Duro legado de la década del 90 El filme de Lorena Riposati se subtitula "abriendo los caminos de la resistencia y la dignidad" y la directora muestra distintas instancias que hacen a cómo se fue transformando esa sociedad después de los "90. En los habitantes de General Mosconi, Salta, todavía resuenan las palabras del ex presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem, cuando, en la década de 1990, se refirió a ese ""absurdo concepto de la soberanía"" (tal como lo muestra un fragmento de noticiero en el filme) y privatizó empresas como YPF, Segba, Entel, Aerolíneas y tantas otras. Precisamente YPF era el pilar que sostenía a la sociedad de Mosconi, los que a partir de la explotación petrolera por parte de empresas privadas, comenzaron a vivir una crisis económica sin precedentes, que los llevó a vivir situaciones de represión extremas por parte de las autoridades oficiales. El desempleo, la desintegración familiar y la falta de recursos, obligó a que la gente se agrupara y creara la Unión de trabajadores desocupados de Mosconi (UTD), que se encarga no sólo de las cuestiones laborales, también de los problemas de vivienda, salud y educación. ABRIENDO CAMINOS El filme de Lorena Riposati se subtitula "abriendo los caminos de la resistencia y la dignidad" y la directora muestra distintas instancias que hacen a cómo se fue transformando esa sociedad después de los "90. La realizadora construye la historia de Mosconi a partir de testimonios de sus habitantes, de animación que explican sobre la explotación del petróleo, la contaminación ambiental y muestra el diario trabajo de la gente y cómo se "reinventan" cotidiamente para poder subsistir. "Mosconi" es un documento construido mediante un buen trabajo de investigación que permite seguir los pasos de un grupo social que resiste a la pobreza extrema, a partir de intentar defender las escasas fuentes de trabajo, haciendo artesanías, creando proyectos, que les aseguren la alimentación y la vivienda a la gente del lugar.
Ese país que sabemos ignorar El protagonista deja perder su mirada sentado en la amplia terraza de su casa de piedra y sus testimonios ilustran claramente el sacrificio que implica la preservación de una cultura originaria, que sin querer parece ir desapareciendo con las nuevas generaciones, obligadas a emigrar en busca de mejores horizontes. Candelario Gerónimo tiene setenta y ocho años y toda su vida vivió en la Quebrada de los Chañares, en la provincia de Tucumán. Gerónimo es uno de los tantos seres anónimos que viven en contacto con la naturaleza, en su más primitiva expresión y forma parte de la Argentina ignorada. El habitante de las grandes ciudades poco puede imaginarse de un hombre que siente orgullo por el lugar que nació y afirma ser descendiente de la cultura indígena de los Quilmes, los que fueron exterminados con el avance de la conquista de los territorios. "La tierra es del que la cultiva" y este concepto que provoca tantos conflictos, es el mayor deseo de una comunidad que sobrevive alejada, en medio de quebradas, de vastas extensiones de sábanas de pasto verde intenso, zonas desérticas, con piedras, con las que se construyeron la mayoría de las precarias casas de la zona, en medio de arroyos de agua cristalina. GRANDES EXTENSIONES "Ceremonias de barro" descubre a este hombre, que educó a sus hijos, los que ya no viven en la casa familiar y dice ser hijo natural de una mujer que lo crió a él y a sus hermanos, los que iban a la escuela a pie, caminando entre ida y vuelta unos treinta kilómetros. En esa zona de los Chañares, sus habitantes como el mismo Candelario viven de sus pequeños rebaños de cabras y llamas, del sembrar la tierra y del culto de rituales como el de La Pachamama y La señalada, la preservación de su cultura, las artesanías y el cuidado del agua, que por momentos escasea, debido a la minas a cielo abierto, que han contaminado grandes extensiones de terreno, matando a los animales y la flora del lugar. El protagonista deja perder su mirada sentado en la amplia terraza de su casa de piedra y sus testimonios ilustran claramente el sacrificio que implica la preservación de una cultura originaria, que sin querer parece ir desapareciendo con las nuevas generaciones, obligadas a emigrar en busca de mejores horizontes.
