenas bastante pesadas.