Parcialmente nublado Peter Jackson compone el grupo de nuevos directores que han alcanzado cierta fama y prestigio por sus realizaciones. Éste oriundo de Nueva Zelanda obtuvo reconocimiento por su tarea en el paso al cine de la obra de J.R.R. Tolkien, El señor de los anillos, llevando esta historia a un éxito espectacular dentro de la industria. Después, llevó a la gran pantalla el clásico King Kong, donde mostró nuevamente su talento para mezclar eficazmente fantasía, misterio y sentimentalismo. En 2009 presentó su último film llamado Desde mi cielo, trabajo que representa su regreso a los largometrajes después de 4 años de alejamiento, pero que no logra alcanzar el nivel de sus últimas producciones. Esta adaptación del best-seller “The lovely bones”, de Alice Sebold, narra la historia de una niña de 14 años, Susie Salmon, que es asesinada por su vecino. Ella desde el cielo relata cómo la vida de su familia y amigos cambia tras el terrible suceso, y cómo su asesino borra todas las pistas y se prepara para volver a matar. Susie se debate entre saciar su sed de venganza y el deseo que su familia se recupere. Desde su inicio, la cinta se centra en el relato de la joven sobre los diferentes aspectos de su vida antes, durante y después de su asesinato. Resulta correcta la presentación de personajes, mostrando en forma precisa sus características, sus vínculos y uniones para que el espectador comprenda el ámbito donde se desarrolla la historia. A partir de estos instantes, comienza a destacarse la tarea de Saoirse Ronan, como Susie Salmon, convirtiéndose en la guía con la cual se basará el film. Los inconvenientes de la producción comienzan cuando la joven abandona la vida terrenal para pasar a un terreno espiritual situado entre el cielo y la tierra. Allí, la cinta comienza a abandonar el buen ritmo de suspenso que había adquirido al contar la preparación y la realización del crimen. A partir de ahí, la película utilizara la dualidad entre lo espiritual y el thriller que nunca termina de encajar perfectamente. No obstante, Jackson sabe manejar magistralmente los tiempos del suspenso provocando que por momentos el film se vuelva atrapante y apasionante, explotando perfectamente los aspectos policiales. Durante estos tramos, sobresale la tarea de Stanley Tucci personificando de manera brillante al asesino que hace lo imposible por no ser descubierto, tarea que termina siendo el punto más alto de la producción. El film transcurre entre la dualidad anteriormente planteada, pero con un destacable trabajo visual, ya sea desde los planos utilizados por el director hasta los efectos especiales usados para presentar el mundo espiritual donde se mueve Susie. También se destaca la buena tarea de sonido y de musicalización, que permiten resaltar aun más algunas situaciones de la historia. Sin embargo, sobre el final pareciera que Jackson no logra concretar su idea y el desenlace termina siendo pobre, fallido y flojo, provocando que esa débil estructura que se mantenía entre el mundo espiritual y los eventos policiales acabe derrumbándose estrepitosamente sin saberse en realidad que es lo que se quiso contar realmente. Con sólo dos actores que se destacan dentro de un importante elenco y una trama que nunca termina de cerrar, el nuevo film de Peter Jackson es un trabajo fallido, donde se perdió la oportunidad de hacer una apasionante historia. Se espera que solo sea un tropiezo dentro de la carrera de un director que posee un gran talento y sapiencia a la hora de filmar. Ojala pronto vuelva a demostrar estas condiciones.
