Luego de ser exhibida en nuestro país en el marco del BAFICI 2013, donde obtuvo el Premio del Público a Mejor Película Infantil, y tras haber girado con éxito por diversos festivales de cine del mundo, finalmente llega a los cines locales la película de animación 3D Rodencia y el diente de la princesa, una digna propuesta cinematográfica argentino-peruana, apta para todo público. Dirigida por el argentino David Bisbano, quien ya había presentado trabajos en anteriores ediciones del BAFICI, y con experiencia previa en el mundo de la animación 3D (dirigió la película peruana Valentino y el clan del can en 2008), el largometraje Rodencia y el diente de la princesa ha si exhibido en diversos festivales, donde obtuvo premios (el premio a la Mejor Película Animada en el Festival Internacional de Cine Santo Domingo 2013; los premios de la competencia oficial y del jurado de niños en el Festival Nueva Mirada, y resultó ganadora del premio a la Mejor Película de Animación en EXPOTOONS 2013) y fue parte de interesantes experiencias, como haber sido parte del Festival The Golden Elephant 2013 en Hyderabad, India, donde, en palabras del director- chicos de todo el país se acercaron a ver la película con mucho entusiasmo. Rodencia ya fue estrenada comercialmente en países como Rusia, España, Perú, Bolivia, Corea del Sur (donde estuvo en el Top Ten de recaudación), y está próxima a estrenarse en Medio Este, Irán, Australia y Estados Unidos, entre otros lugares. El film cuenta una historia de superación personal, aventuras y amistad en un mundo mágico de criaturas maravillosas y magos poderosos. El fantástico reino de Rodencia se ve amenazado por el malvado hechicero Rotex, quien tiene como objetivo tomar el poder con su ejército de fuerzas oscuras, para luego extender su dominio sobre el mundo entero. Pero los planes del Rey de las Ratas se verán alterados cuando se encuentren con el pequeño aprendiz de mago Edam y su equipo colaborador: su valiente y astuta amiga Brie, el noble Roquefort y el gordinflón guerrero Gruyere. Juntos, intentarán impedir el avance de Rotex y así salvar a Rodencia, pero deberán enfrentarse con peligros insospechados, en un viaje de aventuras - que incluye un paseo por el mundo de los humanos- para conseguir el “diente de la princesa” que los salvará. La historia tiene ecos del relato épico de la saga El Señor de los Anillos, de Tolkien, combinado con el mito del Ratón Pérez, y un mensaje de crecimiento personal, de unión para vencer adversidades en pos de un objetivo común, y de valorar la amistad. Si bien el abordaje es universal, tiene una impronta latinoamericana, desde el diseño de las locaciones escogidas para situar la historia (el reino de Rodencia tiene un aspecto claramente precolombino, cercano a ciertos lugares de Perú), hasta la caracterización de los personajes: el joven Edam lleva un chullo, típico gorro andino, y los hechizos que intenta son palabras en quechua. Además, el film incluye una dupla de ratones argentinos, Muzarella y Provolone, cuyos chistes y tonada local asientan la huella regional. La factura técnica es correcta, con un buen trabajo de animación 3D estereoscópica, y el recurso funciona bien como soporte visual de la historia. Todo resulta en un relato clásico con buen ritmo y personajes agradables. Rodencia y el diente de la princesa es una entretenida fábula infantil de aventuras y con sello latinoamericano. Una interesante alternativa a las producciones más comerciales que están en cartelera. Consejo: quedarse a ver la secuencia de créditos hasta el final.
