El documental de María Laura Cali pone luz sobre un hecho terrible que todavía no ha tenido su condena. El destino del periodista mendocino que emigró a Bolivia, y allí encontró la muerte luego de ser golpeado y torturado, en el comienzo del último golpe de estado en La Paz. Sebastián Moro, era editor de Prensa Rural en Bolivia, un medio que pertenece a la Confederación Sindical de Trabajadores Campesinos. Cuando se precipitan las acciones que conducen al golpe, él es uno de los primeros en predecir su eminencia. Esa noche la última de su vida, en noviembre del 2019 sale a caminar por la capital boliviana. Cuando despierta está en su cama, semidesvanecido, golpeado, muere una semana después. Tenía solo 40 años. La realizadora, a través de testimonios y audios reconstruye lo que paso, su ideario y la lucha que llevan adelante amigos y familiares para descubrir la verdad y que se haga justicia.
La fotógrafa Adriana Lestido realiza un trabajo único y especial. Filma con la urgencia de la primera vez una experiencia límite subyugante, en un lugar tan exótico como atrayente, tan salvaje como único que es círculo polar. Un viaje de exploración con resultado de introspección. Es un documental hecho en solitario por las islas Svalbard en Islandia y el norte de Noruega. Un sentimiento guía a Lestido, la convicción de que esta meditación visual es un verdadero retorno al origen, una vuelta al hogar. Una visita también a lo ancestral, lo no intervenido, lo observado con curiosidad de maravilla, con el paso de las estacione, la primavera, el verano, el otoño, el invierno y otra vez el renacer. Es una propuesta de habitar, de retornar a la contemplación, a atreverse a vivir en un lugar tan salvaje e inhóspito, como el Polo Norte. El trabajo se redondea con textos de Murakami, Luis Alberto Spinetta, Liliana Bodoc, Doris Dorrie entre otros. Y con la música de Nick Cave,Gabo Ferro y Ketil B. Una experiencia original y desafiante.
El director y guionista Marcos Berger reconoce que el asesinato de Fernando Baez Sosa de parte del grupo de rugbiers, fue el detonante, la punta del ovillo de este film, que no busca hablar de esa tragedia pero que se propone, y logra con creces, ahondar en lo que podrían ser los días previos. En el verdadero huevo de la serpiente que anida en ciertas conductas de masculinidad tóxica exacerbada, en el concepto de manada, pertenencia abusiva, violencia evidente. Imagina una situación en pleno verano, cerca de las fiestas, donde en una casa de fin de semana se reúnen una decena de amigos para pasar días juntos. Para ellos, todos con cuerpos hegemónicos, tallados en la práctica deportiva, la diversión en poner en evidencia la payasada basada en una constante actitud homofóbica. Se mueven con bromas que suponen equívocas poses sexuales, cargadas donde ponen en dudas la heterosexualidad, con una insistencia excesiva. Se muestra represivos del deseo sexual, extorsivos sobre las conductas individuales. Y allí se construye un triangulo conformado por un gay reprimido, un bisexual y un homofóbico. Una línea narrativa coral, con buenos actores, que expresan con justeza ese mecanismo de ataque en manada, la misoginia, el racismo, matizados con drogas y alcohol.
El debut como directora de Dolores Fonzi no podía ser más auspicioso. La película estrenada en el BAFICI fue premiada por todo su elenco. Y agotó todas las funciones que brindó. Mucha expectativa para la talentosa protagonista, realizadora, y coautora del guión, con Laura Paredes. Una comedia deliciosa que toca los temas más serios, la emoción auténtica, la claridad de ideas, sin nunca perder el tono, el timming, la suave y seductora cadencia del palpitar de la vida. Pero sin soslayar dolores, soledades, conflictos. Un verdadero hallazgo. Para la protagonista, su hermana y su madre la mirada es auténtica, mujeres que están o estuvieron a cargo de hijos, casi exclusivamente – donde los hombres suelen estar excusados de tal obligación- que se permiten sincerarse, decir lo que sienten profundamente, afrontar lo que les sale pero sin ser nunca juzgadas. Los movimientos internos de una familia muy especial, con aspiraciones y modelos distintos, con mujeres que le escapan al borde del ataque de nervios, que hacen lo que pueden, lo que se puede con respecto a sus hijos y sús vínculos con una verdad envidiable y claridad ideológica. Las actuaciones son otra verdadera delicia: Rita Cortese maravillosa, Carla Peterson y Leo Sbaraglia en momentos únicos, Toto Rovito una verdadera revelación. Hay tiempo de sonrisas, de agrado, de sorpresa, pero las lágrimas y las confesiones llegan limpiamente. Y esa sensación mezcla de vocación de servicio y madurez tardía que tiene la protagonista, una mujer que en algunos momentos parece anclada en una adolescencia interrumpida, pero tiene la emotividad y el resto generoso para su entorno y para sí misma. No son necesarios las redenciones heroicas y los perdones sublimes, solo se trata de vivir, esa es la historia… No se pierda el placer de ver esta película.
