El misterio de los recuerdos "El circuito de Román" resulta interesante a partir de lo que le sucede al protagonista, quien a medida que va reencontrándose con su antigua cotidianidad, va descubriendo aspectos de su vida actual. Bien contada, la película tiene una buena actuación de Cristian Carvajal, en el papel protagónico. Este es un filme curioso, que parece ideal parar cautivar a universitarios que se encargan de indagar en el tema de la memoria colectiva, pero también es interesante de observar desde la mirada del espectador común. Porque su protagonista es un científico de veintisiete años que se hizo conocido en Francia por un trabajo titulado "la migración cortical". En su trabajo, Roberto Román (Cristian Carvajal) habla de la "memoria episódica", la que es incentivada a partir de la aparición de un recuerdo. De tal modo que a medida que las imágenes del pasado se hacen más cercanas, el presente del individuo se modifica radicalmente. EL DESTINO Por esos hechos del destino el joven regresa a su país, Chile, a la misma facultad en la que se formó, para dictar una clase a los alumnos sobre su reconocido trabajo en el exterior. Su investigación sobre el efecto que producen los recuerdos en el cerebro, él mismo los va viviendo con el regreso a su tierra. Y a medida que pasan los días, observa cómo su presente se va modificando a partir del reencuentro con una ex novia, con su madre y los compañeros de la universidad. "El circuito de Román" resulta interesante a partir de lo que le sucede al protagonista, quien a medida que va reencontrándose con su antigua cotidianidad, va descubriendo aspectos de su vida actual. Bien contada, la película tiene una buena actuación de Cristian Carvajal, en el papel protagónico.
Lo opuesto y lo más singular El filme logra sumergir al espectador en otro tiempo, a la vez que hace sentir que el universo tiene sus propias reglas, imposibles de modificar. El director Victor Kossakovsky, nacido en San Petersburgo en 1961, se tomó el trabajo de investigar que tenían de opuesto una localidad de la Argentina con una gran ciudad china. Así surgió "Vivan las antípodas!", un documental que cautiva por sus imágenes, por momentos monumentales, en las que cuesta divisar el horizonte y en las que la naturaleza se impone con un ímpetu, que hace sentir al que observa como un ser diminuto y hasta, quizás, innecesario. El filme compara cuatro pares de lugares, ubicados en distintos países: Rusia y Chile, China y la Argentina, Hawai y Botsuana y España y Nueva Zelanda. EN ENTRE RIOS El punto de partida es un lugar solitario cercano a la ciudad de Villaguay, en Entre Ríos, en el que dos hermanos de unos cincuenta años, forman parte de tres generaciones que cuidan de una balsa que permite cruzar el río Gualeguay. En tiempos de sequía la balsa se convierte en un puente transitables apoyado en le lecho del río, mientras ellos observan el horizonte. El diálogo que mantienen los hermanos cuando toman mate, o miran a los perros jugar, adquiere sesgos metafísicos que pueden aludir al tiempo, a los ciclos de la naturaleza, o a los cambios climáticos. La "antípoda" del ignoto lugar entrerriano es Shanghai, en China, donde todo es movimiento y el avance tecnológico permite que autos de última generación se desplacen como hormigas por una autopista, o cientos de peatones se muevan intermitentemente por sus calles. Luego se compara Chile y Rusia y la actividad de unos agricultores en un continente y otro. El filme logra sumergir al espectador en otro tiempo, a la vez que hace sentir que el universo tiene sus propias reglas, imposibles de modificar.