Exhibida en nuestro país en el marco de la 14º edición del BAFICI, This is Not A Film, del director iraní Jafar Panahi, es una declaración de amor al cine, un manifiesto político cinematográfico contundente, y un disparador creativo contra la censura. Si bien las circunstancias en las que fue concebido el film son de público conocimiento, no dejan de resultar extraordinarias: el director de los films El círculo y El globo blanco, y uno de los líderes de la oposición al régimen iraní, había recibido una condena a seis años de prisión domiciliaria y veinte años de prohibición de filmar (además de no poder salir del país, ejercer actividad política, etc.). A pesar de esto, con astucia y creatividad, este documental llegó al Festival de Cannes de 2011 vía un intermediario, en un pendrive oculto en un pastel. Mientras espera el veredicto del tribunal de apelación recluido en su departamento, el director se propone contar en primera persona la situación por la que está atravesando, a la vez que realiza un manifiesto. Para ello, recurre a su amigo Mojtaba Mirtahmasb, quien lo asiste con una cámara profesional HD, pero también utiliza su iPhone. Así, registra su experiencia cotidiana; la espera, entre llamados telefónicos a su abogada, tareas diversas (como el cuidado de una iguana), los contactos con sus amigos y colegas, y la posibilidad de imaginar proyectos futuros. El director se plantea cómo es posible filmar sin hacer una película, sin quebrantar la ley. Y para ello las imagina, las visualiza, y realiza la puesta en escena de un posible film, todo capturado por la cámara de Mirtahmasb. A Panahi las historias se le hacen cuerpo y, en su encierro, se le escapan libremente, asumiendo un gesto de resistencia. Sin necesidad de apelar a golpes bajos, sin demostraciones de animosidad, el director entrega este íntimo film como acto de valentía, como apuesta a la libertad de la creación artística, reforzada con una secuencia final soberbia. Esto no es una película no es una película, sino muchas. Entre sus diversas capas, encontramos un documental personal que es una declaración de principios, que fluye, que cuestiona. El arte como liberador, el cine como manifiesto político. Con gran sensibilidad y lucidez, y sin romper las prohibiciones impuestas, Panahi responde a la censura, ahí, en las grietas.
El británico Brian Percival, con experiencia en drama periods televisivos como Downton Abbey, dirige Ladrona de libros, adaptación cinematográfica de la exitosa novela homónima del autor Markus Zusak, ambientada en la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. La joven actriz Sophie Nélisse, y los experimentados Geoffrey Rush y Emily Watson, se encargan de interpretar los papeles principales de este drama irregular que sigue la historia de Liesel, una niña analfabeta que sufre pérdidas familiares irreparables y es reacomodada con padres adoptivos donde, de a poco, se transforma en una voraz lectora que encuentra refugio en los libros. Max (Ben Schnetzer) es un judío que llega al hogar en busca de resguardo, se convierte en interlocutor y receptor de las historias de Liesel. A partir de allí, se harán compañía en medio de la difícil situación que atraviesan. Dada la temática de la película, el drama está presente a lo largo de las más de 2 horas de metraje, pero el abordaje del Holocausto queda diluido en medio de personajes poco interesantes –y bastante exagerados- e historias que parecen oscilar entre un relato juvenil más suavizado, y el horror de la Alemania nazi Una voz en off –Roger Allam, quien personifica a La Muerte- es tal vez el recurso más desdeñable del film, ya que es utilizado discontinuamente, lo que genera un cambio de registro importante en la narración cada vez que sucede. La ambientación de época es correcta, y la película tiene imágenes bellas, así como la música, a cargo del compositor John Williams, que recibió una nominación a los premios Óscar en la categoría Mejor Música Original. Ladrona de libros es un drama sobre una época histórica que ya ha sido retratada en numerosas oportunidades en el cine (con resultados mucho más satisfactorios), con buenas actuaciones y buena banda sonora, pero que no alcanzan para salvar el tono melodramático y repleto de obviedades del extenso film.
