Cuando el amor tiene precio Buena parte del interés que despierta la película está en el magnetismo que transmiten las parejas protagónicas, los jóvenes Nina Meurisse y Cyril Descours, en los papeles de los amantes Rebecca y Vincent y la siempre atrapante Emmanuelle Devos y Gilbert Melki, como los policías a cargo del caso. Uno de los aspectos interesantes de este policial suizo-francés, es que no se detiene en mostrar intrigas vanas, que despisten al público. Sigue los pasos de una mujer y un hombre policías, que investigan la muerte de un joven taxi-boy, que se dedica a tener sexo con hombres de dinero y casados. ¿Cómo ocurrió?, ¿con quién se relacionó el chico?, ¿por qué su novia aparece implicada? Estas son preguntas que se van a ir respondiendo de a poco a lo largo de esta historia tan actual, porque habla de la banalidad de las relaciones, de la imposibilidad de construir una relación y de la pulsión del deseo. BELLEZA AMBIGUA El protagonista es un muchacho joven, delgado, de una belleza ambigua que tiene un amigo "bisexual" como él, que le consigue clientes. Pero luego el muchacho la hace más fácil. Pone un aviso en una página ofreciendo sus servicios y haciéndose pasar por menor. Vincent Bouvier (Cyril Descours) conoce el negocio. Sabe que si el cliente le pide ir a comer o tomar una copa después, a eso no se presta. Lo suyo es sólo sexo "mecánico", por dinero. Claro que un día mientras atiende sus mensajes en un cibercafé cruza miradas y una sonrisa con Rebecca (Nina Meurisse). Luego viene un breve diálogo y el intercambio de teléfonos. El luego de estar con un cliente la llama, se encuentran en la casa rodante en la que el muchacho vive, y poco a poco se enamoran. Más tarde Vincent le confesará a su novia su verdadera profesión. Ella primero se enoja y luego le pide atender juntos, en pareja, a los clientes. UN DESCUIDO El accede a los pedidos de lu chica, pero la protege. No obstante un descuido y una prueba de chantaje a un cliente por parte de él para obtener dinero rápido, termina en un hecho dramático imprevisible. Simultáneamente a esa pareja de jóvenes, otra pareja, más cercana a los cuarenta y pico se encarga de investigar lo que sucedió. Lo paradójico es que, Karine Mangin (Emmanuelle Devos) y Hervé Cagún (Gilbert Melki) los policías, se entusiasman con el caso y a medida que avanza, van descubriendo en lo sucedido, en las pistas que pueden llevarlos a descubrir el caso, circunstancias que se parecen a lo que a ellos mismos les ocurrió años atrás. La "opera prima" del suizo Frédéric Mermoud, consigue un filme muy atractivo, que maneja el suspenso desde un costado intimista, sin efectos, ni peleas, ni tiroteos, ni mayores escenas de acción, pero sí con la precisión de un muy buen policial negro. Además buena parte del interés que despierta la película está en el magnetismo que transmiten las parejas protagónicas, los jóvenes Nina Meurisse y Cyril Descours, en los papeles de los amantes Rebecca y Vincent y la siempre atrapante Emmanuelle Devos y Gilbert Melki, como los policías a cargo del caso.