Un destino por demás inesperado La película está bien contada, por momentos se excede en su tiempo narrativo y cuenta con convincentes actuaciones de Patricio Contreras (Víctor) y Fele Martínez (Sergio). El cineasta argentino Diego Rougier (1970), radicado hace varios años en Chile, dirigió, antes de partir, en nuestro país, entre otros programas "Costumbres argentinas" para la televisión local,. Para su debut en cine eligió un género como el western, al que ambientó en el desierto de Atacama, al norte de Chile. Hasta esos paisajes agrestes y solitarios, llega Sergio (Fele Martínez) un director de cine, empecinado en filmar un western en Chile. La búsqueda de productores locales para su película, lo lleva a recorrer varias oficinas, hasta que finalmente decide viajar a esa zona desértica, cuyo pueblo tiene una iglesia y unas pocas casas. En ese lugar comienza a vivir una odisea en la que él mismo parece convertirse en el protagonista de su película. EL AMANTE En Atacama, Sergio, es confundido con el amante desaparecido de la mujer de un poderoso narcotraficante del lugar, conocido como Víctor (Patricio Contreras). De nada sirven las palabras del director de cine por explicarle a Víctor que él no es Diego, como dicen, sino Sergio y que nada tuvo que ver con su mujer. Más tarde todo se irá complicando y hasta la mujer de Víctor, María (Javiera Contador) termina compartiendo una noche de sexo con Sergio, al que confunde con su ex amante. Lo que viene después es el típico sometiendo de un criminal a una víctima indefensa, de cuyas torturas y humillaciones participan los compinches de Víctor, entre ellos el sanguinario Héctor (Gonzalo Valenzuela). Diego Rougier logra con buenos elementos convertir en realidad un filme de género, en el que la venganza de un hombre hacia otro, encierra un tono de drama romántico, que le permite un sólido entramado de imágenes, que se asemejan a un filme publicitario. "Sal", está bien contada, por momentos se excede en su tiempo narrativo y cuenta con convincentes actuaciones de Patricio Contreras (Víctor) y Fele Martínez (Sergio).
Un portero bastante temible Dirigida con precisos matices de suspenso por Jaume Balagueró, la película consigue ciertos climas claustrofóbicos que le sientan bien al relato, a la vez que tiene algunos buenos diálogos y una excelente actuación de Luis Tosar, como el temible César. El catalán Jaume Balagueró del que se vieron sus exitosas "Rec" y Rec 2" logra un filme por momentos escalofriante, teñido de una grata influencia buñuelesca que le sienta muy bien a la historia escrita por el italiano Alberto Marini. "Mientras duermes" tiene por protagonista a un personaje no demasiado empleado en el cine de terror: el de un portero. Luis Tosar es César, el portero de un edificio de amplios departamentos en Barcelona. Hombre amable, siempre dispuesto a ayudar a los dueños e inquilinos, tiene un costado tan oscuro, como los planes que pone en ejecución para matar, o aterrorizar a los que viven en la casa que cuida. LOS DEBILES César se ensaña con algunos de los más débiles del lugar: una joven que vive sola y se acaba de mudar, una mujer mayor y la señora de la limpieza y su pequeño hijo. Desde un mar de cucarachas que invaden un departamento, hasta observar lo que hace un muchacho y una chica cuando están solos, todo lo observa César con una cara de "yo no fui". Sin embargo detrás de su mirada acecha una especie de monstruo capaz de algunas de las ideas más horrendas que pueda imaginar un ser humano. Dirigida con precisos matices de suspenso por Jaume Balagueró, la película consigue ciertos climas claustrofóbicos que le sientan bien al relato, a la vez que tiene algunos buenos diálogos y una excelente actuación de Luis Tosar, como el temible César.
Un niño en busca de su padre Aunque es una película un poco oscura debido a la elección de la paleta de colores, sostiene una idea primordial, la recuperación de la unión familiar ante todo y el regreso del hijo pródigo que ayudó a los suyos a hacer posible un sueño. El viaje iniciático de un niño hacia la adultez es el que propone este sugestivo filme de ciencia ficción argentino, que se podrá ver en 3D, toda una novedad para este formato en el ámbito de las producciones locales. El director Esteban Echeverría (homónimo del autor de "El matadero"), construyó una parábola que habla de un niño que no duda en desafiar el espacio sideral para encontrar a su padre, utilizando como pretexto, la reparación de una máquina de hacer estrellas. Pilo vive en un cinturón de asteroides con su madre, lo que podría ser el equivalente de un barrio de escasos recursos. Desde la ventana de su pequeña casa todas noches observa las estrellas, esperando que se apaguen. Si los humanos creen que las estrellas nunca se apagarán, Pilo sí lo cree, porque según la profecía que le contó su abuelo, lo que mantiene con luz a las vedettes de la gran cavidad celeste, es fruto de una máquina. Pero cuando esa máquina necesite ser reparada, algún miembro de la familia tendrá que asumir la función de ir a ponerla en funcionamiento nuevamente. Pilo tiene el ímpetu y el entusiasmo que despierta el disponerse a explorar un mundo desconocido. El se atreve a hacerlo, casi sin mirar hacia atrás. Sólo tiene una meta: volver a hacer funcionar la máquina y que el cielo vuelva a iluminarse y encontrar a su padre, que un día emprendió un viaje con el mismo fin que él y nunca más regreso. EN EL ESPACIO La película entretiene a partir del seguimiento de esa especie de "road movie" que emprende Pilo, el joven héroe, por el espacio, en el que no son pocos los obstáculos que deben sortear y son varias las veces que parece estar a punto de perder la vida. El joven héroe tiene una imagen con reminiscencias de viejos próceres y los muñecos muestran movimiento lentos y ponen de manifiesto que aún les falta más perfección técnica. No obstante son capaces de despertar ternura, sus perfiles y caracteres están bien definidos y aunque es una película un poco oscura debido a la elección de la paleta de colores, sostiene una idea primordial, la recuperación de la unión familiar ante todo y el regreso del hijo pródigo que ayudó a los suyos a hacer posible un sueño.