POCA PROFUNDIDAD Después de lograr cierta fama como actriz y guionista, Agnès Jaoui decidió pasar al terreno de la dirección con El gusto de los otros (2000). Más tarde, llego su segundo trabajo, Como una imagen, de 2004, y finalmente en 2008 realizó su tercera (y última) producción llamada Háblame de la lluvia, donde vuelve a abordar diferentes temáticas sociales al igual que en sus anteriores films, tal vez no con la misma contundencia que en sus predecesoras. Esta cinta narra la vida de Agathe, una feminista que ha ingresado a la política de Francia. En medio de sus tareas cotidianas, regresa a la casa de su infancia en el sur del país, para ayudar a su hermana a cerrar los asuntos de su madre después de su muerte. Agathe no se siente a gusto en su tierra natal, pero aprovechará la oportunidad para hacer campaña electoral a través de una complicada entrevista. Mientras tanto, distintos acontecimientos se suceden que le permitirán a ella redescubrir las relaciones de sumisión y humillación que existen en la vida cotidiana. Desde su comienzo, la trama busca plantear diferentes temas sociales que van desde la discriminación racial, pasando por conflictos familiares, hasta la relación entre la gente y los políticos. El inconveniente mayor es que todos estos tópicos se abordan sin demasiada profundidad, provocando que sean una enumeración de situaciones que al final no permiten sacar ninguna conclusión concreta. A su vez, se suman varios personajes (tal vez cada uno como protagonista de alguna temática en particular) que terminan por agrandar en demasía la historia, impidiendo que se los termine de conocer en forma precisa para poder generar alguna empatia con ellos. No obstante, cuando los protagonistas abordan las escenas amorosas se encuentra lo mejor del film, ya que logran transmitir cierta calidez en sus acciones. El relato transita con fluidez pero sin ningún momento destacado o importante como para transformar a la historia en un producto más contundente. Todo se desarrolla con pasividad, linealmente, sin algún punto de quiebre que provoque en el espectador alguna sensación o sentimiento por lo que está observando. A pesar de esta falta de firmeza, quienes sostienen el peso de la película son los actores principales, que realizan interesantes labores utilizando al máximo las pocas emociones que contiene el relato e interpretando perfectamente sus roles, destacándose Jamel Debbouze con su Karim. También se destaca una hermosa fotografía, con algunos planos bien logrados y de enorme belleza. Mas allá de algunos buenos gags incluidos en la trama, Háblame de la lluvia intenta hablar de mucho para terminar hablando de nada. La poca profundidad con la que aborda sus “temas principales” junto con la cantidad de personajes que no aportan, hacen que esta película no genere ninguna sensación a quien la observa. Solo el talento de los protagonistas puede encender cierto sentimiento, que la historia rápidamente se encarga de apagar.
OSCURA CONFUSIÓN Producida por Exodus Films Group en Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Vietnam, Tailandia y Bulgaria, entre otros países, Igor es un film de animación que intenta diferenciarse del común de las historias de este género, sin lograr alcanzar el objetivo propuesto. Esta cinta cuenta la historia de Igor, ayudante de un malvado científico loco, que vive en Malaria, la tierra de las invenciones que ponen en peligro al mundo. A este bondadoso jorobado no le gustan los otros de su clase, que también ayudan a otros catedráticos. Él sueña con transformarse en un gran investigador o en ganar el premio de la ciencia, y quizás ese anhelo pueda cambiar su mundo para siempre. Con una estética semejante a El extraño mundo de Jack, esta producción busca contar una trama infantil con algunos guiños para los adultos. Principalmente su aspecto oscuro, extraño y gótico, es lo que hace comparar a este producto con la creación de Tim Burton. Sin embargo, esta apariencia no encaja con un estilo infantil, ya que los personajes no son atractivos visualmente, más allá de su desproporción y rareza. Pero a su vez, la narración nunca alcanza la contundencia necesaria como para poder atraer al adulto y entretenerlo, a pesar de algunos buenos chistes. Es decir, para ser infantil es un poco adulta y para adulta es demasiado infantil. Se debe destacar el aspecto visual, ya que el mismo se encuentra brillantemente realizado con un gran trabajo en detalles, contrastes y colores. Además, hay una atractiva elección musical en las canciones elegidas para acompañar a la trama, no obstante, las mismas quizás no concuerdan mucho con el espíritu y la narración del film. Con algunos buenos chistes y momentos de ironía, hacia el final la cinta deja entrever cierto toque político dentro de su argumento. Un rey malvado que le hizo creer a su pueblo que mediante el miedo y la oscuridad podían subsistir, y la llegada de un rey extraño que busca la luz y el reconocimiento de los desprotegidos, suena bastante semejante a lo que ha sido la historia de los Estados Unidos de los últimos años, con el gobierno de Bush y el arribo de Obama. Tal vez estas conclusiones sean un delirante análisis de quien escribe, pero quizás puede llegar a tomarse de esta manera. Mas allá del gran trabajo visual, Igor falla en definir al público que va destinada, ya que esta confusión provoca que sus personajes nunca generen demasiada empatía, resultando fríos y lejanos. Hubiera sido atractivo haber realizado un historia oscura y gótica destinada directamente a los niños, pero no todo el mundo tiene el talento de Burton para hacerlo.