Cuando el dinero todo lo puede Con una buena fotografía y un humor por momentos algo disparatado y absurdo, esta nueva película del director de ‘¿A quién ama Gilbert Grape?’, cuenta con muy buenas actuaciones de Ewan Mc- Gregor y Emily Blunt. Una historia de amor que tiene como escenarios Inglaterra y Yemen, en tierras árabes, es lo que propone el director sueco Lasse Hallström, con este filme en el que Emily Blunt y Ewan McGregor, sostienen un romance que nace de a poco, pero va consolidándose a través de una química tan suave como efectiva. ‘Un amor imposible’ va entretejiendo una trama en la que coincide la historia personal de un biólogo marino, junto con algunos conflictos políticos de su propio país, Gran Bretaña Alfred Jones, apodado Fred (Ewan McGregor) trabaja para el gobierno en el área de pesca, un día es llamado por un jeque árabe con una propuesta insólita. El empresario es un fanático de la pesca y en Yemen, una de las tierras más pobres y conflictivas de la Península Arábiga, construyó una villa con un lago, en el que aspira a ‘plantar’ salmones. MISION POSIBLE Cuando Sheikh Muhammed consulta a Fred, el biólogo no logra salir de su asombro, porque ve que la misión es imposible. Pero el pensamiento oriental no es lo mismo que el occidental y el jeque árabe se empeña en lograr el milagro de poder ver a un cardumen de salmones en los jardines de su casa. La en apariencia disparatada propuesta del millonario árabe, no es desoída por el gobierno inglés, que ve una buena oportunidad de mejorar las relaciones entre ambos países. Para llevar adelante la negociación, interviene la encargada de comunicaciones del Primer ministro británico, Patricia Maxwell, personaje que está a cargo de Kristin Scott Thomas, en uno de los escasos papeles en que la actriz puede demostrar su gran capacidad de comediante. Precisamente es Patricia Maxwell la que elige a Alfred Jones, para que lleve adelante la misión y encuentre la forma para que el capricho del árabe se haga realidad. COMEDIA IRONICA El guionista Simon Beaufoy logró una buena adaptación de la novela de Paul Torday. Si bien su contenido de comedia irónica y romántica, por momentos se distrae en elementos que hacen a los conflictos políticos que se desarrollan en tierras árabes, lo esencial es la historia de amor que nace entre Fred, el biólogo y Harriet (Emily Blunt), la asistente del jeque árabe. El biólogo inglés lleva una vida por demás monótona, tanto en su profesión, como en su matrimonio, mientras que Harriet tiene un novio desaparecido en el campo de batalla. El filme en verdad es la historia de dos personas, un hombre y una mujer con sus respectivas parejas en conflicto, que logran encontrar un punto de afecto en común, además de descubrir nuevas facetas de sus personalidades. Con una buena fotografía y un humor por momentos algo disparatado y absurdo, esta nueva película del director de ‘¿A quién ama Gilbert Grape?’, cuenta con muy buenas actuaciones de Ewan Mc- Gregor y Emily Blunt.
Ser padres no es nada fácil Si bien su guión es algo extenso y repetitivo, no deja de aportar una atractiva mezcla de dolor, humor y también ternura a una trama pequeña y tan simple o compleja. Cómo criar un hijo y no morir en el intento parece ser lo que propone el francés Rémi Bezançon en su ácida comedia ‘Un suceso feliz’. La película parte de una historia de amor muy romántica, con locaciones visuales muy agradables y dos protagonistas jóvenes, Barbara y Nicolás, que se conocen en un videoclub en el que él trabaja. Ella entra sonríe y va en busca de su película favorita, la tercera vez que ingresa al negocio, él parece adivinarle sus gustos, entonces apenas la ve le muestra la comedia que puede llegar a interesarle. A veces ella acepta la propuesta y a veces no. PASEO EN MOTO Hasta que surge lo inevitable. Un paseo en moto termina sellando una relación de pareja, que se vuelve pasional, fogoza y él termina pidiéndole un hijo, quiere ser padre. No se sabe nunca bien porque Nicolás (Pio Marmaï) tiene ese deseo, pero tampoco es tan importante enterarse el por qué. Ella, Barbara (Louise Bourgoin) acepta no muy convencida, se rebela ante las clases de preparto, falta, primero le niega a su madre que está embarazada, luego se lo confiesa, la madre se enoja y todo parece ir confabulándose para que esperar un niño, se convierta en una especie de tormento para esa muchacha, que siente va creciendo algo extraño en el interior de su cuerpo, sin saber qué hacer, nada más que aceptar la circunstancia. El director Remi Bezançon define a su película como una historia ‘realista’ sobre la experiencia de tener el primer hijo, pero llega un momento del filme, que parece que exagerara un poco, la angustia, el hastío y el agotamiento que muestra esa madre de una pequeña que con sólo reír pareciera que ilumina la casa. ANGUSTIA MATERNA A partir de ese momento el espectador sufre por la angustia de esa madre, el papel de ‘tonto’, que parece hacer el marido y además no comprende la angustia que ella padece al no querer dejar de amamantar al bebé y ante los intempestivos consejos de su madre, que aún siendo mayores le reprocha a sus dos hijas, lo que ella sufrió para amamantarlas. ‘Un suceso feliz’ es el irónico título de esta historia, que muestra los cotidianos pasos de una pareja que se quiere, pero una pequeña que no deja de llorar día y noche termina convirtiéndoles la vida en un infierno. A pesar de lo mencionado la película no es para dejar de verla. Si bien su guión es algo extenso y repetitivo, no deja de aportar una atractiva mezcla de dolor, humor y también ternura a una trama pequeña y tan simple o compleja, cómo es observar, por momentos la ‘invasión’ de toda índole, desde médicos, hasta parientes y amigos, que sufre una pareja en su primera experiencia de ser padres. ‘Un suceso feliz’ tiene un buen ritmo narrativo, fotografía y dos magníficas actuaciones de Pio Marmaï y Louise Bourgoin.