Los milagros de un peregrino Con cierto tono de comportamiento salvaje, primitivo, la película resulta curiosa y cautivante a la vez y cuenta con sobrias actuaciones de David Dewaele (el muchacho) y Alexandra Lematre (ella). En un pequeño pueblo cerca del Canal de la Mancha, un peregrino, un ser silencioso, hace milagros entre los pocos habitantes del lugar. El hombre no tiene nombre, sólo se lo conoce como "el muchacho" (David Dewaele), que duerme al aire libre, no tiene casa y camina por los campos desiertos siempre con la mirada puesta en el horizonte. A veces se arrodilla y parece que rezara, aunque no se sabe bien qué esta haciendo. "El muchacho", se hizo amigo de una joven, que en el filme lleva el nombre de "ella" (Alexandra Lematre). En esta propuesta los personajes no tienen nombre, son personas que viven una serie de circunstancias que parecen designadas por el destino. Y quizás para atender a los que ese destino les resulta adverso, está ese extraño muchacho que no se sabe como apareció en el pueblo. Al público común que va a ver cine de acción, esta película sin duda le puede llegar a parecer una pieza muy rara y de algún modo lo es. SIN DIALOGOS "Fuera de Satán" es un filme que casi no tiene diálogos y la mayoría de su tiempo el realizador lo dedica a acompañar el caminar del extraño proptagonista, que no tiene culpa de matar a un ciervo, o atacar al novio de una chica que le da de comer y de la que está de algún modo enamorado. En 1996, el francés Bruno Dumont filmó la muy taquillera "La vida de Jesús". Para "Fuera de Satán", se dice que se inspiró en la película "Ordet" de Carl Theodor Dreyer, en la que también se abordaba el tema de la fe. "Fuera de Satán" se apoya en silencios, en largos planos secuenciales, en acompañar al joven que es capaz de hacer milagros -uno de ellos es resucitar a una chica muerta-, del mismo modo que es capaz de percibir cuando un hombre o una mujer, están poseídos por el demonio. Con cierto tono de comportamiento salvaje, primitivo, la película resulta curiosa y cautivante a la vez y cuenta con sobrias actuaciones de David Dewaele (el muchacho) y Alexandra Lematre (ella).