Redescubrir el cine desde la vida Es un filme confesional, sobre dos realizadores, que parecen fundirse, ensimismarse en silencios, en imágenes que transcurren lentas, "perezosas" y misteriosas para el que las observa, pero a la vez resultan fascinantes. Un interesante contrapunto de ideas y sensaciones a transmitir al espectador, es lo que propone el documentalista Andrés Di Tella, en su retrato del cineasta experimental Claudio Caldini. Figura del cine under de hace más de veinte años atrás, Caldini ha hecho a lo largo de su vida cortometrajes en super ocho sin apoyos, sin subsidios, sólo por el arte de dejar que la cámara refleje pensamientos, paisajes abstractos, o personas que al verlas hoy representan un documento insustituíble de la época. Porque a través de ellos, se refleja una forma de percibir la cultura, se observa la moda de hace décadas, los viejos peinados nuevos y se redescubre a una Marta Minujin (a la que Caldini filmó en una performance en la que intentaba enterrarse viva), que nunca perdió su dosis de rebeldía, aún durante la dictadura militar. Caldini convirtió su vida también, según lo expone el filme de Di Tella, en un campo de experimentaciones. Se fue a la India, se perdió en alucinaciones propias de varias décadas atrás, en las que meditar era abstraerse por un largo rato de la realidad y luego regreso y se quedó sin casa y sin trabajo. LA UTOPIA En el momento en que lo redescubre Di Tella vive en una quinta, de la que es casero, en General Rodríguez. También dicta clases y muestra sus películas under, las que despiertan sensaciones raras para el que las ve hoy, por su tratamiento del celuloide, por sus figuras plásticas, por la necesidad del que las ve, de querer descubrir ese "más allá" intangible que es parte de la indescifrable vida de un artista. "Hachazos" es un filme confesional, sobre dos realizadores, que parecen fundirse, ensimismarse en silencios, en imágenes que transcurren lentas, "perezosas" y misteriosas para el que las observa, pero a la vez resultan fascinantes. Este filme convertido en un "biodrama" de Di Tella y Claudio Caldini, permite repensar en parte en lo que se ha convertido hoy el cine y cuánto ha ido perdiendo de la vieja utopía del arte de otra época, de ese sabor artesanal de contar con el tiempo y recursos para filmar lo que se quiere y no lo que imponen los otros.
Un político novato se postula para intendente El filme responde al género de las nuevas comedias italianas, livianas con un muy buen diseño de producción, entretenidas y con actuaciones, en este caso muy logradas por Luca Argentero, Claudia Gerini y Filippo Nigro. En un pueblo del norte de Italia, con una mayoría conservadora se viven los futuros comicios para elegir intendente. Piero hace tiempo que viene militando como representante de la mayoría gay. El mismo está en pareja hace varios años y decide candidatearse para alzar su voz en nombre de una minoría. En el lado opuesto, vale decir, en la oposición, parecen ser mayoría los candidatos más tradicionalistas, los que piensan en la familia, padre, madre, hijo. Y éstos están representandos por una joven rubia, linda y a la que le gusta discutir, lo que da como resultado que cuando los dos candidatos se reúnen parece que todo va a estallar. Pero lo sorprendente para esa comunidad de gente que elige a sus candidatos por sus logros inmediatos y no por su trayectoria, vendrá después. Lo curioso es que aconsejado por su pareja, el muchacho gay decide hacer una tregua e intentar comprender los por qué de los continuos enfrentamientos que se producen con esa mujer sola. El resultado es muy optimista, ambos unen sus fórmulas para conquistar a una misma comunidad. VOTOS A LA URNA El filme se apoya en la constante que lleva a cabo cualquier candidato en época de elecciones y con la intención de conseguir votos en las urnas. Se hacen obras apresuradas, se las promociona como si fuera un gran acontecimiento, o se las difunde una y otra vez, como si la comunidad sufriera de pérdida de memoria. En ese transcurrir de las estadísticas electorales, el chico gay decide hacerles una confesión muy íntima a las madres de un jardín de infantes, que le reclaman mejoras edilicias y subsidios y termina conquistando a todas con su sinceridad y algunas lágrimas. Eso le permite algunos puntos más según las consultoras de turno. "¿Diferente de quien? es una típica comedia de enredos, con equívocos entre uno y otro candidato que permite evolucione la historia y con algunas escenas de humor absurdo, que el equipo de jóvenes actores elegidos por el director, saben llevar a muy buen término en cada escena. "¿Diferente...?" responde al género de las nuevas comedias italianas, livianas con un muy buen diseño de producción, entretenidas y con actuaciones, en este caso muy logradas por Luca Argentero, Claudia Gerini y Filippo Nigro.