Ciertas mujeres nos dan miedo ‘La traición’ es una película en la que Soderbergh consigue una muy buena dosis de suspenso, un ritmo de acción intenso, pero no abusa de los efectos especiales y ese es uno de sus mayores logros. El director Steven Soderbergh que ha hecho películas tan disímiles como ‘Traffic’ o ‘Sexo, mentiras y video’, eligió el ‘thriller’ de acción, para hacer debutar a la experta luchadora en artes marciales, la norteamericana Gina Carano. La Carano es bella, quizás no acierta demasiado en las escenas de amor, pero su cuerpo, su agilidad y su certeras trompadas y ‘llaves’ maestras con piernas y brazos hacia sus contrincantes, la convierten en una temible enemiga. AGENTE SECRETA En ‘La traición’ la muchacha hace el papel de una agente secreta, a la que justamente luego de una misión especial, terminan traicionándola, por lo que la mujer intentará vengarse a cualquier precio. Lo curioso de esta película de Soderbergh es que cuenta con un equipo de grandes actores -como Ewan McGregor, Michael Douglas, Michael Fassbender y Antonio Banderas-, que se ponen al servicio de la luchadora, para que esta se luzca en la pantalla grande. Lo concreto es que Gina Carano entró por la puerta grande del mejor cine, porque Soderbergh logra contar una historia con buen sustento dramático, en la que ella hace de una agente especial, llamada Mallory Kane, que tiene un jefe, de nombre Kenneth (Ewan McGregor), cuyos servicios son contratados por los gobiernos de Europa para llevar a cabo algunos trabajos sucios. Un día en que la chica lleva a cabo una misión en Barcelona, en la que debe rescatar a un hombre tomado como rehén, se suceden una serie de hechos en los que ella termina siendo delatada a sus enemigos y todo se complica. ‘La traición’ es una película en la que Soderbergh consigue una muy buena dosis de suspenso, un ritmo de acción intenso, pero no abusa de los efectos especiales y ese es uno de sus mayores logros. Con un estilo austero, el director aprovecha muy bien las cualidades de gimnasta de la experta en el sesgo de artes marciales conocido como Muay Thai, para rodar prácticamente sin coreografiar las peleas. Un buen ejemplo de lo dicho es lo que sucede en un hotel con Gina Carano (Mallory Kane) y Michal Fassbender (Paul). Con escenas de planos cortos, o contundentes travellings, el filme también cuenta con las eficaces actuaciones de Michael Douglas y Ewan McGregor.