UN BUEN MOMENTO A partir de 1996, la Universidad del Cine comenzó a producir largometrajes, dentro de los cuales algunos recibieron importantes repercusiones en el público y en la crítica nacional e internacional, como Moebius, Mala Época, Sólo por Hoy, Mercano el Marciano y Vísperas. También se ha desarrollado como centro de producción y realiza anualmente ciento cincuenta ejercicios prácticos, curriculares y extracurriculares de una duración promedio de diez minutos cada uno (aproximadamente diez cortometrajes en 35mm, treinta en 16mm y 100 en video). La última producción de esta institución es Fantasma de Buenos Aires, opera prima de Guillermo Grillo, en la cual tres amigos para divertirse hacen el “juego de la copa” y, para su sorpresa, la sesión de espiritismo funciona apareciendo el fantasma de un malevo asesinado en 1920. El espectro pasa a habitar la casa, manifestándose como una sombra que canta tango. Sólo uno de los muchachos, marcado por la muerte de su madre cuando era niño, se interesará en este fenómeno. El joven ayudará al fantasma a esclarecer los motivos de su muerte mientras que el malevo ayudará al joven a pelear por la chica que quiere. La película apunta a ser un trabajo simple, que no busca la grandilocuencia, sólo con elementos conocidos pero bien utilizados, intenta cautivar a los ojos del espectador. Esta búsqueda es conseguida ya que la cinta no resulta aburrida, su buena dinámica y entretenido argumento llevan a que el espectador pase un agradable momento, sin convertirse en una obra fundamental dentro del cine. Principalmente, resulta atractiva por una trama fresca, que más allá de contener elementos que ya han sido vistos, se encuentran bien ubicados y llevan a que la relación entre hombres de diferentes épocas, junto con una historia de amor (de acertado tratamiento), provocan que este film se destaque por su aceptable construcción. No obstante, algunos pasajes del guión se encuentran bastante forzados, como obligados a suceder, que hacen provocar cierto “ruido” dentro de esta dinámica narración. Buenos Aires es utilizada acertadamente como fondo de esta ficción, usando con sabiduría las locaciones donde se cuenta esta ficción. Además, representa un acierto la inserción de esta trama dentro del ámbito porteño como también dentro de la historia de nuestro país, marcando diferencias que mínimamente hacen reflexionar sobre nuestro presente. Sin embargo, el exceso en algunas escenas del recurso nacionalista hacen perder (por momentos) el buen enfoque local que tiene la película. Acompañando la destacada dinámica, existe un acertado trabajo actoral que logra transmitir sensaciones mediante sus interpretaciones donde resaltan los protagónicos de Estanislao Silveyra e Iván Espeche. Conjuntamente con estas labores, hay una correcta tarea técnica, sobretodo a nivel sonido que siempre representa una dificultad para las producciones nacionales. Sin llegar a ser un film brillante, Fantasma de Buenos Aires es una agradable propuesta que lleva, más allá de sus notorias fallas, al espectador a pasar un ameno momento, con una historia con la cual se puede llegar a sentirse identificado. No será éxito de taquilla, ni ganadora de muchos galardones, pero entretiene y divierte a quien la observa, característica que en estos tiempos representa demasiado.
INCOLORA, INODORA E INSÍPIDA El mexicano Guillermo Arriaga es un reconocido guionista en Hollywood por haber sido el ideólogo de los guiones de Amores perros, 21 gramos y Babel. Su éxito fue tal que por su labor en la realización de 2006 obtuvo una nominación a los Premios Oscar. Pero ahora Arriaga se lanza como director con su primer film llamado Camino a la redención, que contiene las mismas características de los films en los cuales escribió. Esta cinta narra la historia de una pareja en diferentes momentos desde su inicio hasta su final, pasando por la relación entre sus padres y su posterior muerte, como al vínculo con sus familias. Nuevamente, Arriaga quiere contar una historia alternando instancias temporales, saltando entre pasado y presente, sin lógica y muchas veces, sin sentido. Pero a diferencia de sus anteriores relatos, éste se refiere a una sola pareja, lo que le aporta cierto limite que lleva a que la ficción no sea tan desbordada ni su unión resulte tan inverosímil como lo han sido la mayoría de sus anteriores tramas. No obstante, la historia es aburrida, insulsa, sin ningún punto atractivo, con esa típica característica que tienen los guiones de Arriaga, una búsqueda incesante por el drama llevando a que la narración se vuelva agobiante, ya que todo lo que ocurre siempre es negativo. Además, esta falta de carácter que posee el relato también se ve reflejada desde la actuación, ya que los intérpretes no logran transmitir ninguna emoción o sensación, en parte por su floja tarea y por una pobre creación de personajes, que deberían ser más “potentes” para que el drama fuera más congruente. A pesar de esta importante falencia narrativa, sorprende el trabajo visual que contiene el film, ya que el director realiza una acertada tarea con la cámara, donde se destacan algunos planos muy bien logrados, acompañados por una precisa fotografía que hace lucir varios paisajes que se muestran durante la cinta. No se puede expresar mucho más sobre Camino a la redención, ya que el film resulta lineal, sin sobresaltos que hagan que esta producción genere algún tipo de emoción. Las destacables imágenes filmadas por Arriaga son lo único de lo cual se puede verter alguna opinión, porque la historia y sus personajes se asemejan a las propiedades del agua.