Una profesora cuestionada La comedia es un género en el que Cameron Díaz se mueve como pez en el agua y más aún si la historia exige que su protagonista además de ser simpática, sea sexy y atrevida al mismo tiempo. Claro que en "Malas enseñanzas", la rubia no se muestra tan cordial como en otros relatos del mismo género. Su personaje es bastante antipático, pero en eso se sostiene el interés que despierta su Elizabeth entre los que la rodean y en el público. Es que Elizabeth, la profesora de secundario, que hace la Diaz, es una mujer que solo piensa en ella misma y nadie más. El comienzo de la película la encuentra en el momento en que decide abandonar la escuela en la que trabaja y llega a casa de su novio con el que vive, para recibir la terrible noticia de que éste, en compañía de su madre, le dice que todo se terminó. El resultado es que la chica queda en la calle, ya que no tiene ni casa propia ni alquilada. Pero Elizabeth es una obsesiva: ella busca un hombre que la mantenga y en eso pondrá todo su empeño, no importa el precio que tenga que pagar, ni tampoco a quienes deba engañar. BUENOS TRUCOS En este caso algunos de los engañados con los trucos que pone en marcha la educadora, son los padres y los chicos mismos. La llegada de un maestro suplente, cuya familia está en muy buena posición económica, hará que Elizabeth entre en competencia con una colega, con pechos más voluminosos que ella. Por lo que a continuación el interés de la profesora se encaminará a ver de qué manera consigue el dinero para una cirugía estética. Comedia de enredos, con algo de escatológico, diálogos por momentos ingeniosos y chispeantes que harán reír a un público adolescente y a fans de la Cameron, que en esta historia se muestra bastante sexy, son parte de esta historia bien condimentada por los guionistas de la serie televisiva "The office". "Malas enseñanzas" tiene un buen entramado de escenas efectistas que divierten y permiten el lucimiento no sólo de Cameron Díaz, también de una buena actriz como Phyllis Smith, de la serie mencionada y el cantante y actor Justin Timberlake, no demasiado bien aprovechado debido al personaje que le tocó en suerte.
Las imágenes recuperadas El cineasta Andrés Nicolás Cuervo salda una cuenta pendiente con su padre: continuar un filme que él dejó inconcluso, cuando murió en un accidente de tren. Roberto Cuervo, el padre de Andrés Nicolás, el realizador de este filme, se hizo amigo de Haroldo Conti y mientras uno estudiaba cine, el otro letras. De esa amistad consolidada en la década de 1970, quedaron una serie de imágenes grabadas, de testimonios, que dan cuenta de un importante momento de la literatura argentina, con Eduardo Galeano, Marta Lynch, Rodolfo Walsh, la revista Crisis. Andrés Nicolás Cuervo ordena esas imágenes, le aporta testimonios de su madre filmados en el presente, le suma instantáneas actuales que aluden metafóricamente a un momento, a un hombre: Haroldo Conti, que fue secuestrado y desaparecido en 1976 y nunca más se supo de él. RECUERDOS "El retrato postergado" incluye muchas imágenes filmadas en blanco y negro, en 16 mm. o super 8, que permiten ver a Haroldo Conti, en su isla del Tigre, con Walsh, o en su Chacabuco natal, en la que casa en que vivió y se respira el clima que dio lugar a cuentos inolvidables "La balada del álamo Carolina", o la novela "Mascaró, el cazador americano". "La vida es un borrador nunca completo" solía decir Haroldo Conti. El que también comentaba que todos sus escritos se inspiraban en su Chacabuco natal, o junto a sus padres, un hombre que vendía telas por los pueblos, acompañado por un adolescente Haroldo, que más tarde utilizaría esos recuerdos para describir en sus cuentos. De ellos, de los personajes de Conti, Marta Lynch solía decir que demostraban ""una especie de piedad hacia el ser humano". Precisamente la misma autora de "La alfombra roja" definía al escritor, que también fue guionista, titiritero, como un "creador de una escritura exquisita". El documental permite un acercamiento cálido, profundamente emotivo a un Conti del que nunca más se supo de él, pero el filme tiene el valor de permitir recobrar su imagen, su pensamiento, su manera de entender la vida. El escritor decía que "el amor verdadero está rodeado de tristeza" y algo de eso se transmite en esta película, que intenta y lo logra, una intensa comunicación con el espectador.