Caminando con Dinosaurios es una película basada en la serie documental homónima emitida por la BBC en 1999, que mostraba cómo era la vida de estas criaturas en que habitaron la Tierra hace 70 millones de años. La apuesta cinematográfica, dirigida por Barry Cook y Neil Nightingale, propone una inmersión en el mundo jurásico a través de una historia de superación, llevada adelante por el joven dinosaurio Patchi, quien debe afrontar determinados obstáculos para fortalecerse y llegar a ser líder de su manada, aún cuando está en clara desventaja física frente a los demás. El film busca deslumbrar visualmente, mediante la utilización de imágenes de acción en vivo y personajes generados por computadora, así como el uso del 3D, pero no logra sostenerse con su trama poco interesante y su tono tan liviano. Se coquetea, por momentos, entre la ficción y algo más del orden del documental, pero sin definirse del todo. Un gran desacierto es que los dinosaurios “hablen” (un voice over innecesario) y mantengan diálogos cancheros y banales, todo acompañado por una musicalización más pertinente a película para teens. Los temas que se plantean, como las relaciones familiares, la pérdida, etc., no consiguen demasiado desarrollo y la película pierde fuerza narrativa. Tampoco se llega a establecer una conexión con los personajes pues no hay profundidad emocional en ellos. Si bien hay un intento por sumar un aspecto “educativo”, de acercarse al documental, al indicar en pantalla ciertas características de los dinosaurios, el recurso queda desdibujado frente a la propuesta general del film. Por más atractiva que resulte la idea de volver a ver dinosaurios en pantalla grande y, a pesar de que el target al que apunta la película es amplio, Caminando con dinosaurios es un largometraje que podrán disfrutar solamente los espectadores más pequeños.
Varios años después del éxito de la original comedia animada de Sony Pictures Animation Lluvia de hamburguesas (2009), dirigida por Phil Lord y Christopher Miller, llega la segunda parte a cargo de los experimentados animadores Kris Pearn y Cody Cameron. Los directores -quienes ya habían trabajado en la primera entrega en otros roles- lograron darle una vuelta de tuerca a la historia original, con una buena dosis de aventura y escenas más delirantes. Esta segunda película retoma desde el final de la primera: Flint Lockwood es invitado por su ídolo Chester V a unirse a The Live Corp Company, donde los mejores y más brillantes inventores del mundo crean tecnologías para el bienestar de la humanidad. Pero todo cambia cuando descubre que su invento más famoso, la máquina que convierte el agua en alimentos, sigue funcionando (tiene vida propia y creatividad) y ahora ha creado un híbrido de comidas-animales, las zoosobras. El joven inventor y sus simpáticos amigos –su novia Sam, el camarógrafo Manny, el policía Earl, su mono Steve y Baby Brent- deben regresar a la isla y salvar al mundo de un posible ataque de las criaturas de comida. En cuanto a su propuesta estética, Lluvia de hamburguesas 2 es visualmente es muy atractiva. Si bien mantiene el mismo aspecto que la primera en cuanto al uso de los colores, esta segunda parte muestra una explosión de tonalidades y brillo. Plantea una tierra de maravillas en donde la comida ha tomado vida en forma de criaturas salvajes (al menos en apariencia): tacodrilos hambrientos, chimparones, hipapátamos, aramburguesas, entre otros curiosos especímenes. El humor, que había sido un rasgo característico – y destacable - de la anterior película, continúa muy presente en diálogos ingeniosos, lo que se transforma en su marca distintiva. La idea de aventura está más presente en este film; la isla se ha transformado en una jungla llena de misterios. Si bien la película se desarrolla en un universo familiar, al mismo tiempo es distinto. Los directores reconocen que en esta oportunidad hicieron “la película de monstruos” que siempre quisieron hacer (a diferencia de la anterior, la cual aseguran es más del tipo de cine catástrofe), y para ello tuvieron de referencia gran cantidad de cintas de los años ochenta, como ET, Alien, El Regreso del Jedi, La Misión y, obviamente, Jurassic Park (1993), y se las homenajea con planos y citas a lo largo de sus 95 minutos de duración. Una mención aparte merecen los créditos finales, que conforman una elaborada pieza de animación, con un estilo diferente al de la película, y para el cual recurrieron a diversas técnicas como el Live Action, Stop Motion y hasta títeres de mano. Lluvia de hamburguesas 2 -cuya banda de sonido incluye canciones de Paul McCartney y Cody Simpson- es una película de animación visualmente atractiva y con una historia que combina aventuras y diversión para todas las edades
