Un seguridad del Copacabana tiene que encontrar trabajo temporal mientras remodelan el icónico club neoyorquino y le llega la oportunidad de ser el chofer, y una suerte de guardaespaldas, de un músico clásico afroamericano que emprenderá una gira por el sur estadounidense en la década del ’60. Green Book es la primera película en solitario del director Peter Farrelly y sorprende corriéndose de la clase de humor que siempre hizo, entregando una comedia dramática basada en hechos reales que tiene claro donde está el corazón de la historia.
Una cyborg es rescatada de un tiradero por un doctor y, al despertar, no sabe quién es ni en dónde está, pero con el tiempo los misterios de su pasado se irán develando y deberá enfrentarse a las personas que dirigen la ciudad, los verdaderos villanos. Una aventura sci-fi con increíbles escenas de acción, grandes efectos especiales, pero un guion lento y una historia que no termina de atrapar, Alita: Battle Angel es la nueva película creada por James Cameron y dirigida por Robert Rodriguez, basada en el manga Gunnm, de Yukito Kishiro.
La Reina Anna de Inglaterra gobierna, la guerra con Francia parece afectar a todos menos a ella. No sabe lo que está pasando y las riendas del país son llevadas por su mejor amiga, Lady Sarah. Esta amistad que manejaba la corte se ve alterada cuando Abigail, una prima lejana de Sarah, llega y empieza a trabajar para la reina. The Favourite es, sin duda, de las mejores películas que salieron durante 2018, una comedia única que mantiene al espectador hipnotizado gracias a un guion brillante y actuaciones descomunales.
“Hay momento en que lo miro, a este chico que crié, que creí conocer por dentro y por fuera, y me pregunto quién es”. David Sheff ya no sabe como ayudar a su hijo, quiere entender por lo que está pasando pero no logra hacerlo, quiere estar ahí para él pero es cada vez más difícil acompañarlo. Beautiful Boy cuenta la historia de un padre y la lucha contra la drogadicción de su hijo. Una película lacrimogena que se hace muy larga y que se destaca por la brillante actuación de Timothée Chalamet.
“Esto es Berk, nieva nueve meses al año y graniza los otros tres. Toda la comida que crece aquí es dura e insípida. La gente que crece acá lo es todavía más. Lo único positivo son las mascotas. Mientras otros lugares tienen loros o ponys, nosotros tenemos dragones”. Así cerraba Hiccup la primera película de la saga y empezaba una de las historias más tiernas y emocionantes que entregó el cine en la última década. How To Train Your Dragon 3: The Hidden World cierra de forma perfecta esta trilogía que conquistó a grandes y chicos.
La niñera más famosa del mundo regresa con nuevas aventuras, pero con la misma familia. Mary Poppins Returns sabe capturar el encanto de la original, pero con una historia nueva y encantadora. Una carta de amor al clásico de 1964 pero que se sostiene por cuenta propia. Nuevos números musicales que seguramente se ganaran un lugar entre los mejores de Disney. Gran Depresión en Inglaterra, los niños Banks ya están grandes y creen que todo lo que pasó con su niñera fue producto de la imaginación. A punto de perder la casa familiar, Michael (Ben Whishaw) está desesperado. Perdió a su esposa el año anterior y lo único que lo motiva a continuar son sus hijos y su hermana Jane (Emily Mortimer). Pero cuando la esperanza parece perdida, Mary Poppins llega a la casa de Cherry Tree Lane. Su misión es la misma que la de hace años: cuidar a los niños Banks. Los pequeños Georgie (Joel Dawson), John (Nathanael Saleh) y Annabel (Pixie Davies) son escépticos con esta mujer que de golpe llega a la casa, pero están a una canción de distancia de adorarla. Al espectador le pasa lo mismo, Emily Blunt es una digna sucesora de Julie Andrews. Es simpática, encantadora, cada canción es entonada magníficamente y supo capturar la esencia de uno de los personajes más queridos de Disney pero dándole un toque personal. Blunt brinda una de las mejores interpretaciones de su carrera y parece haber nacido para hacer este papel. En las aventuras la acompañará Jack (Lin-Manuel Miranda) un farolero que fue aprendiz de Bert, el deshollinador. Esta dupla se complementa de manera perfecta y su química en pantalla atraviesa y contagia alegría. Miranda cumple con las expectativas y, además de entregar canciones hermosas, su actuación es entrañable. Como toda película de Disney, tiene que haber un villano y este rol calló en manos de Colin Firth. William Weatherall Wilkins es el sobrino de Mr. Dawes Jr y es quién dirige el banco. Además, también le pone la