Una hermana que nadie conocía Romance, secretos que se van revelando a lo largo de una historia, que encierra cierto suspenso, sumado a la original presencia de las hermanas Tinker Bell y Periwinkle, permiten disfrutar de una película de exquisita realización. En esta cuarta entrega de la saga de las hadas de Disney, Tinker Bell descubre que tiene una hermana. Tinker Bell habita el llamado "mundo cálido", en el que los árboles y las flores tiñen de distintos colores el horizonte y ella y los animales de diferentes especies que la rodean, que dependen de la reina Clarion, trabajan para enviar frutas y demás comestibles, en canastos, al "bosque de invierno", un lugar que les está vedado, porque según dicen sus alas se congelarían y perderían la posibilidad de volar. Pero un día en que los canastos son transportados hacia el "bosque de invierno" por las lechuzas blancas, Tinker Bell decide seguirles el trayecto y descubre que el "mundo cálido" y el "bosque de invierno", en el que nieva constantemente y hay glaciares, está ahí nomás, cerca de ella, con solo cruzar un puente. Sabiendo que está prohibido cruzar la frontera, porque sus alas se pueden quebrar, Tinker Bell se pone un grueso abrigo y decide cruzar y sus ojos descubren con asombro que del "otro lado", en el que nieva constantemente y todo es blanco, también hay hadas y una de ellas se le parece muchísimo. LA UNION FAMILIAR Es así que descubre que ella y una de las hadas son hermanas y que ésta se llama Periwinkle. A partir de ese descubrimiento las dos deciden no separarse más, pero un hecho inesperado hará que corra peligro el poder continuar juntas. Cuando eso sucede Tinker Bell y Periwinkle consultan a la reina Clarion del "mundo cálido" y a lord Milori, el señor del "bosque de invierno" y finalmente encuentran una posible solución para continuar en familia. "Tinker Bell y el secreto de las hadas", tiene un guión simple y efectivo, ideal para los más pequeños. Propone la unión familiar, el reencuentro entre hermanos y el derribar fronteras para construir en común un mundo nuevo. Puede verse en formato 3D, lo que permite disfrutar más ampliamente de estos "universos mágicos" creados con una amplísima gama de colores, a la vez que cada una de las hadas tiene una personalidad bien diseñada a partir de sus movimientos, su vestuario y sus peinados. Romance, secretos que se van revelando a lo largo de una historia, que encierra cierto suspenso, sumado a la original presencia de las hermanas Tinker Bell y Periwinkle, permiten disfrutar de una película de exquisita realización.
Una apuesta hacia el porvenir El documental del mexicano Valentín Santana es un admirable "friso humano", que habla de la justicia y la injusticia y del trabajo, como una necesidad vital del hombre. El documental del mexicano Valentín Santana se mete de lleno con su cámara en esa "microsociedad" que conforman los hombres y mujeres, que trabajan en la construcción de la presa hidroeléctrica La Yesca, ubicada en el cauce del Río Grande de Santiago, en el municipio de La Yesca, a ciento cinco kilómetros de la ciudad de Guadalajara, en México. Alrededor de la presa se encuentra un barrio en el que vive la mayoría de los operarios, técnicos y personal administrativo, que intervienen en este proyecto que significa una apuesta a futuro para los mexicanos, cuya inauguración se prevé será a fines de este año. El título del filme refiere a un "corrido" mexicano, dedicado a los trabajadores de La Yesca, conocidos como "los guereros de la luz", en el que uno de sus versos dice: "no hay diferencia de estatura, ni color, el empeño está en continuar en la misión..." LA TOLERANCIA La película, que incluye innumerables testimonios, deja en claro, como dice uno de los operarios, que "se coquetea con la muerte a cada rato y todos los días le pido a Dios que me ayude". También es una apuesta a la esperanza de poder ayudar a la familia, a construir una casa propia, o hacer posible que se puedan pagar los estudios a los hijos. Espejo de la sociedad mexicana de este tiempo, en La Yesca, se muestra que la tolerancia y la aceptación del otro, es una tarea esencial, porque todos se necesitan y todos precisan del compañero para construir ese gigantesco engranaje de hierro y cemento. Valentín Santana consigue un documental de intenso impacto social. Sigue a esos hombres y mujeres, en su labor cotidiana y en sus ratos de ocio. Retrata a hombres que lloran porque extrañan a sus hijos, sus mujeres; o a un cocinero al que le hubiera gustado ser mujer, pero se casó y tuvo una hija, la que trabaja con él en el comedor de la empresa. El director logra equilibrar con muy buenos recursos cinematográficos, el relato de sus protagonistas, junto con algunas insólitas imágenes de ese lugar. Entre ellas, la de un grupo de hombres, que parecen suspendidos en el aire, mientras van armando una gran telaraña de hierros, que más tarde quedará tapada de cemento. "Los guerreros de la luz" es un admirable "friso humano", que habla de la justicia y la injusticia y del trabajo, como una necesidad vital del hombre.