Tres semanas y media duró el rodaje de "Abril en Nueva York". Un impulso, cuenta su director (y ya reconocido actor que ha tenido un año pleno de trabajo y reconocimiento) mientras estaba en la Gran Manzana, lo llevó a rodar una historia, con un pequeño grupo de amigos. Con diálogos armados en el día a día del rodaje, Martín Piroyansky profundiza ciertos temas que ya había abordado en su reconocido corto "No me ama": las relaciones amorosas, los vínculos afectivos en una pareja, las “idas y vueltas” entre dos personas. Y logra una mirada honesta e intimista sobre estos asuntos, en clave de comedia romántica En esta oportunidad, el director cambia el escenario local por el de la ciudad de Nueva York, donde filma la relación de dos jóvenes argentinos que prueban suerte allí, con el desafío que implica sobrevivir en tierras extranjeras -lejos de familiares y amigos-, concretar objetivos personales, y los avatares de mantener la unión y la dinámica del vínculo, a pesar de las divergencias. La pareja protagonista, interpretada por Carla Quevedo (El secreto de sus ojos, 20.000 besos) y Abril Sosa (en su primera incursión en la actuación), aporta frescura y jovialidad al relato, así como profundidad dramática cuando el guión lo requiere. Las escenas de intimidad y complicidad de los jóvenes están muy bien logradas, con una cámara en mano que está muy cerca de los actores y da acceso a su mundo privado, pero sin entrometerse. Un dato para destacar es la música de la película, a cargo de Fernando Samalea y Les Menttetes, con un estilo indie folk que le da marco a la historia. Los diálogos simples y francos le dan fluidez a la narración. Y ahí donde la película pierde fuerza con algunos giros tal vez innecesarios, la ópera prima de Piroyansky gana en la naturalidad con que narra esta historia pequeña, sin pretensiones, sobre los vaivenes de una relación amorosa en el extranjero. Un buen punto de partida para un joven director de cine nacional.
Un grupo de cuatro amigos preadolescentes que planean ratearse en el sótano de la escuela es el puntapié inicial de “Caídos del Mapa”, la película nacional basada en el primer libro de la exitosa saga literaria escrita por la dramaturga María Inés Falconi. Primero fue una obra de teatro en los años 90, luego devenida en novela (con 26 ediciones en su haber) y más tarde continuada en ¡10! libros más –y con el número 11 en camino-, se trata de una de las una de las historias nacionales más populares entre chicos y preadolescentes de los últimos tiempos. Los protagonistas -Federico, Paula, Graciela y Fabián- se embarcan en una aventura impensada cuando deciden escaparse de clases y divertirse un rato a solas en el sótano de la escuela, pero la “buchona” del grado, Miriam, los descubre y amenaza con exponerlos públicamente ante las autoridades si no la aceptan en el grupo. CDM_62 A partir de allí, se desarrolla una historia a pura imaginación en ese lugar especial en donde afloran los deseos, miedos, problemas e inquietudes sobre las relaciones de estos chicos (con sus padres y entre ellos), desde un punto de vista inocente y nostálgico. Y muchos sentimientos se ponen en juego en ese momento de travesura. Con música original del grupo Miranda!, el film -producido por Pensa & Rocca, Horacio Grinberg y La TV Pública- la película cuenta con un sólido elenco infantil, acompañados de talentosos actores de reconocida trayectoria en comedia y teatro, como Karina K, Alejandro Paker, Tina Serrano, y Osqui Guzmán, entre otros. Los directores Nicolás Silbert y Leandro Mark admiten como referencias cinematográficas ciertas películas como Los Goonies, ET, La Historia sin Fin, y algo de esto se puede percibir en la búsqueda estética que proponen (incluso se puede apreciar en los pósters de difusión del film). La factura técnica es meritoria. El humor está presente a lo largo de la película, con algunos personajes que están más vinculados a la comedia física (el caso de Osqui Guzmán, “el plomero”) y bordeando el grotesco, como la propia maestra “La Foca”, interpretada por Karina K, y los padres de los chicos. Caídos del Mapa es la película que quiere ser, y no otra. No es pretenciosa. La historia es simple y visualmente está bien contada. Simple en apariencia, pues condensa muchos temas importantes como las relaciones complicadas entre los hijos y los padres, el vínculo tenso –y cuasi maltrato- entre los chicos, la paranoia de los padres, el terminar la escuela primaria, el paso a la madurez, etc., matizados con el acercamiento al primer amor (y el primer beso), la diversión infantil de una “rateada”, y la visión de los chicos sobre la vida en general que es, en este caso y en ese sótano, bastante mágica. Es probable que la película sea bien recibida por el público infantil y preadolescente, ya que la saga cuenta con gran cantidad de seguidores. Y no sería raro el anuncio de una secuela en algún tiempo no tan lejano.