voz a uno de los personajes animados en una de las escenas más brillantes de la película. Siguiendo la línea de la primera, en determinado momento los personajes se adentran en un mundo de dibujos animados y, no sólo entregan canciones inolvidables, sino también una animación hermosa que es sólo otra muestra del cuidado con el se trató el arte de este film. La fotografía hermosa, así como el diseño de producción y el vestuario. Es una de esas cintas en las que cada uno de los aspectos técnicos están increíblemente cuidados y sólo suman a la historia. Es innegable que el trabajo de dirección de Rob Marshall es uno de los mayores fuertes y se nota su trayectoria como director de teatro y coreógrafo. Escenas con una producción digna de los mejores musicales, canciones inolvidables, magia, ternura. Mary Poppins Returns mantiene vivo el legado, pero también lo acerca a nuevas generaciones y parece encaminada a convertirse en un nuevo clásico. Con participaciones de grandes figuras como Meryl Streep , Dick Van Dyke y Angela Lansbury, esta secuela no tiene nada que envidiarle a la original.
La historia de un vicepresidente no suena atractiva, es una figura generalmente relegada en la política, casi de adorno. Este no es el caso. Vice retrata la vida de Dick Cheney, el hombre que manejó el país más poderoso del planeta durante la presidencia de George W. Bush y cuyas decisiones afectan al mundo hasta hoy. Una película que tranquilamente podría haber sido drama pero que se narra en tono de comedia y es una de las mejores historias que se hicieron en 2018. Escrita y dirigida por Adam McKay, Vice es una mirada cargada de humor negro y sobre todo crítica, de la vida de uno de los hombres que más poder tuvo en Estados Unidos. Desde sus inicios en Wyoming, su llegada a la Casa Blanca y su vínculo con Donald Rumsfeld (Steve Carell) mentor y amigo que lo acompañó hasta la vicepresidencia. La película astutamente narra la vida de Cheney a través de la comedia. No sorprende porque McKay es conocido por este género. Esta vez más cerca de The Big Short que de Anchorman, pero corrigiendo aquellas cosas que hicieron que la película de la crisis financiera de 2008 no fuera fácil de seguir. Aquí, cada uno de los temas de los que se hablan se entienden. Vuelve a recurrir al uso de un narrador, este papel está a cargo de Kurt (Jesse Plemons), un hombre común y corriente que va contando la vida del político y explicando lo que pasa sin caer en la sobreexposición o en obviedades. Christian Bale personifica al vicepresidente en otra de sus estelares actuaciones, que le valió varias nominaciones y premios más que merecidos. Pero la transformación física no es lo que la hace remarcable: cada mirada y cada gesto significan algo, la entonación de su personaje es casi tan importante como las líneas. Amy Adams encarna a Lynnne Cheney, la esposa. Una mujer ambiciosa que lo acompañó en cada etapa de su carrera y apoyo e instigó varias de las ideas que cómo vicepresidente implementaría. Decir que la interpretación de Adamas es impecable es casi una obviedad porque hace años que cada actuación de ella es merecedora de nominaciones, pero para la función de esta crítica no está mal repetirlo. La química entre ambos es única y juntos personifican a una pareja protagonista tanto hipnótica como cruel. La película en ningún momento intenta esconder su posicionamiento ni lavarse las manos. Parte de una premisa clara: Cheney es un político nefasto. Pero esto, en lugar de ser una desventaja es uno de los mayores fuertes de la película, al ser una biopic que toma posición ideológica, puede apoyarse en esto para fortalecer tanto los chistes como los pocos momentos dramáticos -generalmente mostrados a través de imágenes documentales-. Este posicionamiento también se ve en el personaje de George W. Bush, interpretado por un brillante Sam Rockwell. Un hombre de pocas luces, fácilmente influenciable, un mal político que entregó casi todas las funciones de su cargo a su vicepresidente y luego no supo lidiar con las consecuencias. Y para hacer este tipo de papel, nadie mejor que Rockwell, desde el acento hasta la mirada, su personificación del presidente estadounidense es genial. Vice no es sólo una comedia o una gran película, es una crítica directa a la sociedad estadounidense en su conjunto. Al gobierno y a la guerra fabricada para el beneficio de algunas empresas. Momentos que estremecen seguidos inmediatamente por chistes, la película cuenta con uno de los mejores guiones que nos dejó el año pasado y es, sin duda alguna, un film que merece ser visto.
