Ópera prima de Nacho Guggiari, El cuento del tío se nos presenta como una comedia negra efectiva e inteligente. La historia transcurre en la cena de Nochebuena, dónde la familia encabezada por Mario (Luis Ziembrowski) se prepara para la llegada del tío Rodo (Jorge D'Elía) del cual esperan obtener una ayuda económica, pero todo da un giro inesperado y la familia debe poner a prueba sus relaciones mientras expone sus miserias. La presentación de los personajes se produce de forma orgánica y desde el primer momento el espectador se involucra fácilmente con la trama. Guggiari utiliza un humor negro pero con estilo propio, el cuál es muy cuidado y está tratado de manera muy inteligente. A medida que avanza el metraje la historia se desborda más y más pero el guión logra que no suceda lo mismo con la trama, la cual no deja lugar a confusiones y mantiene un ritmo ideal. Dentro del elenco destaca de manera particular Mónica Villa en su papel de Pocha, con algunas intervenciones destacables y una química perfecta con Ziembrowski. Guggiari nos entrega una obra con la cual el espectador se puede ver reflejado y se presenta de manera más que correcta en un género difícil de tratar.
Halloween Kills retoma los hechos acontecidos en Halloween (2018) con Laurie (Jamie Lee Curtis) escapando malherida de su hogar en llamas, tras dejar encerrado en el mismo al aterrador Michael Myers. David Gordon Green realizó un gran trabajo en la dirección de la anterior entrega, logrando una de las mejores adaptaciones y marcando un gran regreso de la franquicia, pero en esta ocasión tras un comienzo prometedor la película no logra estar al nivel de su predecesora. Jamie Lee Curtis se ve totalmente desaprovechada y pasa a ser una espectadora dentro de su propia historia, afectando también el papel de Myers y la química generada entre los mismos. La inclusión de mayor violencia gráfica se ve afectada por la falta de sorpresa, en esta ocasión Myers aparece exactamente en todas las ocasiones en las que el espectador pueda esperarlo. Los flashbacks de la entrega original de 1978 son uno de los puntos más fuertes y se ven respaldados por una excelente banda sonora y un gran trabajo del director de fotografía Michael Simmonds. Halloween Kills es un producto lejano al creado por John Carpenter, pero siendo una película de transición cumple su cometido, dejando en claro que está dirigida a los fanáticos de la saga y no busca atraer nuevos. Con la última entrega de la trilogía anunciada para Octubre de 2022 (Halloween Ends), Green tiene una nueva y última oportunidad de retomar un sendero que el mismo construyó.
Nia DaCosta es la encargada de dirigir ésta secuela del clásico de terror basado en la historia corta "Lo prohibido", del aclamado autor británico Clive Barker. DaCosta nos entrega un cambio de perspectiva, en esta ocasión podemos revivir la leyenda desde el punto de vista de Anthony (Yahya Abdul-Mateen II) un talentoso pintor estancado en su carrera, que encuentra inspiración en la historia de Sherman Fields, un sujeto injustamente acusado y brutalmente asesinado por la policía. La composición técnica de la película es impecable, desde el montaje hasta las animaciones que nos ayudan a comprender la historia, todo es detallado y estéticamente pulido. A medida que el relato avanza, nos enfrentamos a algo mucho más profundo que una película de terror, la directora nos plantea una trama dónde abunda el abuso racial, la gentrificacion y la opresión sistemática. Yahya Abdul-Mateen II entrega una interpretación sobresaliente, logrando que el espectador empatice de inmediato y este pendiente en todo momento de la historia. El resto del elenco cumple su función de una manera correcta a pesar de la pobre elaboración de algunos personajes. Candyman tiene sustos y asesinatos, pero su construcción logra que la brutalidad policial nos resulte más aterradora que el villano (interpretado nuevamente por el reconocido Tony Todd). Si bien la trama se presenta de una manera sencilla, es recomendable visualizar la entrega original para disfrutar más ésta secuela.