Del mismo universo de "Cars" llega a las pantallas locales la nueva comedia animada de acción y aventuras de Disney Toon Studios, Aviones. Esta vez con protagonistas alados y también en formato 3D. La película sigue la historia de Dusty, un modesto avión de fumigación cuyo sueño es convertirse en corredor profesional de un complicado circuito de carreras aéreas. El pequeño avión, con desventajas de fábrica (y un gran miedo a las alturas), pero de gran corazón, consigue la ayuda del “experimentado” avión naval Skipper para realizar los entrenamientos que le permitan llegar “en forma” a la gran carrera, en la que deberá enfrentarse a Ripslinger, el soberbio campeón defensor del título. Acompañado por sus fieles amigos, Dusty deberá demostrar que cuenta con el coraje y la tenacidad para sobrellevar la gran competencia alrededor del mundo (y volar a alturas desafiantes). Con una trama sencilla, Aviones se centra básicamente en los obstáculos que debe sortear el avión fumigador, bueno y menospreciado por los demás, en la carrera Atlas alrededor de mundo, y la colaboración con la que cuenta para sortear los problemas. Sus compañeros lo acompañarán en este recorrido en el que el protagonista irá demostrando que no hay que conformarse con lo que uno es, y que efectivamente puede ser el héroe que los demás esperan que sea. Por momentos también se plantea un interés amoroso de Dusty hacia Ishani, una de las competidoras, aunque no se profundiza demasiado en esa línea argumental. En líneas generales, la película no aporta una cuota de originalidad; no se destaca el recurso del 3D, en cuanto a acompañar al relato, ni tampoco la banda de sonido. La galería de personajes secundarios despliega un abanico de “nacionalidades” y diferentes tipos de aviones –cada uno con su personalidad bien marcada-, entre ellos, un británico veterano; una exótica campeona de la India; un típico bravucón chanta que no juega limpio (el campeón); un personaje latino, El Chupacabra (un avión mexicano que usa máscara y que además de competir en la carrera, intenta conquistar a la bella Rochelle, quien no cede fácilmente a los “encantos” del galán), etc. Tal vez sean estos personajes secundarios los que logran algunos momentos divertidos del film, y con los cuales se identificarán los más chicos, ya que la nueva película de Disney es una opción entretenida solo para los más pequeños de la familia.
Finalmente llega a las pantallas locales “Metegol”, la esperada nueva película del aclamado (internacionalmente) director argentino Juan José Campanella. ¿La novedad? En esta oportunidad, se trata de una película de animación.La incursión de Campanella en el mundo de la animación –utilizando el recurso del 3D- es muy satisfactoria. El director de “El secreto de tus ojos” (ganadora del Óscar a Mejor Película Internacional 2010), entrega un film coherente con los demás de su carrera, fiel a los elementos de su universo fílmico. Los amigos y la familia, la superación personal, el romance, la unión en pos de un bien común, el avance del progreso y el capitalismo, están presentes en su nueva obra. Un padre le cuenta una historia a su hijo, invitándolo a creer y a ingresar a un mundo –a priori- de fantasía. Es la historia de Amadeo, un joven tímido con una gran afición por el metegol (que juega en un pequeño bar) y un secreto amor por su amiga de infancia, Laura. Un buen día regresa al pueblo Grosso, un petulante devenido en futbolista famoso y vanidoso, quien había perdido una partida de metegol contra Amadeo cuando eran niños, y tiene como objetivo vengar su orgullo herido por aquella derrota de antaño. Para ello, compra el pueblo en el que viven desde siempre, comienza a modificarlo –pretende construir el estadio de fútbol más grande-, y se apodera de Laura para conquistarla. A partir de entonces, Amadeo se ve envuelto en una serie de aventuras alocadas que lo llevarán a vencer sus miedos y a demostrar(se) quién es él realmente. Y en este camino superador que emprende, no está solo: cuenta con la ayuda