Cuando los terrores primarios infantiles se ponen en relieve y casi todo lo que ocurre es fuera de campo, ya hay más de una batalla ganada en el género del terror. El mito del hombre de la bolsa en labios de padres conservadores y los placares o roperos abiertos que puede albergar cualquier tipo de monstruos, cuando se cansaron de “habitar” debajo de la cama, son los ingredientes de esta pelí muy bien realizada por Rob Savage (Host) para la adaptación de un cuento corto de Stephen King. En la historia un psicólogo cuando termina su agenda atiende a un extraño que ruega ayuda, se deja convencer de atenderlo fuera de su rutina. Ese hombre que cuenta aterrorizado que es acusado sin razón de matar a sus hijos, porta y deja en la casa a una entidad maligna. Esa que se alimenta del sufrimiento de las víctimas y es lo es lo que les pasa a los niños cuando los adultos no prestan atención. Lo demás es susto muy bien logrado, con un buen elenco y efectos de sombra y oscuridad que ponen tensión aumentada con efectos sonoros perfectos. Mientras la criatura no se ve, aunque es un buen trabajo de la dirección de arte, el suspenso y el terror funcionan mucho mejor. Un film que disfrutaran los amantes del género que eleva la calidad media baja que suele estrenarse cada semana. Una que da miedo en serio.
Cuando llego la primera versión animada de Spider-man, fue una revolución para los fanáticos y la alegría del Oscar merecido. Ahora, en esta secuela que se dividirá en dos partes y que tiene un trío de talentosos y elegantes directores (Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson) la historia redobla la apuesta y la calidad de la animación compone una verdadera delicia visual. Es un enorme homenaje al placer de la lectura del cómic, donde cada mundo de este multiverso tiene su estilo, sus colores, sus propios escenarios que nunca se superponen y deslumbran con su personalidad propia. Miles Morales el portorriqueño y afroamericano ya es un adolescente, un aplicado superhéroe que también trata de armonizar su vida oculta con la relación de sus padres y la falta de amigos. Aquí adquiere importancia. Gwen otra adolescente arácnida acusada de matar a Peter Parker que es reclutada por un escuadrón de hombres y mujeres araña. Entre los adolescentes se ayudan mutuamente para enfrentar a villanos y manejarse en el laberinto de los distintos universos con reglas lógicas y riesgos de la tentación de viajar en el tiempo para salvar a los seres queridos. Una cantidad de información que puede parecer abrumadora pero que cierra perfecto y con la cuota de belleza e inspiración en la animación, más el humor, los cameos y los momentos emotivos. Un verdadero festín para los fanáticos y una muy buena iniciación para los novatos.
Sebastián Maniscalco es muy famoso en EEUU con sus shows como comediante, donde generalmente hace rutinas sobre sus orígenes italo-americanos, llena estadios. Es evidente que haya pensado que su paso siguiente es recibirse de comediante en el cine: por eso esta película lo tiene de protagonista, co-autor del guión con Auster Earl y productor. Y además se dio el lujo de tener como compañeros de elenco a nombres muy famosos. El argumento muestra la relación padre e hijo, de un viudo que a su manera quiere sobreproteger a su hijo a punto de pedir la mano de la mujer de sus sueños. Una rica heredera que lo invita a conocer a sus padres en un finde largo. Eso le permite a Robert de Niro no ser cómico pero si enojoso, supuestamente sabio y tierno capaz de cometer errores garrafales. Un trabajo de taquito que suele mandarse el mítico actor. A su lado se luce Kim Cattrall, David Rasche t Leslie Bibb, pero a Maniscalco se ve rígido, sin timming para el género. Con todo la historia de rechazos y reconocimientos, de ensamblaje de familia tan distintas e integración forzosa entretiene medianamente con recursos lujosos.