El heredero de la buena suerte Es una comedia urbana, cuyos diálogos se apoyan en ese ingenioso humor típicamente argentino, que por momentos recuerda a los cuentos de Roberto Fontanarrosa. Actor y guionista de ‘Caigac quien caiga’ y del programa de Roberto Pettinato, entre otros, Diego Recalde se volvió a inclinar por la comedia para esta segunda película que realizó en 2008. De Recalde se conoció previamente ‘Sidra’ y tiene en su haber otros filmes aún inéditos. En ‘Sidra’, una comedia, uno de sus personajes intentaba rodar una película porno apta para todo público, algo, tal vez imposible de lograr. LOS EX ALUMNOS Precisamente sobre aquello que sus protagonistas quisieran hacer, pero no pueden, se deslizan los personajes de Recalde. En su mayoría son simpáticos perdedores urbanos y sin duda para crearlos, el guionista, actor y director, quizás se inspiró en amigos, o en anécdotas que le suceden a él mismo. ‘Habano y cigarrillos’ cuenta lo que sucede con un grupo de ex compañeros de la secundaria, que se reúnen para saber que han hecho de sus vidas. Uno de ellos falta a la cita y todos coinciden, en que ese que faltó, es el que tuvo mejor suerte en la vida. Uno de los muchachos que asistió a la comida de ex alumnos, Daniel (Diego Recalde) tiene una teoría que le comenta en secreto a Gustavo (Fabián Miasnik), otro compañero de aquellos años. Daniel sostiene que si se logra asesinar al que le va bien, la suerte se traslada al asesino, por eso le propone a Gustavo, que juntos maten a Jorge, el muchacho que faltó a la comida. El filme se apoya en las pequeñas vidas de Gustavo y Daniel. El primero vive con su mujer a la que quisiera destruir, porque la detesta y el segundo, con su madre. ‘Habano y cigarrillos’ es una comedia urbana, cuyos diálogos se apoyan en ese ingenioso humor típicamente argentino, que por momentos recuerda a los cuentos de Roberto Fontanarrosa. Con cámara fija, de planos cerrados, escasos escenarios, el director y guionista logra armar una comedia que despierta interés y tiene un humor certero. En las actuaciones se destacan sus dos principales protagonistas: Diego Recalde y Fernando Miasnik.
Una chica un poco a la deriva Con esta película la actriz Jazmín Stuart se pone detrás de la cámara y para hacerlo eligió a Juan Pablo Martínez, que tiene experiencia en cine, y el resultado es por momentos sorprendente porque la película se vuelve cautivante a través de su protagonista, una estupenda y convincente Florencia Otero. Carla (Florencia Otero) tiene diecinueve años y se mueve un poco sin sentido en la vida. Vive en la casa del ex marido de su madre y en apariencia no estudia ni trabaja. Solo se reúne con amigas y amigos, va a fiestas, consume drogas y alcohol y parece bastante apática frente al futuro. Ella es la protagonista de esta comedia que retrata la adolescencia por momentos de un modo ácido y hasta cruel. EL MUSICO En apariencia la protagonista parece alejada de los chicos de su edad que comúnmente se conocen, pero a medida que avanza el metraje, el espectador se da cuenta que ella, en definitiva es como cualquier otra. Porque la muchacha reclama afectos paternos y maternos ausentes, y alguien que la quiera, o le indique el norte al que dirigirse, mientras todos los que la rodean parecen querer fugarse de algo. Un día Carla está en la casa del ex marido de su madre, cuando un joven empleado de la empresa del hombre llega y le despierta un real interés. El muchacho (Nazareno Casero) trabaja y tiene un grupo de rock. Dice que en su filosofía de vida está ganar dinero a través de un trabajo y tener su pequeño departamento en el que pueda hacer lo que quiera. Carla escucha al chico con cierta indiferencia pero por alguna razón se interesa en él. Lo contrario sucede con su madre, quien vuelve a Buenos Aires desde Europa después de haberse enterado de que intentaron secuestrar a su ex marido. A partir de ese momento entre Carla y su madre se produce un constante cortocircuito, a pesar de que ninguna niega el cariño que se tienen. Finalmente, la muchacha va a un recital de su nuevo amigo y el final queda abierto. Con esta película la actriz Jazmín Stuart se pone detrás de la cámara y para hacerlo eligió a Juan Pablo Martínez, que tiene experiencia en cine, y el resultado es por momentos sorprendente porque la película se vuelve cautivante a través de su protagonista, una estupenda y convincente Florencia Otero. Con un guión que por momentos parece algo confuso, se destacan las muy buenas actuaciones de Claudia Fontán y Nazareno Casero. La estética del filme juega entre lo retro y lo moderno y permite mostrar a un grupo de adolescentes desde una visión actual y realista.