Como un reflejo de la realidad Marco Berger hizo previamente "Plan B". En aquella ya se mostró como un director inquieto en el lenguaje narrativo y la dirección de actores. Berger es un artista inteligente y con un afán de búsqueda cinematográfica, que le permite estar siempre atento en cómo atrapar la atención del espectador. Esa es una virtud muy destacada. No todos los cineastas piensan en el público. "Ausente" tiene el formato de un thriller de suspenso, que por momentos roza el terror. Esto surge a través de cómo va hilvanando las escenas, en un estilo seco, contundente y simple a la vez. Acá se trata de una historia que ha sido muchas veces contada, pero siempre desde la visión de que es un adulto el que acosa a una chica. En "Ausente" ocurre al revés, un chico de dieciséis años se siente atraído sexualmente por su profesor de natación, e intenta encontrar las formas posibles de atraer al educando para sus fines. ATRACCION Y RECHAZO El resultado es imprevisible y sorprendente, porque en el desarrollo de la historia, el joven cineasta se permite jugar a "las escondidas" con los personajes y no siempre son los diálogos los que dan cuenta de una culpa, de un deseo, de un acto de seducción, o de una atracción que roza la obsesión. Marco Berger emplea, en las escenas que así lo requieren, planos cerrados, planos detalle o la fragmentación de objetos o de cuerpos de personas y eso colabora en subrayar esa dosis de suspenso que le hacía falta a esta historia, para lograr atrapar la atención del espectador. Igual que en "Plan B", el cineasta logra redescubrir aspectos tan íntimos, como inusitados de sus personajes y lo hace acentuando el misterio. Guía a sus actores con acierto, para que éstos logren mostrar aquellos sentimientos que a veces no alcanzan a expresarse por una cuestión de pudor, dudas, o temor a ser rechazados. Con magníficas actuaciones de Javier De Pietro, Antonella Costa y Carlos Echavarría, el filme tiene una sugestiva música y fotografía que redondean los climas que la historia requería.
Una relación siempre conflictiva Es un documental creativamente contado y recuerda de algún modo y salvando las distancias, a "Monólogos de la vagina", de Eve Ensler, en el que los testimonios adquieren otro vigor dramático y social. Las primeras escenas de este magnífico documental del cineasta panameño Abner Benaim, muestra los primeros planos de varias mujeres que responden a un amplio y preciso cuestionario. Las preguntas son: ¿sabe cocinar? ¿planchar? ¿cocina lasagnas?. "Planchar no, cocinar sí", responde una de las entrevistadas. "Empleadas y patrones" escapa en todo momento al lenguaje narrativo convencional, por momentos es trepitante y el mismo ritmo de las palabras y los modos de hablar de mexicanas, panameñas y colombianas le otorgan una musicalidad especial a cada instancia de este filme, que intenta ser entretenido, sin esquivar el aspecto social y hasta conflictivo de las relaciones. LOS AFECTOS El director Abner Benaim deja que sus entrevistadas y su cámara vayan contando lo que sucede adentro y afuera de la casa, qué ocurre con los afectos de esas mujeres que a veces se alejan de su hogar y sus hijos, para cuidar los caprichosos niños de otros. A veces alguna de estas mujeres se vuelven imprescindibles para los chicos de la casa, en ausencia de sus padres y lloran largamente cuando ellas se toman un día de descanso, o se van de la casa. Pero unos y otros saben que esas relaciones son así. Desde el vamos en la mayoría de las empleadoras existe la desconfianza, el temor a que la empleada cuente secretos familiares y todas creen que esa mujer que se encarga de lo cotidiano, es una especie de "esclava" a la que se puede reclamar a cualquier hora. IRONIA Y CRUELDAD Benaim es implacable, divertido y a veces hasta irónicamente cruel en mostrar esas relaciones, las que describe a través de un sinfín de anécdotas, desde aquellas que hacen referencia a la religiones paganas, hasta las que muestran a niños convertidos en monstruos, que reclaman los servicios de la empleada, luego que ellos vaciaron varios cajones de juguetes de su habitación, con muñecos de todos los colores que vuelan por el aire. "Empleadas y patrones" es un documental creativamente contado y recuerda de algún modo y salvando las distancias, a "Monólogos de la vagina", de Eve Ensler, en el que los testimonios adquieren otro vigor dramático y social. La mixtura cultural centroamericana le otorga un sabor especial de acentos y costumbres a este filme muy interesante de ver.