El amor a orillas del Sena Sólo Woody Allen podía permitirse incluir en un mismo filme, a actores que representan una de las épocas de oro del arte internacional, como Degas, Toulouse Lautrec, Manray, Luis Buñuel, Cole Porter, Zelda y Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, o Gertrude Stein, sin obviar a Pablo Picasso, o a Dalí. Lo curioso es que en este viaje por el pasado, el gran Woody no emplea efectos, ni tampoco ningún juego sofisticado de cámaras, para hacer que su protagonista (un guionista estadounidense, que trabaja en Hollywood y visita París, con su novia y los padres de ella) viaje en el tiempo, tanto a la década de 1920, como a la Belle Epoque, con el Moulin Rouge incluído y su artista paradigmático el genial Toulouse Lautrec. AUTO ANTIGUO Sólo un abrir y cerrar de puertas de un auto antiguo que recoge al protagonista en las escalinadas de una iglesia por las noches, le sirven de apoyo a Allen para que su "alter ego" viaje en el tiempo y de pronto se descubra tomando unas copas con los Fitzgerald, encantadores y de gran vida social; o toparse con un Hemingway, siempre dispuesto a pelear, después de unos tragos demás, o ver y escuchar a Cole Porter tocando sus melodías en piano, siempre muy bien rodeado. Allen concreta un filme encantador, que lo podrán disfrutar mejor aquellos de una edad aproximada a la del cineasta, que cuenta con varias décadas en su haber, ya que la mayoría de los que en esta historia aparecen dejaron legados insustituíbles a través de sus obras literarias, plásticas o musicales. "Medianoche en París" refiere a los paseos nocturnos de Gil, ese guionista inconformista, que busca su lugar en el mundo y no se atreve a mostrar su novela porque todavía la considera en construcción. Aunque más tarde el aval de Gertrude Stein lo hará recapacitar como para atreverse a algo impensado hasta ese momento. LA OVEJA NEGRA Gil es la "oveja negra" que acompaña a esa familia estadounidense, que se creen superiores y tienen demasiado poca simpatía por los franceses, mientras que el futuro yerno cree haber descubierto su lugar de inspiración a orillas del Sena, en los barcitos bohemios o simplemente caminando por las nocturnas calles parisinas. El filme es chispeante, irónico, ingenuo y pequeño y podría leerse como una travesura típica de Allen, que apela al entretenimiento haciéndole recordar al espectador, que a fines del siglo XIX y principios del XX, hubo una serie de precursores, que en la actualidad no han podido ser reemplazados en cuánto a su lucidez e inteligencia creativas. Clive Owen, como Gil, el guionista, consigue una interpretación de gran eficacia. Cómodo en su papel el actor, se desenvuelve con una informalidad muy bien estudiada. A su lado, el papel que desempeña Corey Stoll, como Hemingway no deja de ser un hallazgo, del mismo modo que Kate Bates hace de Gertrude Stein o Alison Pill, de una admirada Zelda Fitzgerald. Un París idílico, fascinante que invita a viajar lo antes posible a esa ciudad soñada, es retratada por momentos por Allen, como si se tratara de una gigantesca tarjeta postal.