Una mujer muy incomprendida Hay una actuación memorable de Michelle Williams. La actriz consigue captar no sólo la seducción, también la sutil picardía, ingenuidad y belleza que caracterizaban a Marilyn Monroe. La película con la que el director de televisión Simon Curtis debuta en el largometraje muestra un aspecto, tal vez, poco conocido sobre la vida de Marilyn Monroe. Se refiere a lo que sucedió durante el rodaje en Londres, de su filme "El príncipe y la corista" (1956). En aquel momento Marilyn Monroe viajó por primera vez a Gran Bretaña y lo hizo junto a su flamante marido, el dramaturgo Arthur Miller, provocando un revuelo entre sus admiradores ingleses. El filme fue hecho prácticamente por conveniencia tanto de Olivier, como de la Monroe. El porque a los cuarenta y nueve años necesitaba un golpe de publicidad que vendría por el lado de ella gracias a la frescura juvenil que comunicaba desde la pantalla. UNA TIMIDA Pero sucedió lo contrario, porque el actor y director al lado de la Monroe se sentía un incompetente. No sabía cómo tratarla porque se mostraba tímida en el set y reclamaba la presencia constante de Paula Strasberg, su "coach" de actuación y mujer de su maestro, Lee Strasberg. Olivier detestaba no sólo el "método" de Strasberg y sus actores, tampoco se preocupaba por comprender a Marilyn, por aquellos años muy dedicada al alcohol. Lo comentado aparece como los entretelones de los libros en que basa el filme, escritos por Colin Clark, el tercer asistente del Olivier en el filme y con acceso a la Monroe y en apariencia quie terminó comprendiendo a la que todos consideraban tonta, aunque su inteligencia y sus cualidades innatas de actriz se convirtieron en lo que fue, una de las personalidades más fascinantes del cine universal. LOS CAPRICHOS "Mi semana con Marilyn" muestra caprichos de los actores, la forma en que se filmaba por aquellos años, más el backstage de un rodaje, en el que hubo que tener mucha paciencia para llegar a su finalización. El resultado al ver a la Monroe en la pantalla provocó un efecto tan hipnótico, que terminó oscureciendo a todos los que aparecían a su lado. Luego de "El príncipe y la corista", la actriz haría una de las comedias más populares de todas las épocas: "Una Eva y dos Adanes", junto a Tony Curtis y Jack Lemmon. "Mi semana..." tiene una actuación memorable de Michelle Williams. La actriz consigue captar no sólo la seducción, también la sutil picardía, ingenuidad y belleza que caracterizaban a Marilyn Monroe. En ese aspecto también contribuyó la fotografía de Ben Smithard. Además de Williams, se destaca la actuación de Eddie Redmayne, en el papel de Colin Clark.
Cuando el amor deja de vivir A partir de secuencias deshilvanadas, de la forma en que el director emplea la luz, dejando a veces a los personajes en penumbras, el filme consigue ir redondeando ciertos climas, formas plásticas que sugieren más de lo que muestran, lo que transmite cierto desconcierto en el espectador. Luego de su documental "Iraqi short films" que Mauro Andrizzi, armó con imágenes que encontró en la web sobre la guerra de Irak, continuó trabajando sobre una idea de cine experimental, que no se apoyara precisamente en contar tradicionalmente una historia. En "En el futuro", el director y guionista se apoya en la idea de que lo porvenir prácticamente no existe, sino que es el presente el que habla. Desde ese punto de vista su película muestra imágenes sueltas, parejas o personas solas que hablan de sus experiencias amorosas o de abandonos. Filmada en blanco y negro, al comienzo puede verse a varias parejas besándose: un hombre y una mujer, o un hombre con otro, poco después, un "fundido" a negro deja paso a distintos relatos, que parecen encerrar enigmas. LAS CONFESIONES Uno de ellos es el de dos amigos, que fueron amantes de una misma mujer. Lo sigue una mujer que luego de varios años, descubre que marido siempre tuvo una doble vida. Continúa una pareja que relata frente a la cámara, su odisea al mudarse a una nueva casa, en la que por las noches reciben los extraños llamados de una mujer, que pregunta por un hombre, cuando le dicen que no vive en ese lugar, la persona del otro lado, corta y así sigue. Poco después un muchacho comenta su experiencia con una prostituta a la que le regaló un libro, luego del acto sexual. "En el futuro" es un filme que a partir de secuencias deshilvanadas, de la forma en que el director emplea la luz, dejando a veces a los personajes en penumbras, consigue ir redondeando ciertos climas, formas plásticas que sugieren más de lo que muestran, lo que transmite cierto desconcierto en el espectador.