de sus queridos amigos futboleros, los muñecos del metegol. Metegol-web-2 Con un argumento sencillo, la película es un nuevo acierto de director. Por momentos, ciertas escenas recuerdan el tono nostálgico de su otro film, “Luna de Avellaneda”. Y, al pensar en diálogos con otras obras fílmicas, sobrevuela el espíritu de Toy Story 2 como referencia ineludible en este mundo de muñecos que cobran vida. Hay también algunas citas a otras películas que funcionan bien como guiños cinéfilos (como una escena à la “2001: Odisea del Espacio”). La variada galería de personajes entrañables como Capi, El Beto, El Loco, por mencionar a los principales, unos muñecos de plomo muy simpáticos y con características bien humanas, aportan a las mejores escenas de la película. El humor está muy presente a lo largo del film, así como los momentos emotivos (hay una mirada sobre la relación entre padres e hijos; la llegada del progreso al pueblo, etc.), sello de Campanella. La factura técnica es impecable. La calidad de la animación tiene poco que envidiarle a películas de grandes estudios internacionales. Merece destacarse el trabajo de los animadores, que le dieron vida y movimiento a los muy logrados personajes. En cuanto al recurso del 3D, no aporta significativamente a la narración. Metegol-pelicula Las voces principales están interpretadas por Pablo Rago, Fabián Gianola, Horacio Fontova, Miguel Ángel Rodríguez y Diego Ramos, entre otros, con un resultado óptimo, ya que capturan bien el tono de comedia. Vale destacar la música del film, interpretada por la London Symphony Orchestra, que acompaña de maravillas las distintas etapas narrativas, generando climas emotivos, de acción, y de diversión. También hay una linda canción de Calle 13 que le da cierre a la película. El fútbol es el canal para contar la historia (basada en el cuento “Memorias de un wing derecho”, de Roberto Fontanarrosa) en la que se reconocen ciertos valores como la pasión, el coraje, la camaradería y la superación personal, además del lema “creer para ver”, que plantea como motivo el film. Si bien apela a ciertos códigos locales, sobre todo en cuanto a jerga futbolística respecta, la historia es universal y bien puede recibir aceptación en el resto del mundo. La mayor inversión cinematográfica local hasta el momento (20 millones de dólares demandó la realización del film), “Metegol” es una película divertida, que apuesta a la emoción y al entretenimiento. Y lo logra dignamente.
Cruda, honesta, real. Así es la tercera entrega de la saga del director Richard Linklater, que tiene a Julie Delpy y Ethan Hawke encarnando una vez más a la francesa Céline y al norteamericano Jesse, los protagonistas de esta historia de amor prolongada en el tiempo. En el comienzo hubo un tren, en donde tuvimos la primera aproximación a unos veinteañeros entusiastas que parecían tener el mundo por delante, quienes pasaron una intensa noche juntos en Viena, en la romántica Antes del Amanecer (1995). Nueve años después, en Antes del Atardecer (2004), presenciamos el tan ansiado –y postergado- reencuentro en París, en donde los ya treintañeros se burlan de sus ideales del primer encuentro (la falta de intercambio de datos, por caso) mientras exponen abiertamente sus miedos, su creciente cinismo ante la vida, especialmente ante las relaciones, y donde se confirma que este es un vínculo al cual no pueden –ni pretenden- decir adiós tan fácilmente. Años más tarde, ahora con una hermosa Grecia como telón de fondo, estos entrañables personajes retornan para generar un sinfín de emociones. En la tercera parte que ¿da cierre? a la saga, ya sin la evidencia de la lozanía y la juventud en sus cuerpos, con arrugas y transitando sus cuarenta años, los protagonistas lucen más bellos que nunca. Sus rostros evidencian el paso inexorable del tiempo, pero reafirmando la experiencia vivida, la vida compartida, con las alegrías y sinsabores que ello implica. Y esta es la línea narrativa que prevalece: la de Jesse y Céline profundizando esa relación, haciéndose