Para el amor no hay edad Este drama romántico en el que como en un cuento de Navidad, se pone de manifiesto que el amor no tiene edad, es lo que propone el estadounidense Nicholas Fackler, en su opera prima. El filme está ambientado en los días previos al 25 de diciembre y muestra, con pronunciados y repetitivos detalles, como es la cotidianidad de un anciano de unos ochenta años, que todos los días va rutinariamente a su trabajo, en un supermercado. Robert vive solo y mientras prepara el árbol de Navidad en su casa, con un único regalo que él mismo se compró, piensa en que le gustaría, tal vez, tener una familia. LA SOLEDAD Pero esta cuestión de la familia y los por qué de la soledad de Robert no quedan muy claros al comienzo del metraje, para el espectador. Sí despierta la atención, que un señor tan mayor trabaje en un supermercado y tenga tan buena relación con el Ceo de la empresa, al que casi considera un hijo. Pero ¿por qué nó?. La cuestión es que muchos de los interrogantes, no todos, que el público puede preguntarse serán respondidos en su momento por este relato que refiere a la ancianidad, a la despedida de la vida y a los instantes en que se percibe que algo está por terminarse definitivamente. "El amor de Robert" si bien es un drama romántico, en su interior, y a su manera, quizás de un modo demasiado idílico y hasta pretendidamente poético, pone de manifiesto algo mucho más profundo, el problema de la pérdida de la memoria y los síntomas del mal de Alzheimer, que afectan en su mayoría a las personas muy mayores. Con esta problemática de por medio el director Nicholas Fackler, que tenía veinticuatro años cuando rodó el filme, va construyendo una historia que apela a la familia, a la Navidad como una forma de unidad entre las personas y a que el amor cuando es verdadero nunca muere. Claro que quizás en su construcción la película por momentos se muestre demasiado irreal, e ingenua en su forma de exhibir esa Navidad de tarjeta postal, con calles y árboles con nieve y casas de dos plantas iluminadas, como de tarjetas de Fin de Año. También es posible que muchos de los que la vean encuentren que su narración peque hasta de un cierto didactismo cinematográfico, no obstante es una historia que conmueve gracias a sus dos extraordinarios intérpretes. Ellos son Ellen Burstyn y Martín Landau, el inolvidable personaje de Bela Lugosi, del filme "Ed Wood", de Tim Burton.
Matt Damon y la chica de sus sueños Encontrar a una joven en un baño de hombres de un gran hotel internacional, no es algo de todos los días. Por eso David Norris, cuando mira a la muchacha a los ojos y la besa, cree que es la chica de sus sueños. Pero así como los sueños son fugaces, a los pocos instantes la niña desaparece y ya no se sabe si se la volverá a ver alguna vez, o nunca. Norris es el más joven de los candidatos a senadores del Congreso estadounidense y sobre él crecen las apuestas, pero cuando un medio sensacionalista descubre una foto de sus años de estudiante con los pantalones bajos, todo parece derrumbarse. En en ese momento cuando a Norris se le aparecen "los agentes del destino", los que se encargarán de prevenirlo que lo suyo no es perseguir a una chica de la que cree estar enamorado, sino seguir aspirando a la carrera política, tal como lo quería su fallecido padre. PODER SUPREMO "Los agentes del destino" está basada en un relato del norteamericano Philip K. Dick, el mismo de "Blade Runner" y "El vengador del futuro" y si bien lo suyo es la ciencia ficción y jugar con el presente, el pasado y las premoniciones, en este caso se inclina por una saga romántica, apuntalada con la posibilidad de creer que existe un poder superior al humano, capaz de manejar nuestras vidas. El filme dedica más tiempo a los aspectos de la búsqueda implacable de un hombre para encontrar a la chica de sus sueños, que al tema esencial que trata: el libre albedrío y la predestinación, no obstante es una historia que cierra y se sostiene mediante un preciso y ajustado mecanismo narrativo, apoyado en una estética que hace referencia a la década de 1950. Un siempre eficaz Matt Damon, muy bien acompañado esta vez por Emily Blunt y la reaparición del legendario Terence Stamp, como el presidente de "los agentes del destino", cierran este filme que no defraudará, pero dejará con ganas de algo más.