Extraños espacios de la mente Con "Accidentes gloriosos", Mauro Andrizzi y Marcus Lindeen parecen querer decir que la mente tiene sus propios y desordenados "espacios", que según como se los ordene pueden despertar una variedad de sensaciones, de acuerdo a la propia historia del que mira el filme. En "Accidentes gloriosos", los directores y guionistas Mauro Andrizzi y Marcus Lindeen parecen haberse inspirado en la novela "Crash", de James Graham Ballard, de la que también se hizo una película. Pero salvando las distancias, acá poco queda de aquel asfixiante universo que exponía "Crash". Porque "Accidentes gloriosos", es igual que "En el futuro" -comentado en esta página- un filme monocorde, hecho de fragmentos de imágenes deshilvanadas, en las que sus personajes anónimos aparecen y desaparecen, sin una razón precisa. El hilo conductor de esas imágenes, es el relato en off, de unos textos dichos por Cristina Banegas, que hablan tanto del amor furtivo, como de la muerte, de la infancia, de la soledad y del sexo. Entre los personajes más claramente definidos en la trama, se ubican un fotógrafo al que le atrae retratar lo que queda de un auto después de un accidente y hasta incluso, si es posible, con las víctimas "in situ". HIERROS Y REGOCIJO Para el hombre de la cámara esos hierros fundidos, retorcidos, se asemejan a extrañas esculturas que le provocan un cierto regocijo. Más aún, si pudiera seguiríaa con su lente a alguien que viaja plácidamente en su auto hasta que de pronto choca y la vida se modifica de golpe. Con "Accidentes gloriosos", Mauro Andrizzi y Marcus Lindeen parecen querer decir que la mente tiene sus propios y desordenados "espacios", que según como se los ordene pueden despertar una variedad de sensaciones, de acuerdo a la propia historia del que mira el filme.
Los excluidos se hacen oír Cansados de vivir en la marginalidad y formar parte de las minorías excluídas, como muchos de los que viven en las villas, la agrupación "Putos peronistas. Cumbia del sentimiento" -que alza las banderas del peronismo- salió a la luz en noviembre de 2007, durante la Marcha del Orgullo Gay, que se realizó en Plaza de Mayo. Con una gran bandera como estandarte y con parlantes que emitían la tradicional marcha cantada por Hugo del Carril, los chicos y chicas de la agrupación decidieron darse a conocer, no como parte de una minoría rechazada, humillada, sino para exhibir con orgullo lo que eran: pobres, excluídos y despreciados, por aquellos que se creen con derecho a definir qué está bien y qué está mal. LA DIVERSIDAD El documental de Rodolfo Cesatti da cuenta de la forma en que trabaja la agrupación, que levanta las banderas de admiración hacia la figura del ex presidente Néstor Kirchner y que a través de la nueva ley de identidad de género, muchos de sus integrantes pudieron dejar la prostitución y emplearse en distintas entidades oficiales o en instituciones privadas. La agrupación recorre el conurbano e incluso se ha extendido más allá de la General Paz, con la intención de concientizar a muchas de las chicas que trabajan en la calle, de que pueden disponer de derechos y hacerse un lugar en la multifacética sociedad actual. Con un estilo narrativo por momentos caótico, colorido, costumbrista, el filme logra dar a conocer la actividad política militante de la agrupación -a través de su trabajo con la gente en las zonas más pobres del conurbano y de contar lo que hacen en radios y en los medios que los quieran escuchar- y también la solidaridad que los une frente a las circunstancias más adversas.