cargo de la rutina, en ese intento por sostener los pilares de su unión, asumiendo las complicaciones. El camino por recorrer no es ameno; se trata de un viaje emotivo en el cual estos personajes, soportados por las sólidas actuaciones de Delpy y Hawke, nos entregan su corazón y una visión realista sobre las relaciones amorosas. Antes de la Medianoche reencuentra a Jesse y Céline de vacaciones en Grecia. Su situación sentimental queda en claro a pocos minutos del comienzo del film; han ocurrido cambios radicales desde que los vimos la última vez en Francia. Sabemos que él ha logrado consolidarse como escritor y que ella obtiene una oportunidad laboral que deseaba, aunque no sin dudas. Pero esa situación que parece acomodada para ellos se ve desestabilizada por cuestionamientos que se hace Jesse sobre su relación con su hijo, con quien – entiende- debe pasar más tiempo. A partir de allí, y ante ciertas diferencias de criterios, se desatan una serie de conflictos (miedos, reclamos, inseguridades, y demás cuestiones), con los que ambos lidian a lo largo de la película. Una vez más, los diálogos son inteligentes, brillantes y conmovedores, manteniendo el nivel expuesto en las anteriores entregas. Debates filosóficos, cuestionamientos de ida y vuelta a la moral y las convenciones, sagaces observaciones sobre la vida cotidiana. Hay momento para la risa, el llanto, y la ternura. Los protagonistas consolidan su nivel actoral al brindar interpretaciones sobresalientes. Hawke y Delpy son Jesse y Céline, y la química entre ambos queda demostrada en cada toma, en cada línea de diálogo que se dicen el uno al otro. Es de destacar la evolución coherente de los personajes con el avance de los films. La neurosis y los miedos que Céline expresa en aquel inolvidable viaje en taxi en París, ahora se han acrecentado y se manifiestan a cada momento, llegando a un punto en que puede resulta exasperante, aunque revelando así también cierto grado de vulnerabilidad. Por su parte, Hawke entrega un Jesse con más aplomo, aunque con la simpatía y empuje necesarios para hacerlo un personaje querible. Tanto Céline como Jesse continúan buceando en la sinceridad con esa naturalidad que los caracteriza y que genera tanta empatía con ellos. Linklater aplica un tratamiento amoroso a los personajes, a esa historia que continúa, y se nota en cada toma. En las primeras películas el director filmó preciosos planos de Viena, de París, con música de fondo que funcionaba como nexo con otras escenas de mayor intensidad dramática. Pero también hubo momentos musicales autónomos en cada film, que perduran como secuencias memorables. Como esa complicidad compartida en la disquería al escuchar “Come Here" de Kath Bloom en la primera película; o el valz que le canta Céline a Jesse en su casa en París en la segunda y que, según nos deja en claro con sus gestos y miradas, lo enamora aún más. En esta tercera película, la fotografía toda está puesta al servicio de la narración. Si bien la Grecia que nos entrega Linklater es bella – más precisamente en el paradisíaco Peloponeso- el director encuentra la forma de traducir en imágenes la melancolía que se manifiesta en la trama; imágenes nocturnas que también quedarán grabadas en la memoria. Con pocas escenas, pero sin escatimar en planos a la pareja, nos inserta en una honda familiaridad en su relación, una intimidad más profunda que en las anteriores películas, captando con gran naturalidad ese mayor conocimiento sobre el otro. Una vez más, el film apela al juego de las opciones, y los interrogantes y las posibilidades quedan ahí, abiertos. La película interpela constantemente con una crudeza y sensibilidad que nos hace sentir que quienes están expuestos en la pantalla somos nosotros mismos. Y lo que ocurra a partir de ahí dependerá de nuestras expectativas y nuestra visión de mundo. Cierre perfecto para una gran trilogía, Antes de la Medianoche es una película sobre el amor, la familia, las relaciones y el paso del tiempo. Una película como la vida misma.