Aventuras de un guionista de cine Después de escribir los exitosos guiones de "Un novio para mi mujer", "¿Quién dice que es fácil? e "Historias mínimas", Pablo Solarz se animó a escribir y dirigir su primer largometraje. En "Juntos para siempre" vuelve a dar un nuevo giro a los conflictos de pareja. Su protagonista es un obsesivo guionista de cine, el que le da más importancia a lo que pueden pensar los personajes de sus historias, que a su propia mujer. El filme no sigue los mismos pasos emotivos y humorísticos que las anteriores películas de las que Solarz fue guionista. Para su opera prima, el escritor prefirió inclinarse por una comedia ácida, satírica que hace referencia a los vínculos de pareja, con una actitud si se quiere tan descarnada, como verosímil. EL OPTIMISTA Porque el joven guionista que protagoniza el filme, es un hombre que dice apostar siempre a la "buena onda", al optimismo, sin importarle que a su paso deje una estela de indiferencia ante los que lo rodean. No obstante esa indiferencia parece tener un costado seductor y hasta esencial, para los más cercanos, es el caso de su joven mujer y de su madre. El punto límite a partir del que despega la historia, es cuando la pareja decide sacar el amplio sillón del living a la calle y tirarlo, porque en él, su mujer le confiesa que hizo el amor con su vecino. "Lo tiramos y ya está, en qué pareja con varios años de estar juntos no sucede algo así", es la respuesta más o menos inmediata que se le ocurre decir al muchacho, a su asombrada y sollozante mujer. Solarz apuesta a que un hombre así, tan egocéntrico, tan "engolosinado" consigo mismo, necesita a su lado, una mujer algo tonta, que lo acompañe dócilmente, más que una chica como de la que se acaba de separar, que aspira al menos a poder mantener un diálogo con su marido, algo que él siempre le niega. "Vos tenés ideas brillantes a cada rato", o algo así, le dice su madre en un momento, cansada de que no la escuche. LO INESPERADO Pero lo inesperado para las mujeres que rodean al muchacho, es que cuando habla, es capaz de herir con sus palabras, como si él fuera el líder de una cruzada anti molestias emocionales ajenas. Pablo Solarz se ha convertido con el tiempo en un muy agudo observador de los comportamientos humanos en estos tiempos de "fragmentación" y relaciones efímeras y desde ese costado escribe. Su mirada por momentos desconcierta, porque es tan original, como feroz, e impredecible. En eso radica su talento, su ingenio para los diálogos tan precisos, como inmersos en las acciones justas que sus personajes requieren. La historia que Solarz incluye a modo de subtrama dentro del relato principal, es por demás elocuente en cuanto a convertir a la familia en una posible farsa grotesca. Peto Menahen consigue otra sorprendente actuación en el papel de ese guionista que vive a través de sus personajes. A su lado se desempeña una siempre cómoda en la comedia Florencia Peña y Mirta Busnelli y Malena Solda, en un papel un poco más dramático.
Secretos de la genética Hanna, la protagonista de este thriller con elementos de ciencia ficción, se parece a los personajes de los filmes de Luc Besson, como "Nikita", en el que las heroínas son valientes, aguerridas y capaces de luchar cuerpo a cuerpo como un hombre. Ocurre que Hanna fue entrenada por su padre, un ex agente de la Cía, bajo una extricta disciplina militar, en unos bosques solitarios, en los que vive con la niña en una cabaña sin luz, mientras que en tiempos de alta nieve, utilizan pieles para vestirse. En ese ambiente prácticamente primitivo, Hanna aprende a matar, a asesinar a sus víctimas, en este caso animales, con una certera cuchillada en el corazón. La chica parece anestesiada al dolor, tampoco concurre a ninguna escuela, es educada por su padre mediante la lectura de una enciclopedia y los cuentos ilustrados de los hermanos Grimm. UN TRIO El filme no intenta inscribirse en ningún género, pero el que más se le acerca es el de un thriller de espionaje con algo de ciencia ficción, que conviene no revelar. Acá los personajes que se persiguen entre sí son: la niña, Hanna, su padre, el ex agente de la Cía y una colega de otra época del hombre, la que tiene un objetivo bien concreto: borrar de la Tierra al padre y a su hija. ¿Por qué? La respuesta tiene alguna raíz en los experimentos llevados a cabo durante la Segunda Guerra Mundial, o la Guerra Fría. Con estas cartas en la mano, el director inglés Joe Wright desarrolla un buen seguimiento de sus personajes, aunque por momentos el guión, lo haga variar de rumbo, o detenerse demasiado tiempo en escenas que no aportan a la evolución de la historia. No obstante esto se disimula a través de un preciso y sólido entramado de escenas, que apelan al buen entretenimiento, con una fotografía de pronunciada plasticidad en lo referido a las persecuciones, o las escenas en el bosque en el que vive la niña y su padre. MISTERIO Con un acercamiento a las películas de James Bond, Wright desde la dirección también se interesó en incluir una cuota de extraño y muy sugestivo misterio, al personaje de la agente especial que hace la siempre eficaz Cate Blanchett. Si la Blanchett demuestra oficio, su protagonista Saoirse Ronan le otorga a su papel un original e ingenuo encanto, con un buen equilibrio dramático, en las escenas de peleas y en las persecuciones. Una atractiva banda sonora en la que se disfruta de los Chemical Brothers, cierran este filme de exquisita fotografía.