Tournée existencial y poética El iraní Abbas Kiarostami es un maestro en convertir las situaciones cotidianas de sus protagonistas, en una tournée existencial a la medida de las circunstancias que cuenta. En este caso se trata de un hombre y una mujer, que debaten sobre el sentido de la vida, el arte y el amor, aunque detrás de esas reflexiones, subyace un inquietante desasosiego interior, al que Kiarostami tiñe de inusuales matices poéticos, inmersos en una melancolía, que mucho tiene que ver con el escenario elegido: La Toscana, italiana. El filme plantea el reeencuentro entre un escritor cuyo libro refiere a las copias de las obras de arte y una galerista, coleccionista de obras de arte. INDIVIDUALIDADES Entre ambos hubo una relación amorosa que intenta reveerse, quizás reconstruirse, aunque ni uno ni otro parece querer renunciar a una individualidad no exenta de pasión. "Copia certificada" encierra el sabor de una melancolía, a través de la que sus protagonistas, podría decirse, intenta recuperar, aprehender un pasado que ya no está. Quizás esos mismos postulados se refieran a la propia vida del cineasta, censurado en su patria, por este filme, el primero que decide rodar lejos de su país, Irán. La historia muestra la llegada de ese hombre, que viaja a dictar una conferencia y a presentar ese libro, mientras en la platea y un poco tarde hace su presencia la mujer, acompañada de su hijo. REENCUENTRO Una discusión posterior entre madre e hijo, deja en claro que el reencuentro entre ella y el escritor despierta varias expectativas. A través de ese relato, Kiarostami se cuestiona que es realidad y qué es ficción, o que hace que un original sea más valioso que una buena copia de una obra de arte. A veces una copia es más perfecta que el original, señala en algún momento el escritor y a partir de ese momento, surgen discusiones, sentimientos y reflexiones, que esconden más de lo que muestran entre sus protagonistas. No obstante esas situaciones permite disfrutar de una exquisita actriz como Juliete Binoche, dueña de una frescura interpretativa, tan espontánea como fascinante. Más allá de las cualidades de Kiarostami para filmar, la película vale verla por esta actriz a la que no se disfruta con tanta frecuencia y a la que se recuerda por producciones como "El paciente inglés". La acompaña y muy bien el inglés William Shimell.
Como un legado de la Perestroika Abandonados a su buena suerte, dos marineros (Viktor Yasinskiy y Anatoli Atankievich) oriundos de Bielorrusia, que trabajaban en un barco de la ex Unión Soviética, quedaron varados en la Argentina, con la llegada de la Perestroika a su país. Mientras el primer ministro ruso Mijail Gorbachov sonreía ante los noticieros del mundo, esos dos hombres, junto a muchos otros, quedarían a la deriva, sin patria y librados a la buena suerte, en un puerto muy lejos de su tierra natal. Ocurre que el pesquero Latar II, en el que navegaban pertenecía a una empresa mixta, con capitales bielorrusos. Al separarse la Unión Soviética de Bielorrusia la nave quedó anclada y sin apoyo económico, según lo dan a entender los testimonios en el filme. En ese marco de situación el pesquero quedó varado en Mar del Plata y su tripulación entre rusos y argentinos, sin recibir sueldo alguno. Se llegó a tal situación que tuvieron que ir vendiendo las partes del barco para poder subsistir, aunque algunos no sobrevivieron al intento. TESTIMONIOS DIRECTOS El documental de Misael Bustos, es un documento único, bien contado, que hace referencia a los nuevos inmigrantes que pueblan la Argentina, en este caso no por decisión propia, sino obligados por las circunstancias. Con escenas filmadas en Rusia, Buenos Aires y Mar del Plata, la película sigue distintos momentos de la vida de esos dos marineros, un electricista y un ayudante, hasta que logran rearmar una nueva familia en la Argentina. Con un buen apoyo de documentos y testimonios de los mismos damnificados, el relato muestra la travesía existencial de esos dos hombres, los que como muchos otros, en Europa, con los cambios económicos y las crisis, se han quedado prácticamente sin patria que los ampare, ya que en sus documentos originales figura un país que ya no existe más. Mientras que en el recuerdo quedaron padres, familiares, esposas e hijos, a los que ya no se los ve. Misael Bustos en su opera prima consigue una historia emocionante, épica y a la vez histórica, incluye fragmentos de noticieros, fotos y el testimonio directo de sus protagonistas, a los que parece perseguir un estado de soledad constante y la pérdida de un idioma para dar lugar a otro nuevo, que se habla con dificultades, aunque eso no impidió que hicieran el esfuerzo por comunicarse, en pos de reconstruir sus vidas.