Un animal que cayó del cielo El director Sylvain Estibal explora con buenos recursos narrativos un conflicto sin fin y lo hace a través de una historia que despierta cierta ternura y humor, a la vez que hace que el espectador se identifique con ese antihéroe llamado Jafaar, el pescador, magistralmente interpretado por el actor israelí Sasson Gabai. El director francés Sylvain Estibal parte de una situación absurda, para ilustrar, con un humor -respetuoso-, el conflicto que separa a israelíes y palestinos. La anécdota es simple, pero efectiva. Jafaar (Sasson Gabai) un pobre pescador palestino con mala suerte, se interna en el mar y cuando recoge su red descubre que en lugar de pescados para vender en la feria de la ciudad en ella hay un cerdo. La sorpresa provocará en el pescador un intenso cambio en su cotidianidad porque comenzará a sentirse un perseguido. Ocurre que Jafaar vive en la llamada Franja de Gaza, escena de un largo conflicto entre israelíes y palestinos y el cerdo es un animal mal visto por los habitantes de ambas zonas. Como si esto fuera poco, Jafaar decide mantener al animal en su pequeña embarcación. No puede llevarlo a su casa, porque en ella tiene apostados a dos soldados israelíes que no sólo custodian la frontera, también pretenden simpatizar con su mujer. CON POCA SUERTE Una solución es intentar venderle el animal a un miembro de la ONU, pero cuando se lo ofrece, el funcionario asombrado, prácticamente lo saca a patadas de su oficina. A partir de ese momento, comienza una aventura tan absurda como insólita para Jafaar, que teme ser descubierto por las autoridades y condenado a prisión, tan sólo porque un cerdo apareció un día en su red de pescador. El hombre imagina una y mil maneras para obtener algún dinero con ese cerdo "caído" del cielo. Desde la de disfrazarlo de oveja, hasta intentar venderlo a unos vecinos. Jafaar todo lo intenta, pero sin demasiada suerte. El director Sylvain Estibal explora con buenos recursos narrativos un conflicto sin fin y lo hace a través de una historia que despierta cierta ternura y humor, a la vez que hace que el espectador se identifique con ese antihéroe llamado Jafaar, el pescador, magistralmente interpretado por el actor israelí Sasson Gabai.
Entre los ciclos de la vida La obra encierra múltiples alegorías y símbolos, tiene una muy atractiva paleta de colores y los personajes se muestran como si hubieran sido cincelados por el director del filme. El título de la película refiere a dos elementos que se destacan en el cuadro "El camino al Calvario", del pintor holandés Pieter Brueghel (1525-1569). En esa pintura se inspiró el director Lech Majewski para crear una obra cinematográfica que provoca cierto hipnotismo, fascinación y sorpresa en el espectador. En verdad la idea de crear una película a partir de "El camino al Calvario" (realizado por Brueghel en 1568, poco antes de morir), fue una invitación que el novelista Michael Francis Gibson le hizo a Majewski. Gibson escribió un ensayo literario llamado "El molino y la cruz", en el que analizada el cuadro "El camino al calvario" de Brueghel. En su libro ponía de manifiesto el sometimiento y la persecución que habían vivido los habitantes de esa región de Flandes, cuando llegó la caballería española con el fin de aplastar a los que ejercían la doctrina protestante. UN PUEBLO RURAL Una vez leído el libro y realizado el guión, el director se dedicó a dar vida a esos innumerables personajes pintados tan magistralmente por Brueghel, en los que muestra, prácticamente a todo un pueblo rural, que tiene como epicentro un molino. Pero Majewski y Gibson -autores del guión del filme- no se conformaron con dar vida a esos personajes, también incluyen en la película, al mismo Brueghel (Rutger Hauer), él que mientras observa a sus criaturas moverse, va dibujando las escenas siguientes, por decirlo de algún modo. De esta manera la creación pareciera que surge en el mismo instante en el que es mirada por el espectador. LOS HABITANTES "El molino y la cruz", por decirlo a grosso modo, encierra los ciclos de vida de cualquier ser humano, desde el nacimiento a la muerte. De ese modo puede verse a una madre que amamanta a su niño, hasta la joven pareja que aspira a construir un futuro, pero él marido es llevado por uan fuerza armada, golpeado y puesto en una cruz para que sea devorado por unos grandes pájaros negros. La obra encierra múltiples alegorías y símbolos, tiene una muy atractiva paleta de colores y los personajes se muestran como si hubieran sido cincelados por el director del filme. El amor, la religión, el trabajo rural, la música, los juegos de los niños, los romances en los mayores, la humillación y la muerte, son parte de esta travesía fílmica, en la que Rutger Hauer, caracteriza muy bien al pintor Pieter Brueghel, mientras que Charlotte Rampling, cubre el papel de Mary, una de las mujeres del pueblo que con piedad observa la cruel realidad que se sucede ante sus ojos.