Un músico con un pasado oscuro Este es un drama delicado, porque se trata de averiguar si es verdad o no que un joven organista asesinó a un niño, o esa muerte fue un accidente. "Aguas turbulentas" es un filme áspero, contado en dos tiempos: presente y pasado. El primero alude a un organista que sale de la cárcel y se emplea como músico de una iglesia en Oslo, con la intención de rehacer su vida. Por el otro lo que la película inserta a modo de raccontos, es el pasado que esconde ese hombre, por el que tuvo que purgar una condena detrás de las rejas. La culpa o la inocencia en este caso no són fáciles de demostrar, porque sólo el acusado es testigo de lo que ocurrió con ese niño, al que encontró un día en un bosque a orillas de un lago, con un golpe en la cabeza. VICTIMAS INOCENTES El director Erik Poppe se toma su tiempo para ir desmenuzando la historia de ese joven de apariencia ingenua, que esconde algo oscuro, infranqueable para los que no lo conocen, hasta que todo termina saliendo a la luz. Jan Thomas es muy buen músico y su brillante desempeño en la cárcel, hace que se lo ayude a aceptar un trabajo afuera. Lo mismo ocurre en la iglesia en la que es empleado, en la que se lo admira por su arte. Aunque todo se complica cuando el muchacho se compromete afectivamente con una mujer sola, con un niño de unos seis o siete años. Más tarde, cuando la madre del niño muerto, reconoce en el organista, al supuesto asesino de su hijo, todo se complica y más aún, cuando la mujer se propone hacer una recreación forzada de los hechos y prepara un misterioso ritual, en el que la víctima volverá a ser un inocente. Erik Poppe consigue momentos de intenso dramatismo, a la vez que logra transformar las composiciones musicales, en un protagonista más de esta historia, que encuentra en Pal Hagen Valheim Sverre, una actuación minuciosa y a la vez convincente.
Los superhéroes en apuros Esta nueva entrega de la saga de los superhéroes creados por Marvel, la factoría de historietas que dio a otros conocidos "amigos" como el Hombre araña, Los 4 fantásticos o el Capitán América, ofrece un interesante entramado de intriga, peligro y acción en dosis bien equilibradas de suspenso. Claro que los X-Men en relación a los otros superhéroes son quizás los que ofrecen un mayor entramado de misterio, a la vez que el atractivo extra de la aparición de esas criaturas mutantes, capaces de contar con la imagen común de cualquier ser humano, pero con poderes que les permiten lanzar círculos mortales de fuego, convertir en hierros retorcidos grandes estructuras de metal, provocar un tornado de energías mortales, o leer el pensamiento de los otros. PASADO TRAGICO "X-Men: Primera generación" es una precuela, porque remite su historia a los orígenes, cuando dos de sus protagonistas los "enemistados" Profesor X y Magneto se conocieron, allá por los años "60 en la Universidad de Oxford y descubrieron sus superpoderes. Aunque el segundo carga en su mochila una tragedia que se remite a la Segunda Guerra Mundial, cuando un nazi -Sebastian Shaw- pone a prueba la manipulación genética practicada en el chico y lo obliga a demostrar el don particular que tiene de "doblar" metales, ante la amenaza de matar a su madre. Para Erik Lehnsherr, al que más tarde se lo conocerá como Magneto, aquel momento dejó huellas indelebles en su vida e hizo que su ira y su odio hacia los humanos lo acompañara hasta su adultez. La historia de estos "X-Men..." se apoya en tres vértices. Magneto y el Profesor X, los que juntos a otros mutantes intentan liquidar al temible Sebastian Shaw, aquel nazi que marcó la vida de Lehnsherr-Magneto. LOS MISILES Ambientada en la década de 1960, cuando el gobierno de Kennedy debe enfrentarse a la Unión Soviética por el asentamiento de misiles en Cuba, el filme ofrece un dato curioso: se indica que algunos de los nazis más buscados encontraron refugio en la Argentina y más precisamente en Villa Gesell, a la que la ignorancia de sus productores, llevaron a mostrarla en una zona que parece Bariloche, en lugar de las tranquilas playas de la costa atlántica. Pero éste resulta un dato no tan importante, en relación a la manufactura que pone en marcha el filme, con un sólido entramado de intriga, contenido bélico construído de una manera muy cercana a la historieta y escenas que en sí mismas podrían ser el inicio de otra producción. Entre ellas, puede mencionarse el encuentro lúdico entre los mutantes, mientras esperan a sus jefes; la invasión submarina y por tierra a Bahía de los Cochinos, en Cuba; el desvío de los misiles y un final que aclarará algunos de los misterios que encierran los "X-Men...". La recuperación del color de los trajes originales similar a la historieta, el diseño que recrea la estética de los "60, la música que acompaña las escenas y las muy interesantes actuaciones de James McAvoy y Michael Fassbender, en los papeles del Profesor X y Magneto, cierran esta película que resulta un nuevo y gratificante reencuentro con los "X-Men...".