A manera de ayuda solidaria Los conocidos personajes de Disney Channel, Topa y Muni ampliaron sus horizontes no sólo al teatro, también a la pantalla grande. "Hermanitos del Fin del mundo" es una historia de amistad y solidaridad, que tiene como centro un pequeño orfanato, ubicado en la ciudad de Ushuaia. Con una estética que recuerda a las "chiquititas" de Cris Morena, el filme de Julio Midú y Fabio Junco, los creadores del "cine con vecinos", que se hicieron conocidos a partir de sus películas con los vecinos de Saladillo, concretan un sólido y buen producto de entretenimiento para los más pequeños. La película se desliza cómodamente por situaciones en las que los niños, junto a Topa y Muni son el epicentro de la historia. A ellos se une una villana que provoca el conflicto, una señora millonaria, con un pasado de maltrato en ese mismo orfanato, varias décadas atrás, que sin haberse podido despegar de aquel recuerdo, quiere borrar de la tierra la institución. HUMOR Y CANCIONES Para eso, la mujer, una mala copia de la famosa Cruella De Vil de "101 Dálmatas", tiene por ladero a un hombre débil al que maltrata e intenta por todos los medios de comprar la casa en la que viven los niños. Sin darse cuenta que los tiempos cambiaron y los chicos y quienes los cuidan tienen otros recursos para solicitar ayuda solidaria, la que encuentran en La Pandilla de Sol, a los que conocen por televisión y por sus canciones y ritmos pegadizos. "Hermanitos..." es una historia que bien podría presentarse en capítulos televisivos, tiene escenas cortas, con humor, canciones, en las que la simpatía de Topa y Muni los convierte en líderes de los más pequeños. A ellos se suman el galán de la historia, en la figura de un empresario, un portero al que nada le cae bien, una directora que se preocupa por los niños y un equipo de maestras que ofrecen cariño y amistad a los más pequeños. En síntesis una película bien realizada, con actuaciones homogéneas, buenos paisajes de Ushuaia y la simpatía a las que ya tienen acostumbrados a los más chicos: Topa (Diego Topa) y Muni (Muni Seligmann).
Amor y dolor adolescente Es una historia que pone en primer plano las transformaciones que sufren dos familias, a raíz de distintas circunstancias, que se suceden en esa zona residencial en la que viven, cerca de Nueva York. Los Bragg y los Bartlett, son vecinos. Se conocen, dos de sus hijos adolescentes van juntos a la escuela y los adultos llevan una relación correcta, que hará eclosión cuando a Charlie Bragg se le diagnostique una rara enfermedad que contagia, un animal, en apariencia tan inofensivo como el ciervo. Las crisis afectivas que viven esas dos familias, no sólo tienen que ver con la enfermedad de Charlie, que despierta una cierta paranoia entre los dos núcleos sociales, también refieren al desencanto de los adultos, al amor en pareja que se termina, a las crisis económicas y los típicos cambios que se producen en la adolescencia. RARA ENFERMEDAD Por un lado están los Bragg. Con el padre, que debido a su enfermedad, que le afecta su sistema neurológico se ve imposibilitado de trabajar, su hija y su mujer, que mantiene la casa y finalmente termina engañándolo, obligada por el ahogo que le provocan las circunstancias. En el otro ángulo se ubican los Bartlett, con un hijo adolescente, Scott, otro que viene de visita e integra las filas del ejército y el padre, un ambicioso empresario inmobiliario, que engaña a su mujer, con la esposa del vecino. En ese marco de circunstancias, es Scott el testigo ideal de lo que sucede en esta zona de una periferia suburbana, de casas de dos plantas y la soledad suficiente, como para que ésta se convierte en caldo de cultivo de las más miserables calamidades humanas. La violencia familiar, el maltrato, la incomunicación, la impotencia ante lo irreversible, aportan una interesante mirada dramática a estos grupos sociales, representativos de la sociedad estadounidense de la década de 1970. En esta historia hay culpas, cobardías, engaños y lealtades, a las que el director supo transmitir a través de un equipo actoral, en el que se destacan Alec Baldwin, Timothy Hutton, Rory Culkin y Jill Hennessy.