Pasaron 19 años desde el accidente de tren que dejo como único sobreviviente a David Dunn, desde que los crímenes de Elijah Price salieron a la luz y fue encarcelado en una institución psiquiátrica. Ahora las autoridades se abocan a la búsqueda de Kevin Wendell Crumb, el hombre que secuestró a tres adolescentes y sólo una, Olivia Cooke, pudo escapar. Glass le pone cierre a la inesperada trilogía de M. Night Shyamalan y si bien no está a la altura de sus predecesoras, es un digno final para está única historia de superhéroes. El director indio sorprendió a todos al final de Split, relacionando la película con Unbreakable y creando así una saga. Cuando salió la noticia de que estaba trabajando en una tercera historia que reuniría a los tres personajes principales de ambas películas, la expectativa y anticipación fue enorme. Quizás este es el mayor problema al que se enfrenta Glass, no llega a cumplir con lo que se esperaba que fuera un evento cinematográfico único. Dicho esto, no es una película mala, es entretenida, atrapante, las actuaciones son muy buenas y algunas hasta brillantes, pero por momentos se estira de más. Después de diecinueve años, David Dunn (Bruce Willis) sigue siendo un vigilante. Ahora su hijo Joseph (Spencer Treat Clark) es su ayudante, una especie de Oráculo que le dice hacia donde dirigirse y que es lo que se está diciendo de él. Su traje de superhéroe sigue siendo la capa de lluvia de Unbreakable y esa es sólo una de las tantas referencias a la película que empezó todo. Ahora David intenta encontrar a un grupo de porristas desaparecidas y él cree que ese secuestro está relacionado con Kevin Wendell Crumb, el hombre que mutiló a dos adolescentes y del que no dejan de hablar en las noticias. Contar más sobre la trama sería basar esta reseña en spoiler y no vale la pena. Sin entrar en detalles, los tres personajes terminan en la misma institución psiquiátrica y son tratados por la doctora Ellie Staple (Sarah Paulson), una psiquiatra que se especializa en personas con un cierto tipo de desorden que los hace creer que son super humanos e intenta convencerlos que ellos sufren de esto. Las escenas entre Paulson y los protagonistas están llenas de tensión y su interpretación de esta doctora es remarcable. Su personaje también interactúa con tres personas que son fundamentales en la vida de cada paciente: Joseph, el hijo de David; Casey Cooke (Anya Taylor-Joy), la chica que La Bestia dejó ir y la madre de Elijah (Charlayne Woodard). Estos tres son grandes personajes secundarios que ayudan a sostener una trama que ´por momentos tambalea. De los tres secundarios, a la que más importancia se le da es al de Anya Taylor-Joy. De hecho, las escenas que comparte con James McAvoy son de las mejores actuadas de la película. No sólo por ella, sino que es en esas en las que se logra ver más de la personalidad de Kevin, tan poco explorada en Split, y de más está decir que la actuación de él es lo mejor que tiene la película. Bruce Willis, cómo lo hizo hace diecinueve años, se corre de su zona de confort e interpreta a un personaje diferente al que nos tiene acostumbrados y entrega una actuación muy buena. Samuel L. Jackson es brillante como el villano, después de todo, la película lleva su nombre. La película puede que no cumpla con la expectativa que había generado, pero logra atrapar al espectador y supera las escenas que se sienten un poco de más. Una historia única que cierra la trilogía que nadie vio venir, un final digno de los personajes que tiene y, aunque puede que por momentos deje sabor a poco, es una experiencia maravillosa para vivir en el cine: desde la fotografía a la musicalización, cada aspecto técnico de la cinta está pensado para verse y disfrutarse en la gran pantalla.