Para un público fuera de los Estados Unidos y no tan familiarizado con el mundo de la industria musical, este film realizado por Timothy Scott Bogart para homenajear a su padre, Neil Bogart, un músico de solo un éxito como cantante, pero un visionario que tuvo la empresa discográfica independiente más importante, en los 60 y 90, no deja de ser una curiosidad interesante. Más aún si a eso se le agrega que fue el responsable del suceso alcanzado por Kiss, Dona Summer, Village People y siguen los nombres. Pero aún ante el descubrimiento de tamaño personaje lo que si es evidente es que su hijo por un lado quiso contar muchos detalles y por otro soslayo la verdadera historia que puede encontrarse fácilmente al alcance de todos. Una mirada homenaje con mucha familia también en la producción da como resultado una visión sin zonas oscuras, aunque se muestren alegremente los excesos, la peligrosa tendencia a gastar sin fondo, una manera de ver increíble y naif de girar con millones en descubierto. Muchos estudiosos niegan la verdad de algunas escenas, pero que si fueron resueltas con creatividad, como imponer el tono sexual a un tema de Summers, o las discusiones con los integrantes de Kiss que darían para una película completa. Lo que si se le reconoce a Bogart no es solo esa grandilocuencia capaz de convencer a las piedras, sino el haber sido un adelantado con artistas que necesitaron su tiempo para triunfar en un mercado que tardó en reconocerlos y la manera nueva y corrupta de promocionarlos. Pero aún así, con su larga duración y el tono enaltecedor, hay momentos líricos y de despliegue que se redondean bien. Como la actuación de Jeremy Jordan que sobresale y emociona. Un intento fallido pero por momentos atractivo.
De los mismos productores de “La última ola” y “Gran terremoto 9 grados” este producto noruego tiene el sello de la catástrofe masiva con el agregado de un llamado de atención ecológico. En realidad lo que se muestra es como una plataforma petrolera se hunde dramáticamente en la costa de ese país nórdico, pero la tragedia es el primer síntoma de una amenaza mayor. Porque en realidad a pesar del nombre en nuestro país no hay un maremoto y si un mar incendiándose, como es título original (The burnining sea). Lo que se muestra es que la avidez por transformarse en una potencia petrolera, llevo a Noruega a sacar el combustible del lecho marino con una actitud irresponsable y poco estudiada, porque es inminente un desastre mayor por la avidez económica y el no cuidado del equilibrio de la naturaleza. Por supuesto que historias individuales le ponen dramatismo a tanto efecto especial y el rescate sirve para encontrar una solución al menos provisoria a tanto desmán. Con una construcción nada original pero efectiva, mas la inversión en espectacularidad, el combo entretiene y de paso despierta alguna conciencia.
Para una mujer que fue protagonista de nuestra historia, que supo plantarse desde los albores de la revolución de mayo, siempre lúcida y guerrera, llego el momento de una valoración necesaria de la mano de Sabrina Farji. Porque a Mariquita Sánchez de Thompson que supo definirse como “Yo soy el Quijote con polleras y calzones” , hay que hacerle justicia y este documental cumple con su cometido. No solo por convocar a Zoe Gotuzzo y Mayra Bonard para encarnarla en un entorno fabril perfecto. También por los testimonios de Florencia Canale, Patricio López Méndez, Gabriel Di Melio, Cecilia Cross, Maria Saénz Quesada, Adriana Tursi, Andrea Bonelli, Graciela Batticuore. Un acercamiento a una mujer que supo enfrentarse al poder patriarcal a los 14 años, escribirle al Virrey Sobremonte, para evitar que su padre la obligue a casarse con un hombre mayor, y asi poder unirse a su primo Martin Thompson, de triste destino final. Una protagonista que paso a la historia por una pintura donde se supone estaba en su casa y cantó el himno nacional por primera vez. Una personalidad que sedujo a Sarmiento, que vivió hasta los 84 años que fascinó por sus ideas a amigos y enemigos. Un trabajo realmente valioso y necesario.