El poder de resistir Es un thriller político-psicológico que muestra las secuelas que deja la guerra, en una mujer que logró resistir a la tortura, las violaciones y la humillación de grupos fundamentalistas. Cuando ella muere dos de sus hijos, un joven y una chica, que son gemelos, reciben el testamento y dos sobres que, según se especifica, son para entregar al padre, al que creían muerto y a un hermano, que no sabían que existía. A partir de ese momento comienza una extensa travesía de los jóvenes por ubicar a esos familiares a los que desconocen, a la vez que el filme va intercalando escenas que detallan lo que fue la vida Nawal, madre de los gemelos. ELEMENTOS CLAVES Basada en la pieza homónima del dramaturgo, actor y director libanés Wajdi Mouawad, radicado en Canadá, desde 1983, la historia se apoya en tres elementos claves: la resistencia de la mujer, que es apresada y torturada luego de haber asesinado a un líder cristiano; la memoria y el pasado que intentan aprehender los hijos, para descubrir los por qué de ciertos comportamientos de su madre y el accionar de grupos guerrilleros apostados en distintos lugares y enfrentados entre sí, aunque pertenezcan a una misma religión, llaménse cristiano, islámicos o judíos. En síntesis de lo que el espectador es testigo, es de la travesía de vida de esa mujer, que primero tiene un hijo de un refugiado palestino, al que sus hermanos terminan asesinando; la huida de ella de la casa familiar en un pueblo con su hijo al que deja en un orfanato y nunca más sabe de él, hasta que la casualidad hace que lo descubra en un lugar inesperado y las violaciones de las que es víctima en una cárcel en medio de una contienda bélica en Medio Oriente. "MAPA" GENETICO El guión se divide en distintos segmentos narrativos y cada uno de ellos recibe un nombre, a veces refiere al de una ciudad o al de una persona y lentamente el espectador, junto a los hijos de la mujer, van reconstruyendo un pasado hecho de "fragmentos" de anécdotas, de testimonios, de deducciones. "Incendies" es una película que conmociona, al observar hasta dónde es capaz de resistir al dolor un ser humano, a la vez que despierta polémica por las múltiples contradicciones, impensadas, en muchos casos, que es capaz de provocar la guerra. Filmada entre Québec y Jordania, el director escapa, quizás, a cualquier definición política, o ponerse a favor de uno y otro grupo, en cambio lo que intentó dejar en claro es cómo los hijos son capaces de reconstruir un mapa "genético" que esconde innumerables misterios y claroscuros. Con una narración fluída, un realismo visceral, e intenso, sin apelar al melodrama, la película describe quizás como ninguna otra, un drama de nuestro tiempo y refiere a la identidad perdida fruto de la guerra. Lubna Azabal, en el papel de Nawal, la madre logra una actuación excelente, apoyada en sutiles matices interpretativos de gran exigencia emocional. En igual medida es el desempeño de Mélissa Désormeaux-Poulin y Maxim Gaudette, en los personajes de los gemelos Jeanne y Simon.