Adonis Creed sigue buscando su camino en el boxeo, intentando encontrar su propia historia, pero un fantasma del pasado llega para retarlo. El hijo de Ivan Drago, el boxeador ruso que mató a su padre en el ring, desafía al campeón a una pelea. Creed 2 mantiene todo lo bueno de la primera entrega, pero esta vez le agrega un arco personal mucho más significativo al personaje interpretado por Michael B. Jordan. Sin nada que envidiarle a la película de Ryan Coogler, esta secuela cuenta una historia igual de emocionante y atrapante. La franquicia de boxeo más importante del cine sigue estando en manos de jóvenes directores, esta vez fue Steven Caple Jr. quién se puso detrás de la cámara y decidió mostrar una historia en la que se hace mucho hincapié en el crecimiento emocional y personal del protagonista. Pero no por esto las escenas de pelea tienen menos importancia, en cada enfrentamiento mostrado en la película el espectador no puede evitar ponerse nervioso y los mantiene al borde de la butaca. Además de estar filmadas maravillosamente, logran interesar hasta al menos seguidor del boxeo. Esa es la magia de estas historias y sucede con todas las películas del universo Rocky: no importa si te interesa el boxeo, si seguís las peleas o si no te interesa para nada, durante las dos horas de película, te va a parecer el mejor deporte del mundo. Adonis (Michael B. Jordan) es campeón de peso pesado, sigue con Bianca (Thessa Thompson) y quiere casarse con ella. Los objetivos que tenía en la primera cinta ya están cumplidos y no parece tener techo. Sin embargo, le falta algo, no se siente realizado y sigue comparándose día a día con su padre. Pero una oportunidad para reescribir la historia se presenta cuando es desafiado. Del otro lado de lo que una vez solía ser la cortina de hierro, un Viktor Drago (Florian Munteanu) se levanta todas las mañanas y corre en las calles heladas de Ucrania, acompañado por su padre Ivan (Dolph Lundgren). Pero Buddy Marcelle (Russell Hornsby), un promotor, tiene planes para él, quiere reproducir la infame pelea que acabó con la vida de Apolo Creed, pero está vez con los hijos. La película mantiene la energía de su predecesora, pero suma profundidad a los personajes con arcos de crecimiento personal muy importantes para la trama. Adonis no sólo se enfrenta a un oponente temerario, sino también a sus fantasmas familiares. Rocky se niega a dejar muchas cosas atrás y sigue agobiado por no haber tirado la toalla en esa pelea. Hasta Viktor Drago es un personaje que tiene mucho más que mostrar que lo que se ve en la superficie: la presión de restaurar el honor de su familia, lidiar con un padre que le carga todo el peso en sus hombros y una mirada que contantemente muestra que no está haciendo lo que realmente quiere. Quizás el mayor acierto del film es que el antagonista no es un villano. Un montaje de entrenamiento que hace honor a la Rocky que inspiró a esta película, un encuentro entre dos personajes icónicos de los ’80. Un Sylvester Stallone que ahora, a sus 72 años, es un actor formidable y, según él, está es su despedida del personaje. De ser así, es la mejor forma de irse, porque el cierre que le dan es el que merece uno de los personajes más conocidos del cine. Creed 2 brilla con luz propia, pero en ningún momento intenta desprenderse del legado que lleva sobre sus hombros. Ah, otra cosa, la música característica sólo se escucha en un momento, pero es suficiente para poner la piel de gallina. Una película que merece ser disfrutada en el cine.
Ralph y Vanellope sigue siendo amigos, los mejores amigos. Todas las noches, después de que cierra el arcade, se juntan en la taberna para hablar de su día. Él adora esa rutina, es la mejor parte de su día. Ella, en cambio, necesita algo más. Ralph Breaks the Internet es la secuela de la exitosa Wreck-It Ralph; tomando todos los elementos que hicieron de la primera algo único y agregando otros, Disney nos entrega una de las mejores animaciones de los últimos años.